domingo, 27 de mayo de 2012

Alemania e Italia invaden España

El primero que concibió la participación de alemanes e italianos en la guerra de España de 1936 como una invasión fue, creo, el entonces Presidente del Gobierno español, Juan Negrín. En abril de 1938 intentó salvar las vidas de los muchos que todavía iban a morir, acabar la guerra lo antes posible y salvar a España de una dictadura. En el segundo de sus "trece puntos" enviados al general Franco decía que era necesario "librar a España de los militares extranjeros invasores". Quienes se han atribuído el patriotismo durante décadas -y no paran- traicionaron a su país permitiendo la invasión del ejército nazi y fascista, alemanes e italianos, para que bombardeasen mercantes españoles, matasen milicianos, asesinasen a mujeres y niños y encumbrasen a unos pocos criminales a la cabeza del Estado. Que en una guerra hay brutalidad por ambas partes no cabe dudarlo, pero ahora de lo que aquí hablamos es de la invasión de España por parte de Alemania y de Italia en 1936, así como de sus actuaciones contra el Gobierno legítimo y a favor de unos traidores a su juramento y a su patria. 

Hoy ya se sabe que el general Franco se aupó al poder durante la guera porque fue el que consiguió la ayuda alemana e italiana, cosa que no consiguieron ni Queipo de Llano, ni Mola, ni Goded ni los demás conspiradores, bien sabido que los citados en último lugar murieron a poco de comenzar el conflicto. Pero tampoco Varela, ni Aranda, ni Fanjul, ni otros golpistas consiguieron el apoyo de nazis y fascistas, mientras Franco sí. 

La flota republicana había bloqueado a Franco y sus tropas en Marruecos cuando el 21 de julio de 1936, cuatro días después del levantamiento militar, el golpista solicitó aviones de transporte alemanes. No podía ignorar que el régimen alemán era criminal, poque lo sabía toda Europa, y de ahí que las democracias le temiesen y renunciasen a participar en la guerra de España. Además Franco no tuvo inconveniente en violar la ley (si levantarse contra el Estado no lo fuese ya) al simular que tal ayuda era una transacción comercial. Hasta entonces Alemania no había participado en los preparativos del levantamiento militar, entre otras cosas porque el Mediterráneo no era objetivo de Hitler, sino la Europa central y oriental. Por medio de Rudolf Hess se facilitaron las cosas para que los enviados de Franco fuesen recibidos por Hitler, que se encontraba en Bayreuth para escuchar ópera. 

La ayuda militar a Franco fue dada a crédito, lo que luego tuvieron que pagar todos los españoles hasta bien avanzado el régimen dictatorial en España. A cambio Alemania iba a recibir minerales españoles (piritas ferro-cobrizas y mineral de hierro) para que Hitler siguiese su programa de rearme y pudiese matar al mayor número de europeos años más tarde. A finales de julio ya empezaron en Alemania los primeros pasos para la invasión de España: unos pocos aviones y un barco con material; luego soldados alemanes ("la fuerza de la alegría") y así hasta un total de 18.000 soldados, aunque nunca estuvieron todos al mismo tiempo en España. Luego 140 aviones y casi medio centenar de tanques, varias decenas de cañones y, en octubre de 1936, la "legión cóndor", que actuó autónomamente del mando español, lo que se compadecía mal con el pretendido nacionalismo de Franco y sus seguidores.

En total Franco endeudó a España en casi 250 millones de dólares, y consiguió el apoyo diplomático que hizo posible -entre otras cosas- el pacto de "no intervención": la República estaba sola antes de que llegasen las primeras ayudas de la Unión Soviética, que si eran útiles, también una mala propaganda para el régimen legal con vistas al exterior. 

En cuanto al ejército italiano se dedicó a apropiarse de mercantes españoles, ocupar la isla de Mallorca, bombardear inmisericordemente la costa mediterránea (la zona más "protegida" de la República), siendo la primera intervención en enero de 1937. En Guadalajara el ejército fascista italiano se llevó una buena paliza a manos republicanas españolas, pero Santander cayó en manos de Franco gracias a aquel. No obstante ya habían aterrizado en Melilla, el segundo día de la guerra, aviones italianos. En ésta plaza se descargó material bélico y carburantes, y más tarde en Palma de Mallorca. En agosto se descargó en Ferrol más material a favor de Franco y repetidamente en Vigo (una de las ocasiones fue el 7 de octubre de 1936). La invasión era un hecho. Para Mussolini España sí era un objetivo, porque pretendía hacer de Italia -como se ha sabido- una potencia del Mediterráneo.

Éste mar se convirtió en un hervidero, pues mercantes británicos y franceses fueron atacados por submarinos italianos hasta el extremo que que Francia y Gran Bretaña hicieron patrullar barcos de guerra para proteger sus intereses. Los italianos lucharon también en Aragón y muchos cazas fueron desembarcados en Galicia. Luego ocuparon Alicante, donde estaban apiñados 25.000 republicanos esperando que algún barco les sacase de España cuando todo estaba perdido para ellos. Algunos, desespereados, se suicidaron; varios miles fueron entregados al general Franco, que dió buena cuenta de su crueldad internándolos en campos de concentración, a imitación de los que ya habían comenzado a desarrollarse en Alemania. Los italianos requisaron buques mercantes españoles, el robo de armas, combustibles y equipos militares fue constante... mientras Franco se aseguraba una victoria que le serviría para someter a su país, al fin y al cabo el mandato que tenía de una Iglesia miserable, los terratenientes, los banqueros y millones de personas engañadas por la propaganda.

España fue invadida por los nazis antes que lo fueran Austria, los Sudetes checos y Checoslovaquia entera, antes que lo fuera Polonia y luego Ucrania, los Balcanes, Dinamarca, Bélgica, Holanda, Francia y Noruega, varias islas del Mediterráneo y el norte de África...

Asirios en el Éufrates

Al norte, el yacimiento de Tall Qabr Abu al-Atiq

Todos los mapas que se elaboran para explicar la expansión asiria en el segundo y primer milenios antes de Cristo, muestran que los asirios llegaron al Mediterráneo y ocuparon las cuencas de la alta Mesopotamia, cuando no sometieron a las regiones sureñas donde Babilonia era hegemónica. Aquelllos imperios antiguos ocupaban los territorios más alejados de sus centros capitalinos solo nominalmente; en realidad de lo que se trataba era de que los habitantes sometidos pagasen tributos (particularmente ganado) y no se enfrentasen a la dominación de la ciudad o dinastía dominante. No se trataba, por tanto, de imperios como posteriormente hemos conocido, ni siquiera como el romano.

Según informó recientemente "Faro de Vigo", de lo que se hizo eco "Antigua y Medieval", la Universidad de A Coruña está llevando a cabo (con otras colaboraciones) una investigación arqueológica que ya ha dado sus primeros frutos: dos tablillas de arcilla no cocida en escritura cuneiforme asiria, que se han datado a mediados del siglo XIII antes de Cristo. El yacimiento se encuentra en la frontera entre Siria e Irak, de nombre Tall Qabr al-Atiq, muy cerca del Éufrates.

"Estas tablillas miden apenas ocho centímetros, pero son de una gran importancia. Se especulaba si los asirios habían estado o no en el Éufrates y ahora, gracias a estas tablillas, que son textos administrativos, ya tenemos pruebas de que esta civilización, en su expansión, llegó hasta esta zona", explica el profesor Juan Luis Montero Fenollós. Van ya ocho campañas arqueológicas, cuyo precedente fue "la literatura de los viajeros del siglo XVIII". Tall Qabr Abu al-Atiq se encuentra en una garganta del río Éufrates; se trata de una ciudad amurallada realizada con adobe, informa "Antigua y Medieval".

