"Raíces de árboles" de Van Gogh |
Tras cuarenta años de existencia el Museo Van Goh de Ámsterdam abre sus puertas de nuevo con una muestra del taller del pintor, comprendiendo doscientas obras, objetos y cuadros de otros artistas. Como en otras ocasiones, una gran empresa ha ejercido el mecenazgo, en este caso la Shell, con el estudio de las pinturas.
El director del Museo, Rik van Koetsveld ha hecho unas declaraciones en las que informa de que el artista no pintaba de forma instantánea, sino laboriosamente para ir descubriendo los efectos de los colores más adecuados a sus objetivos. Otras obras y objetos son de Gauguin y de Toulousse Lautrec y en esta muestra los visitantes pueden utilizar un microscopio para apreciar los detalles de algunas pinturas, moldes transparentes superpuestos para ver los diferentes motivos pintados bajo la pintura defnitiva y retales de lienzo en sus diversos estados de preparación. Uno de los objetos es una caja de ovillos de lana de colores que el pintor usaba para guiarse cuando mezclaba diversos tonos.
Algunos ejemplos de sus pinturas son los cerezos en flor, en los que la calidad de la pintura (de la pasta) es mala, por lo que su conservación no ha resistido el paso del tiempo. El pintor que es reconocido generalmente por sus excentricidades, cuando no tenía lienzos utilizaba trapos y reutilizaba lienzos ya pintados donde pintaba un motivo nuevo. Esto se puede ver ahora con la exposición sobre el taller de Van Gogh. También se puede ver la primera versión de Los girasoles, que ha cedido la National Gallery de Londres. De los cinco girasoles de Van Gogh, todos son distintos. El dormitorio en Arles, también conocido como La habitación del artista, ha sido cedido por el Instituto de Arte de Chicago.
También se exponen cuadernos con esbozos, dibujos y acuarelas de Van Gogh, que el público en general no conoce. En ellos se ve como el artista se adentró en el arte abstracto a partir de ciertas simplificaciones desde de un motivo concreto. La última obra de su vida, Raíces de árboles, obra de 1890, también puede ser vista ahora en el Museo.
Según el New York Times en su edición digital, se presentan sorpresas con algunos de los colores empleados por el pintor. El fondo del cuadro El dormitorio en Arles era violeta antes de pasar a ser azul y con otras obras se puede estudiar también la evolución a lo largo de su relativamente corta vida, y todo se podrá ver hasta el 12 de enero de 2014.
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