En su obra "Tipos y sombras de la tragedia...", publicada ya en 1937, el antes radical-socialista Joaquín Pérez Madrigal alababa al general Franco con la fe o conveniencia del converso. Es difícil encontrar exageraciones mayores y más peregrinas entre los panegiristas del general. Parece que se alarmó por los excesos cometidos en el bando republicano (nunca por orden de las autoridades) y se pasó con armas y bagajes al enemigo. No debía tener sus convicciones políticas y morales muy arraigadas.
Nacido a finales del siglo XIX, su historial político es el más fiel reflejo de un "cambia-chaquetas" y siempre acomodándose a lo que le convenía para no arriesgar el pellejo. Al comenzar la II República española formó parte de un grupo al que se llamó -o se llamaron los integrantes del mismo- los jabalíes, quizá en alusión a una frase de Ortega en la que se aludía con este calificativo a los diputados que armaban bulla innecesaria y constantemente. Estos "jabalíes" tenían una ideología izquierdista y federalista, entre los que se encontró Ramón Franco, hermano del dictador. Anticlericales al máximo, acudían a fórmulas populistas muy simples animando para mal el cotarro nacional: mucho vocerío, aprovecharon la libertad conseguida durante la II República para dar rienda suelta a un montón de estupideces sin ton si non. No han dejado de tener sus epígonos.
El jabalí Pérez Madrigal militó en la masonería y luego acabó en la Confederación Nacional de Derechas Autónomas, la organización conservadora posibilista que tanta influencia tuvo durante la II República y muchos de cuyos miembros militarían luego al lado del general Franco. Pérez Madrigal no estuvo en el frente de batalla; más bien se parapetó en la radio franquista con un tono fantasioso y burlón respecto a los republicanos y, particularmente, los milicianos que se jugaban la vida en los campos, caminos, pueblos y trincheras. No sobrevivió al dictador, pero casi y no es el único ejemplo que podríamos encontrar entre los que a partir de débiles convicciones políticas o por cobardía, se pasan al sol que más calienta.
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