jueves, 17 de mayo de 2012

Villaverde Velo, fusilado

José Villaverde Velo


El día 24 de septiembre de 1936, recientemente comenzada la guerra en España, fue fusilado José Villaverde Velo: su "delito" era ser sindicalista, concretamente del anarquismo, donde se significó en Santiago y luego en A Coruña. El semanario "Solidaridad Obrera", que él dirigió, era el órgano de la Confederación Regional de Galicia. Nació dicho semanario en 1930 y existió hasta 1936, si bien en 1934 cambió su nombre por el de "Solidaridad". 
Villaverde Velo nació en Santiago en 1894, por lo que la muerte le "sorprendió" a la edad de 42 años. Había sido tallista de imágnes, en realidad su oficio fue el de carpintero y su labor sindical le llevó al fusilamiento en la parroquia de Oseiro, una de las litorales del muncipio de Arteixo, muy cerca de A Coruña. Hay en España personas que por el solo hecho de que se escriba esto dicen que es volver a las andadas, que se desentierran viejos rencores. No me anima a mí ningún rencor, pero sí una gran pasión y admiración por quienes se inmolaron a favor de un noble ideal: la igualdad y la justicia entre los seres humanos. 
Leer las páginas de "Solidaridad Obrera" es un placer; no solo porque hay mucha sabiduría en sus artículos, sino porque la variedad de temas y opiniones hacen de aquella publicación un verdadero ejercicio democrático. Desde denuncias por el intento de violación de una obrera a manos de un sicario; pasando por el "Bosquejo histórico del proletariado español en Norteamérica", del que se sabe tan poco; las huelgas y los teóricos del anarquismo, el sector pesquero en la época, los abusos durante la dictadura primo-riverista, la vida de los zapateros manuales en A Coruña, la de los sindicalistas presos... Plumas ilustres y menos ilustres jalonan las páginas del semanario: Domingo Serrano, Antonio Zozaya, Jesúa Garea, V. Cremer Alonso, Leon Sutil, Claro J. Sendón, José R. Suárez y otros, podrían servir de ejemplo para -en tiempos tan distintos- los trabajadores de ahora, y ya se vería que hay muchas cosas que no han cambiado; que la mujer sigue discriminada en el trabajo, que los abusos de los patronos se siguen produciendo, que las situaciones irregulares e ilegales siguen estando a la hora del día. 
Hoy quiero solo dedicar mi pequeño homenaje a un sindicalista que tuvo a gala competir con los de la Unión General de Trabajadores, como cuando en el número 1 (1930) se dice que los trabajadores del mar se pasan del sindicato socialista al anarquista... Al fin y a la postre unos y otros tuvieron un mismo destino, unos y otros nos han legado una gran lección de trabajo e integridad.

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