jueves, 3 de mayo de 2012

Felipe Bigarny, escultor (3)

La portada de la iglesia de Santo Tomás, en Haro (La Rioja) es obra de entre 1512 y 1525, por lo tanto su realización se dilató no solo por la dificultad y complejidad de la misma sino por los pleitos que hubo, pues Bigarny mostró varias veces su desacuerdo con un tallista llamado Matías (1). Como en otras obras suyas (trasaltar de la capilla mayor de la catedral de Burgos, retablo de la capilla real de la catedral de Granada) se trata de una obra monumental, también concebida como un retablo, aunque en éste caso se trate de decorar la puerta meridional de la iglesia de Santo Tomás. 

El material es piedra de Fontecha, en la actual provincia de Álava, entonces muy estimada, aunque la obra ha tenido que ser restaurada varias veces en el siglo XX, la última en 1999. Algunos autores consideran que hay una evidente influencia quattrocentista en la composición general, donde predominan las estructuras arquitrabadas y arqueadas (antiguas Grecia y Roma). La iconografía de esta fachada es la pasión de Cristo y la duda de Santo Tomás sobre su resurrección, tal y como relatan los evangelios. Como en otras obras (iglesia de Santa María la Mayor de Pontevedra) el coste corrió a cargo de la población local. No es lo más común, pues eran la nobleza, la Iglesia y los reyes los principales comitentes de las obras de arte, pero éste caso es una de las excepciones a la regla. 

Portada de la iglesia de Santo Tomás. Haro.
Seis calles (verticalmente), tres cuerpos y un ático (de abajo a arriba) componen la obra: en las calles laterales (dos a un lado y dos al otro) se representan los doce apóstoles (el único vestido de peregrino, Santiago, quizá por la proximidad de Haro al camino "francés" a Compostela). Por el naturalismo con que están representados se puede decir que es obra renacentista, aunque en el resto de la decoración predomine el plateresco (la primera etapa del renacimiento en España) con decoración minuciosa, sobre todo en el friso sobre las arcadas de las puestas, donde se representan cabezas de ángeles. El cuerpo inferior está formado por las dos puertas, separadas por un pilar; en el cuerpo sobre el friso, bajo dos arcadas, sendos tímpanos con relieves donde se representa, en uno la duda de Santo Tomás (que como se sabe no se fió de que Cristo hubiese resucitado y hubo de tocar la llaga del pecho con sus dedos) y en el otro la aparición de Cristo a sus apóstoles. En el cuerpo superior hay escenas -en relieve también- del Evangelio: la flagelación, la coronación con espinas, Jesús ante Caifás y el Calvario. En el ático hay una escultura, en una hornacina, de Jesús coronado, símbolo de su triunfo sobre el mundo. A ambos lados de esta figura escudos nobiliarios.

Como en la iglesia del convento de San Esteban de Salamanca, una gran arcada con casetones en su intradós, cobija toda la composición. La destreza de éste autor para trabajar la madera y la piedra quedan patentes al conocer su obra, algunos de cuyos ejemplos hemos citado más arriba. (En la ilustración de abajo, ver la decoración de candelieri en las pilastras que separan y enmarcan las escenas. Para más detalles ver http://www.superstock.com/stock-photography/Felipe+Bigarny .

Tomás duda (abajo izquierda), aparición de Jesús (abajo derecha), flagelación, coronación de espinas, Jesús ante Caifás y el Calvario (de izquierda a derecha)

Cuerpos segunto, tercero y ático

Las seis "calles", los tres cuerpos y al ático
(1) Estos pleitos están documentados en los años 1519 y 1520.

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