Tall Humeida, otro yacimiento cercano, recibió la influencia de la cultura de Uruk, la que inventó la escritura en torno a los siglos XXXIV-XXXIII antes de Cristo. En éste yacimiento se encontró un vertedero antiguo, verdadera fuente arqueológica para encontrar restos de alimentos, cerámicas y otros objetos.




domingo, 20 de mayo de 2012

Palabras de Alcalá-Zamora

En noviembre de 1936, cuando hacía unos meses que había estallado la guerra civil en España, y unos pocos más que había dejado de ser Presidente de la II República española, Alcalá-Zamora escribe para la publicación L'Ère nouvelle confesándose como el que "siente y practica todos los postulados de la democracia", precisamente "en el momento en que la democracia parece desfasada y cuando está amenazada". Sin duda se refería al auge de los sistemas totalitarios (fascismo y comunismo). Dice "también soy un partidario decidido de la justicia social más amplia", quizá recordando los esfuerzos que se habían hecho para repartir la riqueza en los dos primeros años de la República, y pide "una mayor audacia... para no arruinar materialmente a la humanidad". ¡Que actualidad tienen estas palabras en momentos en que la timidez de unos y la rapiña de otros parecen querer esa ruina!

Se muestra partidario de "los métodos legales", conocedor como pocos de los enfrentamientos sociales que se habían venido produciendo en España por lo menos desde 1909, continuados en 1917 y hasta 1923, seguidos luego en mayo de 1931 y en 1934; más tarde a partir de julio de 1936... Se lamenta de que la República a la que él había servido "se desviaba", y hace votos "para la salvación de las democracias que subsisten todavía, y ninguna puede considerarse fuera de peligro". Bien sabía lo que representaban el nazismo en la poderosa Alemania, pero también debía tener información sobre las prácticas criminales de Stalin. "La guerra civil española es una lucha de una repercusión universal", añadía premonitoriamente, sabiendo que se fraguaba un gran conflicto en Europa y en el mundo, cuyo comienzo era solo cuestión de tiempo. 

Se podrá pensar si Alcalá-Zamora actuó democráticamente durante los últimos años del régimen de la Restauración, cuando fue ministro de Alfonso XIII, si fue coherente cuando aceptó la Presidencia de la República española después de haber dimitido como Presidente del Gobierno provisional por sus diferencias con algunos artículos de la Constitución de 1931, pero no se puede negar que fue leal y prudente, un gran servidor del Estado como Presidente de la República, con quien se cometió una injusticia -hoy parece no haber duda- cuando se le relevó arbitrariamente en los primeros meses de 1936.

"Un volcán lanzando lava..."

Curas vascos que serían asesinados por Franco
No hace mucho leí un artículo de Santiago Martínez Sánchez sobre el papel del nuncio Antoniutti en España sobre el clero vasco. La obra se centraba en algunos meses de 1937, cuando Antoniutti todavía no era nuncio porque el régimen de Burgos no había sido reconocido por el Vaticano. Contrariamente, los obispos españoles ya habían publicado su carta colectiva apoyando al general Franco y llamando a la guerra "cruzada". Es decir hubo un desfase entre el deseo de los obispos españoles de mantener sus privilegios apoyando a un régimen que les sería favorable (ya había dado muestras de ello) y condenando a otro que les había privado de ellos. 

Pero otra cosa fue en las provincias vascas, particularmente en Vizcaya y Guipúzcoa, donde un numeroso grupo de curas vascos fueron acusados por el régimen de Burgos de ser "nacionalistas". Ello implicaba apoyar al Gobierno vasco, que apoyaba a su vez a la República. Hay coincidencias que son muy curiosas, porque la carta de los obispos españoles se hizo pública en julio de 1937 y un mes antes fue cuando Vizcaya cayó en manos del ejército sublevado. El cardenal Gomá se deshizo en amabilidades con Antoniutti, prestándole a su secretario, que a su vez hizo de "espía" sobre los movimientos del futuro nuncio en favor del primado español. Una de las primeras misivas que Antoniutti envía a Roma cuando toma contacto con España dice que la situación en el país era un vulcano che buttava lava, zolfo e lapilli. Con la disculpa de que Antoniutti venía para facilitar la vuelta de los niños vascos que habían sido enviados a otros países (gestiones que fueron reales) ello le permitió entrevistarse con el general Franco, lo que consiguió Gomá mientras el golpista estaba hospedado en el palacio salmantino del obispo Plá y Deniel.

Ya se había producido la negociación entre el Gobierno vasco y el de Italia (fascista) para la rendición de los batallones vascos y, aparte los pormenores que el autor citado da al principio sobre donde debía residir Antoniutti, si en Pamplona o en Bilbao, pues el Gobierno de Burgos le había prohibido que lo hiciese en territorio vasco, el general Franco, en la audiencia que le concedió, le llamó "representante de la Santa Sede en España", deseoso como estaba de un reconocimiento del Vaticano, sin que Antoniutti ostentase tal cargo. Franco expuso al italiano que los miembros del clero vasco "no eran precisamente víctimas de la guerra sino culpables y alentadores de la resistencia..." y que la represión al clero vasco no era consecuencia de la guerra, sino de la necesidad de "afrontar de raíz el problema del nacionalismo". 

Teniendo en cuenta la lentitud con la que el Vaticano ha actuado siempre que se ha tratado de comprometerse en causa alguna (los crímenes del nazismo solo fueron condenados por el papa Pío XI en marzo de 1937, cuatro años después de que el régimen se hubiese institucionalizado) se comprende que el Vaticano también se tomase su tiempo antes de reconocer al Gobierno de Burgos, lo que preocupaba a los obispos españoles. Antoniutti pidió a las autoridades de Burgos que no se aplicase al clero vasco la misma ley que a los demás reos, "ya que esto sería explotado en el extranjero contra Franco", al tiempo que el arzobispo italiano criticó al clero nacionalista vasco. Las autoridades de Burgos, que mataron a no pocos sacerdotes vascos sin miramientos, accedieron no obstante a la liberación de Ramón Galbarriatu, arcipreste de Bilbao, y eso que estaba acusado "de una gravedad no común en el clero", informó Antoniutti a Roma, "que, por desgracia, es cierto", apostilló el mismo. Lo cierto es que Galbarriatu estaba detenido por haber firmado en marzo de 1937 un documento del clero vasco al papa, alabando el respeto y defensa de la religión [léase de la Iglesia] del Gobierno de Euzkadi.

A mediados de agosto había -siguiendo al autor citado- 63 curas seculares detenidos, 13 carmelitas y 5 pasionistas, "acusados de complicidad nacionalista": en total, 81 clérigos. En aquel tiempo era alcalde de Bilbao (ya en manos de Franco) un "converso" que luego vivió a cuerpo de rey durante el régimen criminal: José María de Areilza, el cual había pronunciado un discurso tan comprometedor para Antoniutti, que éste tuvo que pedirle que sus palabras no saliesen publicadas en la prensa, la cual, como se sabe, estaba amordazada. 

