Escuela franquista |
El 10 de enero de 2008 publicó
“El País” un artículo del historiador Hilari Raguer sobre los libros “Catecismo
patriótico”, obra de Menéndez-Reigada y “España es mi madre” de Enrique Herrera
Oria. Estas dos obras –dice Raguer- se publicaron durante la guerra civil de
1936, y perseguían el objetivo de inculcar a los niños españoles, como si fuera
un dogma de fe, un patriotismo español identificado con el Caudillo y su régimen fascista.
Los hermanos dominicos
Menéndez-Reigada (entonces obispo de Tenerife y futuro obispo de Córdoba) y
fray Ignacio (muy introducido en la casa civil del general Franco) fueron
seguramente coautores del “Catecismo patriótico”, donde se dice que “hay que
creer en España” e identifica la patria con Franco, “el hombre providencial, puesto
por Dios para levantar España”. En cuanto al nuevo Estado naciente (sigue
diciendo Raguer), el libro justifica la denominación de totalitario, pero
“totalitario cristiano”. Los partidos políticos “son creaciones artificiales
del régimen parlamentario para dividir, inutilizar y explotar a la nación…”.
En cuanto a Enrique Herrera Oria
(hermano de Ángel) fue un declarado fascista: presumía de haber orientado
políticamente a Onésimo Redondo, antiguo alumno suyo en el colegio jesuítico de
Valladolid. Dionisio Ridruejo dijo de él que “era un hombre limitado e incluso
pueril [e hizo] retroceder nuestra vida cultural a los niveles de la época de
Calomarde”.
Enrique Herrera escribió en
“Razón y Fe” que “mientras los soldados de la auténtica España luchan denodadamente
en las trincheras para salvar la civilización cristiana, amenazada por los
ejércitos a las órdenes de Moscú, el ministro de Educación Nacional, don Pedro
Sainz Rodríguez, se ha preocupado de la reconstrucción espiritual de la Nueva España”. El autor pone en
relación la reforma de la enseñanza media no solo con la campaña militar, sino
también con otra campaña que Sainz Rodríguez desarrolló en la retaguardia: “la
depuración de maestros y profesores, el exterminio de los centros del Estado
del virus marxista criminalmente inoculado durante los años de la nefasta
República masónico-bolchevique”. Añadió luego que la grandeza del Imperio
británico no fue consecuencia de su marina de guerra sino de la importancia de
Oxford y Cambridge.
“Muchacho español que me lees”
–dice en la obra citada Herrera- te voy a contar algo grande, muy grande, quizá
la más grande hazaña de los españoles: la guerra contra los rojos”. Y se
extiende en los méritos de Franco en África (si tener en cuenta la crueldad
allí desatada) y el papel providencial que le correspondió en España. Es el
mito del Caudillo inculcado a las
nuevas generaciones.
El sofisma de esta obra es el
mismo del “Catecismo patriótico español”: con la ayuda de una historia
falseada, Herrera contrapone dos Españas y así es como pretendió enseñar a los
niños españoles. No es difícil imaginar –dice Raguer- la suerte que hubiera
corrido el maestro o la maestra que, alegando objeción de conciencia, se
hubiera negado a impatir aquella educación para la ciudadanía franquista…
No hay comentarios:
Publicar un comentario