En el siglo VII, un
miniaturista bizantino activo en el norte de África nos ha dejado una escena en
la que Moisés recibe la ley; se trata de un manuscrito que se conserva en la
Biblioteca Nacional de París. Mucho más tarde, en torno a 1200, un miniaturista
alemán nos ha dejado la escena de cuatro
guerreros luchando, manando sangre del pecho y la cabeza de dos de ellos.
La escena es muy movida y los personajes van armados con espadas y escudos,
sirviendo de marco un rectángulo de color malva inscrito en un marco de color
verde. Se encuentra en un manuscrito donde se habla de la vida monástica
femenina (Speculum Virginum) que se
conserva en el Museo Kestner de Hannover.
Los hermanos de
Limburgo (así denominados), iluminaron “Las tres ricas horas del Duque de Berry”,
obra muy conocida, a principios del siglo XV, la cual se encuentra en el Museo
Condé de Chantilly. El duque era amante del arte, y se hizo representar frente
a una chimenea donde hay un intenso fuego. La mesa está espléndidamente
provista, mostrando la abundancia de una fiesta medieval de la nobleza. En el
plato grande hay un cisne, uno de los emblemas del duque; pequeñas hogazas de
pan redondas y planas etán esparcidas por todas partes, mientras uno de los
perros deambula a su antojo sobre la mesa. No falta un representante de la
Iglesia, un tallador, los sirvientes y los trajes para la ocasión.
Llegado el siglo XV, los
códices se iluminaron con una
delicadeza y virtuosismo exquisitos, como en esta alusión a la ”Divina Comedia” de Dante (1440) que se
encuentra en el manuscrito Yates Thompson (36,5 por 26,3 cm.), guardado en la
Biblioteca Británica de Londres. Fue realizado en Siena para Alfonso V, rey de
Nápoles, atribuéndose la inicial a Vecchietta, mientras que otras miniaturas
del códice se atribuyen a Giovanni di Pablo. Esta imagen muestra el viaje de
Virgilio y Dante hacia el Purgatorio.
A caballo entre los
siglos XIV y XV vivió Bartolomeo di Fruosino, en Florencia. En una de sus
miniaturas representa el Infierno de la Divina Comedia (1430-1435), en un
manuscrito que se encuentra en la Biblioteca Nacional de París. En círculos
concéntricos se amontonan los cuerpos de los condenados en posturas diversas,
desnudos y dando una visión apocalíptica. Fruosino quizá tuvo en cuenta los
frescos de Leonardo di Cione en Santa María Novella, donde el colorido y el
abigarramiento de los personajes son norma.
En el Libro de Horación
de Dresde encontramos iluminaciones de un Maestro conocido en Brujas entre 1465
y 1515. La iluminación que comentamos aquí se refiere a los “hechos memorables
de los romanos”, una compilación de historias sobre antiguas costumbres y
héroes escrita en el siglo I por Valerio Máximo, que dedicó su obra al
emperador Tiberio. La miniatura muestra a Valerio instruyendo a Tiberio sobre
el valor de la templanza: en un comedor, las clases altas aparecen al fondo y
se comportan decorosamente, mientras que en primer plano están los personajes
vulgares haciendo payasadas. El códice se encuentra en el Museo J. Paul Getty
de Los Ángeles.
Luchino Belbello da
Pavia, activo en Lombardía en las décadas centrales del siglo XV, iluminó el
Libro de Horas de Visconti, un manuscrito que se empezó sobre 1390 y se
completó en torno a 1430. Gian Galeazzo Visconti, señor primero y luego duque
de Mián desde 1395, encargó este códice que ahora se encuentra en la Biblioteca
Nacional Central de Florencia. El que lo empezó a iluminar fue Giovannino de
Grassi, que además fue escultor y arquitecto, trabajando en la catedral de Milán.
En la miniatura que nos interesa está la creación
de Eva mientras Adán duerme ante un fondo dorado; como la pintura adorna la
letra C, Dios, Eva y Adán están dispuestos siguiendo su trazo, con estilizadas
hojas doradas y zarcillos de vid. En la parte inferior se representan arbustos
y animales que remiten a los días anteriores a la Creación.
También el pintor
Attavante iluminó varios códices, en uno de los cuales aparece Joannes
Corvinus, hijo del rey Matthias Corvinus, entrando en Viena (entre 1487 y 1490).
Con un paisaje al fondo, Joannes va sobre un carro a cuyos lados sendas filas de
cortesanos; delante, dos caballeros y dos prisioneros. Se trata del Codex
Heroica que se encuentra en la Biblioteca Nacional Széchényi de Butapest.