No es descubrir nada si se dice que la represión del clero se dio tanto en la zona republicana (pero no por parte del Gobierno republicano) como en la sublevada, en éste caso particularmente en las provincias vascas, pero sí conviene divulgar que lo que se llamó "cruzada"contó con no pocos crímenes contra dicho clero por parte de los "cruzados" que, a su vez, estuvieron ayudados por musulmanes (muy poco "cruzados", por lo tanto") procedentes de África que vinieron a morir a España sin saber ni para que. Paradojas que se agrandan tristemente cuando solo el egoismo y la ambición personales guian a ciertos personajes que han pasado por la historia para desgracia de sus pueblos. 

sábado, 19 de mayo de 2012

Los "abusos" de la II República española

Razón tenía, creo yo, el historiador Ramos Oliveira cuando dijo que en la II República española se produjo un cambio fundamental: la política se separó de la economía, es decir, los que siempre habían dominado la política española dejaron de hacerlo -obligados a ello- pero siguieron conservando los resortes económicos del país. Se dio entonces un régimen en el que nuevas personas (la mayoría) e ideas, que se habían ido incubando durante todo un siglo, gobernaron el país, al menos durante parte del período, y esto no pudo ser soportado por las clases oligárquicas, por la sociedad conservadora, por las organizaciones católícas y por una parte del ejército, aquella peor formada militarmente. 

La tan cacareada laicización del Estado, de la educación y de la sociedad, la separación de la Iglesia y del Estado, la secularización de los cementerios, el matrimonio civil, la reforma agraria, la profesionalización del ejército, la lucha contra el falseamiento electoral, contra el caciquismo, el reparto de la riqueza, sobre todo agraria, la participación de los trabajadores de la industria en la política empresarial, el establecimiento de un régimen democrático, la consecución del sufragio femenino, la más amplia libertad de expresión y de conciencia, el anticlericalismo, la solución a los graves problemas que planteaban Cuba y Filipinas, y otros muchos asuntos, no fueron "descubiertos" durante la II República, sino que se fueron planteando a lo largo de todo un siglo, el inmediatamente precendente. 

Ejemplo de ello fue Miguel Morayta Sagrario, iberista y anticlerical, masón y partidario de la indepdencia de Filipinas. Si se hubieran tenido en cuenta sus ideas sobre las islas, quizá no hubieran caído a finales de siglo bajo la dominación estadounidense. Francisco de Paula Canalejas, tío del que luego sería Presidente del Gobierno, fue precursor, entre otras cosas, del esfuerzo por la educación pública que llevó a cabo la II República. El anticlericalismo hunde sus raíces en el siglo XIX, aunque ya se rastrean anticlericales en el XVIII, y es una consecuencia de los abusos que la Iglesia católica había comentido contra la población durante siglos.

Los institucionistas, preocupados por la naturaleza, por la educación, por el imperio de la razón, por la ciencia, fueron partidarios del estudio de las religiones, respetuosos con la religión católica e incluso con la Iglesia, pero no podían aceptar la cerrazón de ésta queriendo monopolizar la escuela en un país, España, que aunque no se declaró aconfesional en su Constitución de 1876, no aceptaba comulgar con ruedas de molino (nunca mejor esta expresión). 

El moderado Castelar no había aceptado entrar por el aro cuando fue cesado de su cátedra por el ministro Orovio: defendía la libertad del profesor para enseñar, siendo responsable unicamente ante sus alumnos y la sociedad. La necesidad de una reforma agraria ya fue planteada por los federales de Pi i Margall en el siglo XIX, así como de abrir cauces para que el movimiento obrero se pudiese expresar en libertad. Ruiz Zorrilla, Azcárate y Salmerón se enfrentaron a Cánovas por querer éste amordazar a la sociedad española, lo que consiguió mientras vivió, pero no pudieron continuar sus epígonos. Adolfo Posada, Gumersindo de Azcárate y Telesforo Ojea, entre otros, se opusieron al régimen de la Restauración, bastante antes, por lo tanto, de que aflorara la II Repúblia española, que no hizo sino recoger, a partir de la generación de 1914, lo mucho que habían reflexionado pensadores, profesores, políticos, republicanos, liberales y masones en el siglo XIX.

Adolfo Buylla había aportado su formación jurídica y social en el Instituto del Trabajo y luego en el Instituto de Reformas Sociales, organismos restauracionistas, nada revolucionarios, cuyos estudios y obra quedaron inconclusos porque terratenientes e industriales, obispos y conservadores se empeñaron en que fracasaran. La II República no hizo sino tomar nota de lo que se había avanzado en éste sentido. 

Éste es un artículo divulgativo, no pretende agotar un tema gigantesco. A la II República se le puede acusar de inoportuna en algunas políticas, de enfrentarse a un poder superior al suyo (la Iglesia), de querer hacer en poco tiempo lo que se había demorado en mucho, de no garantizar el orden público (que venía quebrantado desde 1909), pero no se le puede acusar de querer darle la vuelta al calcetín porque esto ya lo habían intentado otros sin éxito: demasiado eogismo en las clases dirigentes, cortedad de miras, miedo a la moderniad y al progreso. La II República pereció por actos flagrantes de indisciplina -en un lado y en otro- pero sobre todo porque quienes habían detentado el poder siempre, no estuvieron dispuestos a ser relevados con ideas que no podían admitir, pero que habían escuchado -si es que escuchaban- desde hacía un siglo.

viernes, 18 de mayo de 2012

Los "viriatos"


La guerra civil española de 1936 puso a las autoridades portuguesas en alarma ante la posibilidad de que el país se contaminase del conflicto español. Desde 1926 se había establecido una dictadura en el país vecino y Oliveira Salzar había sido nombrado ministro de Finanzas. En 1932 será nombrado Jefe del Gobierno. Entonces comenzará una política fantasiosa, ambigua en unos casos y decidida en otras. 

Fantasiosa en cuanto que habló al pueblo portugués de una supuesta invasión de Portugal por parte de España si la guerra en éste país era favorable a los republicanos, pues en sus filas había iberistas. Ambigua por cuanto siendo Portugal una colonia económica de "facto" de Gran Bretaña, no debía mostrar una hostilidad absoluta a un régimen legal y democrático. Decidida en la medida en que apoyó logística, diplomática y miliarmente al general Franco a partir de 1936, cuando ya Gran Bretaña desconfiaba de la solidez de la República española para mantener el orden en el país.

Oliveira Salazar, que era profesor universitario, no estaba embrutecido como el general Franco, por lo que sabía que el iberismo habá sido un sentimiento intelectual mutuo, que se remontaba al siglo XIX en ambos países. Sin ir más lejos publicaciones como "A Iberia" o la "Revista do Mediodía" (en portugués y castellano) y "A Península" habían nacido en Portugal, y personalidades como Casal Ribeiro, Henriques Nogueira y Teófilo Braga, entre otros, habían defendido la colaboración entre los dos estados con la vista puesta en una posible unidad política. Algo parecido, pero quizá con menos ímpetu, se había dado y se daba en España. No ignorando que estos sentimientos existían en los dos países y no participando Salazar de ellos, cortó por lo sano inventándose la posible invasión. Ello sirvió a Oliveira Salazar para exaltar el nacionalismo de sus compatriotas, muy atrasados, como los habitantes de otros países europeos, y para justificar su apoyo a un régimen que prometía parecerse al suyo, fascistoide, católico ultraconservador, autoritario y -como pronto se vio- criminal. 

