jueves, 3 de mayo de 2012

Un martirio en relieves

Bartolomé Ordóñez es un artista español influido por el arte italiano del renacimiento que tiene una corta vida: nace en 1480 y muere en 1520, pero representa el clasicismo más puro de la escultura española en su época. Trabajó en Burgos, Barcelona y Nápoles entre otros lugares, pero ya antes de su estancia en Italia se vio influido por discípulos o ayudantes suyos italianos. Una de sus obras más sobresalientes son los relieves del trascoro de la catedral de Barcelona, en mármol, inacabada y completada más tarde por Pedro Villar. 

Trabajó no solo el mármol sino también la madera, como la sillería del coro de la catedral de Barcelona, uno de los centros artísticos del renacimiento español, como otro fue Burgos. Los temas representados, al haber trabajado casi siempre para la Iglesia, son religiosos, pero el tratamiento que les dio fue clásico: actitudes, plegados en los vestidos, modelado y acabado. La composición que aquí comentamos está formada por cuatro relieves en los que se narran los martirios a que fue sometida una niña de trece años, Eulalia, por protestar ante las autoridades romanas de los abusos cometidos contra los cristianos. La historicidad de los hechos no está probada, pero sí la persecución de Diocleciano entre los siglos III y IV de nuestra era. Incluso la Eulalia venerada en Barcelona podría no ser sino un personaje del mismo nombre que vivió en Mérida. En todo caso Bartolomé Ordóñez se basa en tradiciones de los primeros siglos del cristianismo hispano.

Planta de la catedral de Barcelona y claustro (en rojo el lugar donde se encuentran los relieves de Bartolomé Ordóñez)
Según la leyenda Eulalia habría sido sometida a trece suplicios, los mismos que años tenía, lo que hace más inverosímil la leyenda. En todo caso tenemos en estos relieves, como en otros ejemplos, una muestra de que el renacimiento no fue antirreligioso -mucho menos en España- sino que abrió el camino para tratar temas mitológicos, relacionados con la naturaleza, alegorías y todo ello tomando al ser humano como principal modelo. 

El cuerpo desnudo de Eulalia es abrasado

Columnas clásicas que sostienen un friso dividido en triglifos y metopas (en la parte inferior de los fustes hay decoración plateresca) enmarcan cada uno de los relieves. La escena es naturalista, con los esbirros atizando el fuego bajo el cuerpo de la mártir, y el desnudo de la niña Eualia es de clara influencia italiana. 

Eulalia crucificada
De nuevo el desnudo y los personajes que someten a la niña a suplicicio en actitudes diversas y con un volumen y modelado clásicos. La arcada de medio punto a la derecha es otra demostración de la superación del gótico. 

Eulalia azotada
El estudio anatómico es aquí más claro y acabado, incluso teniendo en cuenta la perspectiva con personajes en distintos planos: más difusos y en bajorrelieve los que están detrás, con una técnica que se ha considerado "pictórica" (de ello tenemos un precedente extraordinario -y quizá Ordóñez las conoció- en las puertas "del paraíso" del baptisterio de la catedral de Florencia). El magistrado, a la izquierda, observa cómo es azotada la santa. 

El juicio a Eulalia

En éste relieve la santa podría ser la que aparece de espaldas, ante el magistrado romano, que reflexiona sobre las acusaciones de los demás: el tratamiento de las vestiduras, plegados y la escena en general recuerdan a la antigüedad clásica. Aquí también se aprecian los diversos planos en los que Ordóñez representa la escena, donde incluso representa un perro a los pies del magistrado como nota pintoresca. 

Haber elegido el mármol quizá sea una consecuencia de su estancia en Italia, pues esta obra es posterior a su permanencia en Nápoles. Como sabemos, la mayor parte de las obras escultóricas del renacimiento español son en madera policromada, aunque también tenemos ejemplos en alabastro.

Ver:
http://www.lasalle.es/santanderapuntes/arte/renacimiento/escultura/espana/bartolome_ordonez_sta_eulalia.htm

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