En el siglo XV, Fra
Angelico iluminó un misal en torno a 1430, utilizando la técnica del temple y
oro sobre pergamino (47,5 por 35 cm. el tamaño de la página): en una de las
miniaturas se nos muestra el asesinato de San Pedro Mártir. Fra Angélico se
habría formado como iluminador con Lorenzo Monaco en Santa María degli Angeli (Asís, Perugia), también pintor y
miniaturista que vivió y trabajó en Florencia entre el siglo XIV y el XV. El
misal se encuentra en el Museo di San
Marco de Florencia.
Giovanni Pietro Birago,
activo en Milán entre 1471 y 1513, iluminó el Libro de Gramática Latina de
Maximiliano Sforza a finales del siglo XV, el cual se encuentra en la
Biblioteca Trivulziana de Milán. En realidad se trata de la Gramática del
retórico romano del siglo IV Aelius Donatus, que además de gramática, contiene
textos morales. Las ilustraciones corresponden a varios autores, entre ellos
Ambrogio de Predis y Giovanni Pietro Birago. La imagen que hemos elegido
muestra al joven Maximiliano siendo
instruido por su maestro; aquel está atento a la lección, mientras los
demás se distraen o se quedan dormidos (ver arriba).
Jean Bourdichon iluminó
Los Cuatro Estados de la Sociedad, en el caso elegido, el artesanal, a principios del siglo XVI. Se trata de un manuscrito
que se encuentra en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París.
Quizá la obra tuvo una intención moralizante, porque el autor representa a unos
hiladores entregados a su trabajo, a los miembros de una familia agrupada, a un
enfermo siendo asistido y a dos ermitaños. Bourdichón también iluminó el Misal
del Jacques de Beaune, barón de Semblançay (en la región del Loira), que
ejerció como funcionario de Francisco I; y también el Libro de Horas de Enrique
VII Tudor.
Simón Bening iluminó el
Rosario Beatty en torno a 1530, un manuscrito que se encuentra en la Biblioteca
Chester Beatty de Dublín. Se trata de un Libro de Horas con los acontecimientos
de la vida de Jesús. El término “Rosario” se usó para describir una secuencia
de oraciones una vez que surgieron las cofrafías del Rosario en torno a 1470.
Del mismo autor es el Calendario flamenco de entre 1520 y 1525, un manuscrito
que se encuentra en la Bayerische
Staatsbibliothek de Múnich. El códice no se conserva en su integridad,
habiendo sido hecho en Brujas para un desconocido, pero con toda seguridad
pudiente. Bering mantuvo en dicha ciudad un taller que gozó de fama, y esta es
una de las muestras más deslumbrantes de ello: paisajes rurales con la vida de los campesinos y también de ciudades. En el
caso que nos ocupa se muestra la cosecha del grano en el mes de agosto. En el
mismo manuscrito se muestra otra miniatura de Bening, la actividad del mes de
septiembre, con el arado y la siembra.
Bening también iluminó
el Libro de oraciones del cardenal Albrecht, arzobispo de Magdeburgo y de
Maguncia, además de elector del Sacro Imperio. La iluminación que comentamos
aquí fue hecha en torno a 1525, encontrándose el Libro de oraciones en el
Mueseo J. Paul Getty de Los Ángeles. Este manuscrito contiene oraciones para la
instrucción de los laicos, y es el único que lleva el monograma de Simon Bening,
“quien trabajó en la colección completa de 41 miniaturas sin ayuda de nadie”. En una imagen se muestra la negación de Pedro.
De Botticelli conservamos su famosa iluminación de la Divina Comedia hecha en 1480, en un manuscrito que se encuentra en la Biblioteca Apostólica del Vaticano. Botticelli imaginó el Infierno como un abismo con nueve círculos, que a su vez se dividen en varios anillos. La vista transversal del inframundo de Botticelli está dibujada con tanta finura y precisión que es posible rastrear las paradas individualizadas de Dante y Virgilio en su descenso al centro de la Tierra.
En la parte superior, una miniatura de principios del siglo XII, obra de un autor inglés (46 por 32 cm. la página) que se encuentra en la Biblioteca Municipal de Dijon. Se trata del códice "La Moralia de Job", que contiene una serie de iniciales que muestran a monjes ocupados en diversas tareas. Aquí se trata de la I inicial, un elevado árbol donde un monje corta las ramas en la parte superior mientras un lego corta el tronco en la parte inferior...
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