Para participar en la guerra española las autoridades dictatoriales portuguesas enviaron un cuerpo expedicionario de unos cientos, quizá unos miles (los especialistas no se han puesto de acuerdo) para luchar en España al lado del ejército sublevado. El número y la eficacia de aquellos hombres era simbólico, lo que permitía a Salazar congraciarse con Franco, con la opinión conservadora y nacionalista portuguesa y no alarmar a las autoridades británicas. 

Seguramente hubo acciones heroicas entre los "viriatos", jóvenes imbuidos de vagas ideas fascistas aprendicas a toda prisa en el Portugal de la época (era lo que estaba en boga) y la propaganda anticoumunista haría el resto. Pero una cosa son las posibles acciones heroicas y otra la eficacia de estos "viriatos", una forma de hacer el ridículo pareja a la de la "división azul" que Franco mandó a Rusia para que otros jóvenes valientes españoles dejasen su vida en las heladas estepas. Todo a cambio de que unos pocos listillos se colocasen algunas medallas.

jueves, 17 de mayo de 2012

Precedentes del 15-M

Vicente Blasco Ibáñez
Por muy novedoso que parezca el movimiento 15-M (y en algunos aspectos lo es) tiene precedentes tanto en España como en Francia por lo menos. Entre ciertos grupos republicanos de finales del siglo XIX y principios del XX existió la tendencia a luchar en favor de una democracia tipo Rousseau, en la que los representantes políticos tuviesen la mínima distancia de la población, incluso fueron partidarios de un asambleísmo que entonces no se llamó así, de un populismo y de cierta demagogia que derivó en formaciones distintas con el tiempo. No quiero decir que la demagogia sea la nota dominante del 15-M, pero como no tiene portavoces oficiales, algunos de sus miembros sí suelen caer en ella. 

Aquellos republicanos radicales fueron partidarios, en ocasiones, de la violencia política, pues el régimen de la Restauración no daba cauce a todas las formas de entenderla; aunque el 15-M es un movimiento pacífico sí existe una rebeldía -por ejemplo, en la ocupación de los epacios públicos- que puede llevar a violencia, en éste caso más provocada que practicada por sus miembros. 

Otro de los parecidos entre el republicanismo radical antiguo y el 15-M es su implantación abrumadoramente urbana; lo que no debe extrañar ahora, pero sí hace más de un siglo, con una España mayoritariamente rural. En realidad aportaron formas de modernidad que solo mucho más tarde se tuvieron como normales por el conjunto de la población (no debemos olvidar que mediaron dos dictaduras entre aquel tiempo y la democracia española actual). Pero hay algo que diferencia al republicanismo radical del 15-M: la falta de definición de éste (al intentar abarcar al mayor número) frente a la definición clarísma de aquel: conta la monarquía, la Iglesia y la burguesía detentadora del poder económico. El movimiento actual tiene a ésta como su principal enemiga, pero también a los partidos consolidados, mientras que sobre la Iglesia se exige -creo haber leído- que pague impuestos como los demás. 

El librepensamiento que tuvo su origen en el siglo XVIII, y que el radicalismo republicano elevó a la quintaesencia de su actuación política, está también presente en el 15-M, si bien con menor coherencia en las formulaciones políticas, pues muchas de llas (las he leído, pero no las 1.400 que parecen haber formulado) son contradictorias o tan maximalistas que solo se pueden concebir como un ideal, más que como un programa político a corto o medio plazo. Mientras que el republicanismo radical luchó por una educación laica y por una separación clara de la Iglesia y del Estado, el movimiento 15-M no hace hincapié en éste asunto (que yo sepa). Obviamente hoy el 15-M cuenta con un instrumento que no tuvieron los republicanos radicales de antaño: las redes sociales.

Mientras que el movimiento actual huye de líderes que aglutinen las diversas tendencias existentes, el republicanismo radical contó con varios; los más importantes Alejandro Lerroux (y ya sabemos cómo acabó el hombre) y Blasco Ibáñez. Es de esperar que si el 15-M evoluciona en un sentido organizativo más definido, en una propuesta ideológica más nítida, se parezca más a lo que significó Blasco que a lo que fue a partir de los años 20 Lerroux.

El "demócrata" Salvador de Madariaga

Aparte de haber defendido fórmulas copiadas del fascismo italiano, asunto del que en alguna otra ocasión me puedo ocupar, don Salvador de Madariaga, nacido en A Coruña, y elogiado por tirios y troyanos, ha dejado mucho que desear en relación a la democracia. Ha sido un afortunado a quien nunca se le han sacado los colores como convenía. El 9 de marzo de 1973, ya sabedor de que los días del general Franco eran pocos, que toda Europa clamaba por una España democrática, y que la oposición interna al régimen estaba en alza, don Salvador se resituó una vez más y escribía: "no me ha sido posible unirme a amigos y colegas... que en el seno del Movimiento Europeo abogan por un Parlamento europeo elegido por sufragio universal. Idea que me parece un error... -sigue diciendo don Salvador- el de creer que Europa es una nación y no lo que es: un racimo de naciones. Un discurso político en San Francisco vale para Boston o Chicago; un discurso político en Lisboa puede resultar un disparate en Estocolmo". Que cada cual saque sus propias conclusiones.

Esto es lo que decía el "demócrata" y "europeísta" Salvador de Madariaga en el ya avanzado año de 1973 (piénsese que el Tratado de Roma fue firmado en el año 1957). Pero no se refería este hombre a las naciones que todos podemos entender por tales: Prusia, Escocia, Panonia, Cataluña, Galicia, Irlanda... Se refería a los Estados-nación (el curioso puede leer "La Voz de Galicia" de la fecha citada). Fue galardonado con el premio Carlomagno, que yo creo que entraña valores europeístas, pero que no fueron afortunados los que le dieron tal nombre, pues no es el personaje idóneo para una Europa de futuro. Sí, quizá, para don Salvador, que a fuerza de cambiar de aquí para alla, de adular a unos y a otros, de acomodarse a toda circunstancia, no tendría a mal volver al año 800.

"Inside job", imprescindible

Imitador de un expresidente español

El documental cuyo título figura arriba es fundamental para comprender algunas de las causas de la crisis que padece el mundo capitalista (es decir, el mundo) en la actualidad, muy en particular los países desarrollados que han permitido la desregulación de la economía.

El documental empieza con una referencia al caso de Islandia, un país desarrollado con algo más de 300 mil habitantes. Hasta hace unos pocos años su banca nacional cumplía el papel para el que había sido creada sin ningún tipo de altruísmos, por lo tanto no estamos hablando de un país idílico. Las autoridades y los agentes respetaban el medio ambiente, el equilibrio social era un hecho, la población tenía vivienda, trabajo, salario, prestaciones sociales estatales y privadas, según los casos; la tasa de paro era ínfima. Pero un gobierno desaprensivo (no quiero aquí utilizar otros calificativos que me pide el cuerpo) permitió la privatización de la banca nacional en manos de grandes emporios financieros internacionales, sobre todo estadounidenses; la empresa Alcoa fue autorizada a campar por sus respetos, violando el equilibrio entre población y medio ambiente, sometiendo al paisaje a los egoísmos de sus propietarios...

El crédito se expandió; la población acudió a él sin que ningún miembro del gobierno advirtiese sobre los riesgos; obviamente se encarecieron los precios hasta niveles nunca conocidos. Cuando los primeros síntomas de la crisis apuntaban al sector financiero, los auditores contratados no vieron obstáculo alguno en el comportamiento del mismo. Meses después los bancos quebraron, el crédito desapareció, las pequeñas empresas no pudieron seguir contratando y pagando sus nóminas y muchos pequeños ahorradores perdieron su dinero porque lo habian invertido en operaciones de cuyos riesgos no fueron advertidos. La población islandesa vivió como un niño cuyos padres no se preocupan de si pasa frío, tiene hambre o corre algún peligro. 

El documental pasa luego a recoger opiniones de altos funcionarios de organixmos internacionales, viéndose sus contradicciones; de la administración del ex-presidente Bush, generadora de la crisis junto con los grandes usureros de Estados Unidos, y así, a partir de un caso concreto, el documental va explicando con un didactismo extraordinario, como lo ocurrido en Islandia se reprodujo a escala mayor en todo el mundo desarrollado. 

Creo que todo ciudadano consciente del futuro que debe procurar para sus hijos y las generaciones venideras debiera ver este documental; creo que en las Universidades debiera proyectarse. Creo que dirigentes sindicales y políticos -si no están vendidos al capital- debieran verlo y reflexionar en favor del pueblo al que están obligados a servir. La crisis que padecemos no tiene secretos (y los que tenga saldrán a la luz por añadidura). Esta crisis ya la ha vivido el capitalismo en otros momentos y parece ser que los gobiernos -que deben de saber muy poco de historia- no han aprendido. A no ser que los gobiernos (o algunos) estuviesen a otra cosa.

Masacre en Anguieiro

Cuanto más se empeña la derecha en querer tapar los crímenes que se cometieron durante la guerra civil española de 1936, más interés tengo yo en recordarlos. No por un afán morboso o justiciero (a buenas horas mangas verdes), sino por la solidaridad que creo debemos a las familias de aquellas víctimas y a ellas mismas, aunque ya no estén con nosotros.
Hace 76 años, en el mes de agosto, había empezado una guerra entre españoles (en realidad entre una España democrática y otra que no lo era) y en el lugar de Anguieiro, en el monte Magdalena, límite entre los municipios de Bueu y Cangas (Pontevedra) eran tiroteados once hombres (algunos aún adolescentes) víctimas del odio y la barbarie. Secundino Ruibal, Antonio Ferreiro, Eugenio Bastos, Antonio Blanco, Guillermo Fernández, Estanislao Ferreiro, Daniel Gonález, Alejandro Martínez, José Nores, Normandino Núñez y José Martínez fueron tiroteados en la madrudaga del 28 de agosto de 1936. Unos eran canteros, otros mecánicos, uno de ellos albañil y todos ellos obreros que vivían gracias a vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario. 
Algunos de los cuerpos que yacieron durante semanas fueron encontrados en el mes de octubre próximo, pero otros son buscados todavía por sus familiares y muchas personas de bien en Cangas y en Bueu. Algunas de las víctimas fueron arrancadas de las casas de sus padres, que vieron cómo se los llevaban, seguramente adivinando el trágico destino. No fueron acusados de nada; no fueron juzgados; solo fueron asesinados vilmente por quienes no querían ver a socialistas y anarquistas viviendo libremente en su pueblo.
Quiero honrar aquí, modestamente, a las víctimas inocentes de la barbarie, de la injusticia, de los militares y guardias, miserables que se alzaron contra la democracia de los españoles. Quiero contribuir, humildemente, a que no se pierda la memoria de personas como las que aquí he citado, que no son las únicas, pero que son un símbolo del horror que nuestro país padeció. Quiero contribuir a poner en la categoría moral que les corresponde a aquellos jóvenes hombres, llenos de vida, a los que se les segó la misma por el deseo inmisericorde de hacer de España un país tiránico.

Villaverde Velo, fusilado

José Villaverde Velo


El día 24 de septiembre de 1936, recientemente comenzada la guerra en España, fue fusilado José Villaverde Velo: su "delito" era ser sindicalista, concretamente del anarquismo, donde se significó en Santiago y luego en A Coruña. El semanario "Solidaridad Obrera", que él dirigió, era el órgano de la Confederación Regional de Galicia. Nació dicho semanario en 1930 y existió hasta 1936, si bien en 1934 cambió su nombre por el de "Solidaridad". 
Villaverde Velo nació en Santiago en 1894, por lo que la muerte le "sorprendió" a la edad de 42 años. Había sido tallista de imágnes, en realidad su oficio fue el de carpintero y su labor sindical le llevó al fusilamiento en la parroquia de Oseiro, una de las litorales del muncipio de Arteixo, muy cerca de A Coruña. Hay en España personas que por el solo hecho de que se escriba esto dicen que es volver a las andadas, que se desentierran viejos rencores. No me anima a mí ningún rencor, pero sí una gran pasión y admiración por quienes se inmolaron a favor de un noble ideal: la igualdad y la justicia entre los seres humanos. 
Leer las páginas de "Solidaridad Obrera" es un placer; no solo porque hay mucha sabiduría en sus artículos, sino porque la variedad de temas y opiniones hacen de aquella publicación un verdadero ejercicio democrático. Desde denuncias por el intento de violación de una obrera a manos de un sicario; pasando por el "Bosquejo histórico del proletariado español en Norteamérica", del que se sabe tan poco; las huelgas y los teóricos del anarquismo, el sector pesquero en la época, los abusos durante la dictadura primo-riverista, la vida de los zapateros manuales en A Coruña, la de los sindicalistas presos... Plumas ilustres y menos ilustres jalonan las páginas del semanario: Domingo Serrano, Antonio Zozaya, Jesúa Garea, V. Cremer Alonso, Leon Sutil, Claro J. Sendón, José R. Suárez y otros, podrían servir de ejemplo para -en tiempos tan distintos- los trabajadores de ahora, y ya se vería que hay muchas cosas que no han cambiado; que la mujer sigue discriminada en el trabajo, que los abusos de los patronos se siguen produciendo, que las situaciones irregulares e ilegales siguen estando a la hora del día. 
Hoy quiero solo dedicar mi pequeño homenaje a un sindicalista que tuvo a gala competir con los de la Unión General de Trabajadores, como cuando en el número 1 (1930) se dice que los trabajadores del mar se pasan del sindicato socialista al anarquista... Al fin y a la postre unos y otros tuvieron un mismo destino, unos y otros nos han legado una gran lección de trabajo e integridad.

La "transición" aprendió de la historia

No es que me entusiasme lo que la transición democrática española consiguió desde el año 1975, pero tampoco soy de los que creen que todo se hizo mal. Hubo cosas que no pudieron hacerse porque el peligro era mayor (la cuestión militar, como se puso de manifiesto en el año 1981) y hubo otras que fueron demasiado lentas como consecuencia del acuerdo con los "reformistas" del régimen, que fueron un grupo de personas a las que califico de los mayores oportunistas que se puede conocer. Lo que pasa es que acertaron, pues conectaron con el franquismo sociológico y con amplios sectores de la clase media que dieron su apoyo a la Unión de Centro Democrático. De sus despojos se nutrió el partido que ahora gobierna España.
En lo que sí creo que los españoles -y los dirigentes políticos de izquierda- aprendieron de la historia, es en la cuestión religiosa, sabido que decir esto en España es hablar de la Iglesia católica, su influencia, sus privilegios y su participación en la vida política. Hay un texto que he leído de Manuel Azaña que creo demuestra lo que digo: Cada vez que repaso los anales del Parlamento constituyente [se refiere al año 1931] y quiero discurrir dónde se jugó el porvenir de la política republicana y dónde se atravesó la cuestión capital que ha servido para torcer el rumbo de la política, mi pensamiento y mi memoria van, inexorablemente, a la Ley de Congregaciones Religiosas, al artículo 26 de la Constitución, a la política laica, a la neutralidad de la escuela, a todo lo que se ha derivado de bienes, esperanzas y rigores de justicia del principo asentado en la Constitución de la República, contra lo cual se han desarrollado todas las maniobras visibles e invisibles que han sido capaces de suscitar una reacción contra nosotros para ver si nos hacían naufragar y, por último, confesémoslo, nos han hecho naufragar y hemos naufragado (1).
Es decir, tocar a la Iglesia durante la II República fue más temerario -aunque las intenciones eran justas, creo yo- que anular la Academia Militar de Zaragoza o aprobar la ley de jubilación de los militares excedentes (Ley Azaña); más que el intento de aplicar la ley de reforma agraria; más que descentralizar el estado, contra lo que estaban fascistas y un sector del ejército, pero también la mayor organización derechista de masas que se haya conocido en España, la CEDA. Tocar a la Iglesia -y no se la "tocó" sino que se le prohibió la enseñanza, se disolvió a la Compañía de Jesús, se le cortaron los privilegios de que gozaba, se le hizo pagar impuestos, etc.) fue terrible para la República; para Azaña fue la clave que hizo "naufragar" a aquel régimen democrático y desbocado.

La Iglesia, en cuanto se sintió "tocada"(pero no en su esfera espiritual, sino material) movilizó a sus fieles, a sus congregaciones, a sus párrocos y obispos, al Vaticano, a la confesional CEDA, a los carlistas tradicionalistas, a los fascistas de Falange, a los combativos de las JONS, a los terratenientes manchegos, andaluces y extremeños, a las beatas y a los dueños de colegios privados, a los tibios... y propició con sus soflamas, con su justificación, con su santificación ("cruzada" la llamó) la guerra civil de 1936. 
Ahora esa misma Iglesia, aunque agiornada de un clero joven y postconciliar, con un sector crítico en su seno (los teólogos progresistas y los de la "liberación") sigue con privilegios, sigue indoctrinando a los alumnos en la escuela pública y en la privada, sigue manteniento un patrimonio inmenso, sigue sin pagar impuestos... Y ya es hora de que las cosas cambien: porque ni se corre riesgo de una guerra civil, ni los gobiernos han "tocado" a la Iglesia en sus intereses materiales, ni dicha Iglesia tiene el control de una sociedad analfabeta como era la española de la II República. Es hora de que los partidos progresistas den pasos en éste sentido, de que satisfagan las justas aspiraciones de una sociedad que pide equidad, que paguen todos, que todos sean libres, que nadie goce de privilegios que no están contemplados -no lo pueden estar- en la Constitución de 1978.
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(1) He tomado la cita de la obra de Antonio Ramos-Oliveira, "Historia de España", vol. III, Compañía General de Ediciones, 1962, página 146.

"La realidad es más fuerte que la realeza"

Con esta frase se despachó Sánchez Guerra cuando el rey Alfonso XIII vetó a Burgos y Mazo en el gobierno que aquel le presentó y le quiso imponer a Romanones y a García Prieto. El furibundo Sánchez Guerra no lo aceptó y los amigos del rey no pudieron formar gobierno por mucho que lo intentaron; vinieron las elecciones municipales de abril de 1931 y ya sabemos que nació na II República española. 
Sobre esta República han caído acusaciones tan falaces como injustas. Fueron los viejos políticos de la Restauración y de la dictadura de Primo los que abandonaron al rey a su suerte, de forma que la República se encontró con un vacío de poder que no hizo otra cosa que oucupar patrióticamente, no como acabaría, por obra de una pandilla de criminales. Ya Gabino Bugallal quiso salvar jurídicamente al rey de sus responsabilidades en la dictadura; luego Santiago Alba pidió que se volviese a la Constitución de 1876 que el rey había violado, al tiempo que pronunciaba un discurso en el que decía "no más servir a señores que en gusanos se convierten" (1), de lo que Gregorio Marañón se alegró: "como republicano, salgo contento", dijo. Cuando Berenguer (miembro de la casa real) quiso arreglar las cosas, casi todos los partidos anunciaron que no acudirían a las urnas, y entonces el rey, tragándose aquellas palabras, encargó formar gobierno a Santiago Alba, que no aceptó. 
Propuso entonces formar gobierno a Sánchez Guerra (así empezábamos éste artículo) y tampoco éste aceptó, a pesar de que se obligó al rey -y éste lo hizo- a aceptar por escrito la suspensión de las prerrogativas regias hasta que unas Cortes aprobasen una nueva Constitución, lo que era mucho para el "rey soldado" que había sido. Antes, el propio Sánchez Guerra visitó la cárcel para ofrecer carteras ministeriales a los que serían luego miembros del gobierno provisional republicano, que estaban presos por el intento de Jaca, lo que los republicanos no aceptaron. "Es conveniente -dijo entonces Sánchez Guerra- buscar la legitimación de lo que venga...". Lo que vino fue una República a la que asesinaron los terratenientes, los banqueros, los obispos y unos militares que, a falta de mayor preparación, habían empleado buena parte de su tiempo en saquear el Rif en favor de unos pocos empresarios desaprensivos. 
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(1) Es una frase de una obra del Duque de Rivas.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Sedán

Castillo de Sedán
En el norte de Francia, en la frontera con Bélgica, al otro lado se encuentra Bouillón, ya en el bosque de las Ardenas con su relieve altiplano. Pasa el río Mosa desde el sudeste y luego describe un amplio meandro para dirigirse a Charleville-Mézières. El paisaje es llano y las campiñas dominan las zonas rurales. El clima es suave y húmedo, pues la ausencia de montañas permite la llegada de las influencias atlánticas. 

Su castillo existe desde el siglo XV y en los dos siguientes la plaza fue refugio de protestantes franceses, sobre todo por la hostilidad de uno de los miembros de su familia más famosa, la Tour d'Auvergne, contra la Francia de Richelieu, de la que fue independiente hasta mediados del siglo XVII. Precisamente por esto fue escenario de una de las batallas de la guerra de los treinta años (1641), luego sería víctima de la derrota francesa a manos de la Prusia de Bismarck, el 2 de septiembre de 1870, donde Napoleón III fue hecho prisionero con unos 100.000 soldados. 

Sedán fue ocupada por el ejército alemán durante los cuatro años de la primera guerra mundial, pues Francia fue invadida, como más tarde, por las Ardenas. Del 12 al 15 de mayo de 1940 se produjo la última gran catástrofe, cuando un ejército alemán cruzó el río Mosa y el Plan Dyle, preparado por el general francés Maurice Gamelin se hizo añicos. Los tanques franceses que vinieron desde el sur no contaron con protección de la aviación y fueron aniquilados por la alemana.

Sedán es un buen símbolo de los enfrentamientos, durante cuatro siglos entre el mundo germánico y Francia. Su espacio y región, sus habitantes, sufrieron contínuas hostilidades, ataques, destrucciones, muertes. La situación estratégica de Sedán marcó la vida de decenas de generaciones. En pie queda, sin embargo, su castillo medieval, baluarte impotente ante el acoso de la guerra moderna. 





domingo, 13 de mayo de 2012

El artista de Núremberg

Esta obra, de 1497, se encuentra en el Staatliche Museum de Berlín. Sus dimensiones son 268 por 195 cm. y su título es "Hombre con alas y ropa idealista tocando el laúd". La técnica es punta de plata sobre papel oscuro.
Nacido en 1471 y fallecido en 1528, Alberto Durero se mantuvo influído por la pintura gótica flamenca y por la pintura renacentista italiana. A Italia viajó dos veces, una de ellas a Venecia, y fue un artista polifacético, pues pintó y dibujó, hizo grabados sobre planchas de cobre y sobre madera; fue también un teórico, siendo su obra principal "Cuatro libros sobre las proporciones humanas" publicado el mismo año de su muerte (1) y nos ha dejado una abundante correspondencia que ha sido investigada para conocer mejor su pensamiento artístico y su espíritu humanista, habiendo contribuído a ello el conocimiento que tuvo de la obra de Vitrubio. Hijo de un orfebre, desde niño estuvo influido por el arte.

Como en la Italia del siglo XV, estuvo preocupado por las proporciones y por la geometría (Alberti, Brunelleschi, Botticelli...). La obra "Crónicas de Núremberg" (2), publicada en 1493, fue decorada por él valiéndose de xilografías, grabados sobre madera que luego se pasaban a la imprenta recientemente inventada, no en vano las ciudades del sur de Alemania fueron famosas por sus publicaciones durante la segunda parte de la vida de Durero.

Arriba el retrato de la madre de Durero, donde se muestra un estudioso de los detalles propios de la realidad, huyendo de las idealizaciones de la pintura gótica. Es obra de 1514 al carboncillo sobre papel. Sus dimensiones, 421 por 303 cm. (Staatliche Museum, Berlín).
Su obra se caracteriza por la importancia que le concede al dibujo, sobre todo en los grabados, pero también por los detalles con los que pinta paisajes y otros temas, influído en éste caso por la pintura flamenca. Hizo varios autorretratos suyos y, en su primer viaje a Italia, una serie de acuarelas con paisajes. En Venecia pintó sobe todo retratos, y luego estuvo al servicio de los Fugger, importantes banqueros que le sirvieron de mecenas. Trabajó también para el emperador Carlos, para lo que hizo un viaje a Aquisgrán con el objeto de entrevistarse con él. Resultado de todo es una obra vastísima.


Retrato del emperador Maximiliano, obra de 1518 al carbón y tiza sobre papel. Se encuentra en Graphische Sammlung Albertina de Viena (sus dimensiones, 381 por 319 cm.).

"Hombre joven", obra de 1521. Es un dibujo al carboncillo sobre papel de 378 por 211 cm.; se encuentra en el Museo Británico de Londres.
Contrariamente a los dibujos sobre papel, en éste óleo sobre tabla el formato es pequeño (30 por 19 cm.). Su título "Cristo de los dolores", obra de 1493 que e encuentra en el Staatliche Kunsthalle de Kalsruhe. Aún hay, en la anatomía descanarnada, influencias del gótico flamenco (vease la obra de Van der Weyden), pero la obra es insólita, un Cristo pensativo y sufriente bajo una cavidad.


Se trata de dos paneles, cada uno de los cuales mide 209 por 81 cm. En uno se representa a Adán y en el otro a Eva con una estética plenamente renacentista, donde los desnudos, las proporciones y las distintas encarnaciones según se trate de Adán o de Eva (más claras para esta) se completan con un movimiento poético muy del estilo de Botticelli.


Este panel mide 215 por 76 cm. y forma, junto con otro (abajo) la obra "Los cuatro hombres santos". En éste caso se representa a Juan Evangelista y Pedro, en primer plano aquel con el libro de su evangelio. Es un óleo sobre tabla hecho en 1526 que se encuentra en la Alte Pinakothek de Munich. Abajo los dos paneles; en el de la derecha se represeta a Marcos y Pablo, aquel en primer plano con el libro abierto de su evangelio.

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(1) Un ejemplar se encuentra en la Biblioteca de Santa Cruz de Valladolid. Miguel Ángel Zalama Rodríguez ha escrito un artículo sobre esta obra que se puede consultar en el Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, tomo 68, 2002, páginas 191 a 198. La obra de Durero consta de varios estudios sobre las proporciones del niño, del hombre, de la mujer y del caballo; sobre arquitectura, sobre perspectiva, sobre la teoria de la luz y de la sombra, sobre el color, sobre la composición y "pinturas sacadas de la propia invención".
(2) Es una historia universal inspirada en la Biblia.

"La adoración del cordero místico"

"La adoración del cordero místico", políptico abierto por la parte principal.
Se atribuyen a Huber van Eyck las tres figuras centrales de la parte superior: Dios, María y Juan evangelista por su mayor hieratismo y monumentalidad, mientras que el resto de la obra correspondería a Jan. De todas formas se suele atribuir también toda la obra a éste último, aunque se sabe que Hubert tuvo cierta colaboración. 

La pintura gótica se desarrolla en Flandes con independencia del Renacimiento italiano durante el siglo XV. En éste siglo Flandes fue uno de los centros de la cultura europea debido, en parte, a su riqueza comercial y a la importancia política de los duques de Borgoña. La originalidad  y calidad de las obras de la pintura flamenca tuvo su influencia en España, ya que durante el reinado de los Reyes Católicos comenzó la relación con aquellos países.
Políptico cerrado por la parte de atrás.
La corte de los duques de Borgoña era refinada, lujosa y brillante. Dichos duques fueron mecenas junto a la burguesía del país. Se trata de unos territorios desnsamente poblados (sobre todo Flandes) con una economía floreciente: Brujas ejerció una especie de capitaliad financiera durante la baja edad media. 

La pintura flamenca gusta de la suntuosidad y la riqueza cromática; el cuadro es concebido como un objeto precioso. El realismo se combina con ciertos convencionalismos medievales. El origen de esta pintura está en la miniatura.
Los ángeles cantores
Jan van Eyck es considerado como una cima de la pintura de todos los tiempos. Nacido en 1390 en el sur de la actual Holanda, entre 1422 y 1424 trabajó en el palacio de La Haya al servicio del conde de Holanda. Un año después está en Brujas al servicio del duque de Borgoña. Se trata de uno de los más claros ejemplos de valoración del artista durante la baja edad media. Van Eyck vivió en Lille hasta 1429 y visitó Valencia y Cataluña en 1427. Esto -junto con un viaje a Castilla y Andalucía- hará que introduzca la vegetación meridional en obras posteriores. Hacia 1430 se instaló en Brujas y allí murió en 1441.

Los ángeles músicos.
El retablo del "Cordero Místico" se lo encargó un miembro de la pequeña nobleza, un rico hombe de Flandes quien un año después de colocado el retablo en la catedral de San Juan (hoy San Bavón) fue elegido burgomaestre d ela ciudad. La obra es paradigma de los valores que representa. De grandes dimensiones (3,5 por 4,61 metros abierto), es una obra insólita, porque la escuela flamenca se caracteriza por el pequeño formato. El retablo está articulado en 20 tablas (8 de las cuales, las laterales, están pintadas por ambas caras). Iconográficamente es único: la idea es, probablemente, de un teólogo. Estaba ya hecho en 1432 y había sido empezado por Hubert van Eyck (éste había muerto en 1426).

Nobles.
Es un óleo sobre tabla que representa a Adán, ángeles cantores, ángeles músicos, Eva, jueces justos (no es original), caballeros, ermitaños, peregrinos, María, Dios, San Juan Bautista y la adoración del Cordero Místico. La "redención" se ha consumado. El Cordero en un altar, vertiendo su sangre en un cáliz (el sacrificio de Cristo), está rodeado de los ángeles orantes y los portadores de los instrumentos de la Pasión. Delante está la Fuente de la Vida, de la que mana un riachuelo. A ambos lados, los profetas y los apóstoles, mientras entran en el prado cuatro procesiones de patriarcas, eclesiásticos, santos, etc. A todos lanza sus rayos el Espíritu Santo.

 En el exterior se representa la Anunciación; arriba los profetas Zacarías y Miqueas y las sibilas Eritrea y Cumana. En las cartelas se anuncia al pueblo elegido y al orbe pagano la venida del Salvador. Abajo, los santos Juanes (Bautista y Evangelista) adorados por el mecenas y su esposa.

Los autores cuidan minuciosamente cada detalle, los ornamentos, las joyas, las briznas de hierba, las encarnaciones en los desnudos (de gusto gótico), los brillos de los metales, la riqueza de las telas, las formas escultóricas de las figuras en la parte exterior, el brillante colorido, todo contribuye a una obra excepcional. 

Guerreros.
Escena central inferior de la obra.
Adán.
Eva.
Jerarquías eclesiásticas.




viernes, 11 de mayo de 2012

Savonarola y Botticelli

¿Hasta que punto el exaltado Savonarola influyó espiritualmente en Botticelli, ya maduro, hasta el punto de hacerle destruir parte de su obra profana? Lo cierto es que cuando Savonarola está predicando en Florencia con sus soflamas contra los abusos y vicios de la Iglesia, Botticelli pinta una serie de obras de temática religiosa cuya piedad y dramatismo son patentes. El Cristo de la obra de abajo parece gótico por su delgadez y retorcimiento, la madre transida de dolor y los demás personajes se inclinan hacia el cuerpo de Cristo.

Lamentación por la muerte de Cristo y santos
La baja Edad Media había sido fecunda en movimientos heréticos para las autoridades de la Iglesia; estaba pronto el gran estallido protestante en el centro, oeste y norte de Europa, donde reformadores como Lutero, Calvino, Zwinglio y otros dividirán definitivamente a la cristiandad. Savonarola era un fanático según los estudios que se han hecho, pero una cosa son las formas y otra los contenidos. La Iglesia, en efecto, llevaba tiempo alejada del primitivo cristianismo, sus papas y cardelanes estaban entregados a las temporalidades, la vida religiosa en los conventos estaba totalmente relajada, la simonía, el nepotismo, el nicolaísmo y otros vicios constituían delitos si tenemos en cuenta las normas de la propia Iglesia. Botticelli no pudo estar al margen de la revolución espiritual que se avecinaba. 

Lamentación por la muerte de Cristo
Entre 1490 y 1495 Botticelli pintó estas obras, todas al temple sobre tabla y de pequeño formato, excepto la primera (140 por 207 cm.). En la de abajo es evidente la influencia que ejerció sobre Masaccio cuando pintó la "Trinidad" en un muro de la iglesia de Santa María Novella, donde la bóveda de cañón con casetones es casi la misma, desde un punto de vista bajo, pues en éste caso no vemos la superficie de la mesa del santo.
San Agustín en su celda
No vemos a San Jerónimo como iconográficamente se nos ha presentado tradicionalmente, sino como un monje de la edad media acompañado de otros personajes de la edad media o del renacimiento.

La última comunión de San Jerónimo

El joven Sandro

Entre los 20 y los 27 años Sandro Botticelli realizó una serie de obras influido por su maestro Filippo Lippi, en cuyo taller de Prato se formó. Hijo de una familia modesta, primero fue aprendiz de orfebre; pronto eligió el camino de la delicadeza en la representación de sus "madonnas", pero también en obras alegóricas y mitológicas. Botticelli es un apodo que alude a su gordura o a la de un miembro de su familia, pero lo cierto es que los personajes de sus obras suelen ser estilizados y elegantes, con una belleza lírica en muchos casos. 

Trabajó más tarde en el taller de Verrocchio, donde conoció a Leonardo, para en 1470 establecerse por su cuenta y entrar dos años después en el gremio de pintores. Su obra se realizó entre Prato, Florencia y Pisa. Algunos autores han puesto en duda que las primeras obras sean de Botticelli, pudiendo pertenecer a su maestro Lippi, pero las que aquí vamos a comentar parecen ser de él por el particular estilo que les imprimió. 

Madonna y niño con ángel
Ésta obra es de los años 1465-1467, de 87 por 60 cm. y se encuentra en el Hospital de los Inocentes de Florencia. La técnica es temple sobre tabla, y con ella empieza una serie de vírgenes con niño donde los personajes aparecen más o menos escalonados. El dominio del dibujo es aquí absoluto, logrando el volumen con leves tonalidades de sombra sobre una misma luz que ilumina toda la obra. También la arcada del fondo, abierta, da idea de tridimensionalidad. La virgen idealizada y ricamente vestida, el niño en movimiento y bajo la arcada dos capiteles clásicos. 

Madonna con niño y ángel
En esta obra vemos ya los vaporosos vestidos de los personajes que reaparecerán en obras posteriores. De igual manera el escalonamiento de los personajes, ocupando el niño la parte central, la misma delicadeza e idealización, tanto de la virgen como del ángel, pero también el sentido decorativo que conservará casi siempre, con las guirnarldas enmarcando la composición y, al fondo, se intuye un espacio abierto. El dibujo es aquí menos evidente, por lo tanto hay un mayor realismo, y la gama cromática es más rica que en la obra anterior. Pintó esta entre 1467 y 1468 al temple sobre tabla, mide 152 por 77 cm. y se encuentra en el Museo Fesch de Ajaccio.

Madonna y niño
Esta obra es conocida también como "Madonna de la Loggia", donde enmarca a los personajes en una arquitectura clásica y, al fondo, un espacio abierto. También la virgen idealizada, el niño en movimiento, los ropajes vaporosos y las actitudes delicadas. Es obra de 1467, al temple sobre tabla, de 72 por 50 cm. y se encuentra en la Galería de los Uffizi. 

La virgen y el niño con dos ángeles y Juan el bautista niño
Aquí el escalonamiento de los personajes es menos acusado, pero el tratamiento que da a la imagen de la virgen es casi el mismo, abriendo al fondo un paisaje en perspectiva. Los niños parecen sentir admiración por María, tocada con un velo donde Botticelli muestra su temprana maestría para pintar transparencias. El dibujo ha desaparecido para dar paso a los contrastes lumínicos. La técnica es temple sobre tabla, las dimensiones 85 por 62 y se encuentra en la Galería de la Accademia (Florencia). Es obra de 1465-1470.

Retorno de Judit a Betulia
Esta obra de 1472 muestra a la virtuosa Judit, una viuda hebrea, regresando a su ciudad, Betulia, tras dar muerte al general babilonio Holofernes, con quien los judíos estaban en guerra. Judit lleva todavía la daga con la que cortó la cabeza al babilonio, según la leyenda bíblica, y una criada, sobre su cabeza, la de Holofernes. El trágico suceso parece olvidarse aquí por la gracia con la que caminan las dos mujeres, con un movimiento muy poético, en un paisaje abierto y claro; sus ropajes -como se verá en obras de su madurez- movidas por el viento y por la liviandad de las telas. La técnica es óleo sobre tabla, las dimensiones 31 por 24 cm. y se encuentra en la Galería de los Uffizi.