martes, 28 de febrero de 2023

Obispos tudenses

                                                                       Catedral de Tui

Aun siendo Tui una pequeña diócesis en uno de los extremos de la cristiandad, tuvo obispos cortesanos que quizá nunca pisaron su tierra, como es el caso de Luis Marliano (1517-1521). Según unas u otras fuentes era natural de Flandes o de Milán, y seguramente era hombre ilustrado, pues fue médico de Felipe “el Hermoso” y luego del rey Carlos. Con anterioridad a su estado eclesiástico pudo estar casado, teniendo un hijo de nombre Pedro Antonio Marliano, que sería rector de la iglesia de los santos Justo y Pastor de Entenza, al sur de Salceda de Caselas y muy cerca del río Miño (actual provincia de Pontevedra). Don Pedro fue también canónigo de Tui, probablemente por cuestión de rentas.

El obispo Don Luis parece que lo fue al mismo tiempo de Tui y de Ciudad Rodrigo, aunque Ávila y la Cueva dice que de la segunda diócesis fue obispo entre 1514 y 1523, estando generalmente bien informado. Una prueba de que el obispo Marliano no pisó la ciudad de Tui es que en 1518 dio poder a Micer Daniel Marliano (probablemente otro pariente suyo) “para que viniese a Tui y en su nombre administrase el obispado…”. El prelado, por su parte, acompañaba a la corte del rey Carlos en Valladolid, A Coruña y Aragón, en la época en que arreciaba la guerra de las Comunidades de Castilla.

Como se ve, nepotismo y absentismo fueron la norma en este obispo, pero no fue el único. Su predecesor en Tui, Martín Zurbano (1514-1516) fue miembro del Consejo de la Reina Juana y de la Inquisición, por lo que no tendría mucho tiempo para ocuparse del obispado, así como del monasterio de Poio, del que fue administrador. Y el predecesor de Don Martín fue Juan de Sepúlveda (1512-1514) aunque nunca se posesionó de la diócesis tudense, siendo promocionado probablemente a Malta, donde murió.

Tui tuvo no pocos obispos procedentes de la nobleza, ya fuese alta o baja, ejemplo de lo cual es Pedro Sarmiento (1523-1525), hijo de los terceros condes de Salinas, habiendo estudiado en las Universidades de Salamanca y Valladolid. También ocupó cargos en la corte del rey Carlos, pero con anterioridad había sido canónigo en Tui (1510), y cura en San Verísimo de Arcos aun antes (1498), parroquia que se encuentra al Este de Ponteareas (actual provincia de Pontevedra). Es un caso curioso, pues combinó al apostolado parroquial con altas dignidades cortesanas, habiendo sido capellán de los Reyes Católicos, y en 1523 se encontraba en Pamplona acompañando al rey Carlos, señalando Ávila y la Cueva que estuvo con el Emperador “en las jornadas de Flandes, Alemania y Austria”; también “en la empresa contra el turco”, y había asistido en Bolonia a la ceremonia de coronación del Emperador por parte del papa Clemente VII en 1530[i].

El sucesor de Pedro Sarmiento fue Pedro González Mauro (1525-1526) y a buen seguro su pontificado fue tan corto porque sus muchas responsabilidades le reclamaban en otros sitios: miembro de la Inquisición, Presidente de la Chancillería de Valladolid, etc. Diego de Avellaneda, el siguiente obispo tudense (1526-1537) fue miembro del Real Consejo, Presidente de la Chancillería de Granada, del Consejo de Navarra (1530), que coincidía con el cargo de virrey allí, pero Tui fue gobernado por medio de un provisor, lo que no le impidió dejarnos una obra interesante: un libro tumbo de todas las haciendas y temporalidades del obispo y un apeo[ii] de todos los beneficios de la diócesis que eran de patronato del obispo; estableció en Tui cátedras de latinidad, canto llano, contrapuntos y canto de órgano, no faltando un litigio con el arcediano de Miñor sobre las luctuosas[iii] de la colegiata de Baiona, del que salió victorioso en 1528.

En 1537 llegó a Tui un veneciano para hacerse cargo del obispado, Juan de Remia, que solo lo ocupó dicho año, pues su principal ocupación estuvo en la corte, muriendo en Toledo en 1539. Le sucedió Sebastián Ramírez de Fuenleal, que fue inquisidor en Sevilla antes de que el Emperador le nombrase oidor de la Chancillería de Granada, pasando luego a Indias (1524) para hacerse cargo de la Audiencia de Santo Domingo, y aún tuvo otros cargos en Nueva España. Fue obispo de Tui entre 1538 y 1540.

En Poyatos, al norte de la actual provincia de Cuenca, nació Miguel Muñoz, que fue obispo de Tui entre 1540 y 1547, pero antes había sido oidor en la Chancillería de Granada (1527) y miembro de la Inquisición (Suprema). Debió solicitar la mitra de Cuenca porque allí fue promovido. Le sucedió en Tui Juan de San Millán (1547-1564) uno de los pocos de los aquí referidos que tuvo un largo pontificado, siendo el primero que obligó a los canónigos a residir en la ciudad de Tui, pues no lo hacían, lo que fue una de las decisiones del Concilio de Trento (hay dudas sobre si asistió a él o no). Otra prueba de nepotismo, tan común en la época, es que el racionero Joanes de San Millán, pariente suyo, consiguió ser más tarde canónigo.

Para terminar con esta muestra de obispos tudenses del siglo XVI citamos a Diego de Torquemada, natural de Bujalance, población al Este de la actual provincia de Córdoba. Era de familia noble y fue comisario de la Inquisición, siendo provisor suyo su hermano Pedro. También de acuerdo con lo establecido en el Concilio de Trento ordenó se compusiesen libros de bautizados, casados y difuntos, anticipándose tres siglos al Estado en este tipo de registros. Con motivo de la muerte del rey de Portugal, Don Sebastián, el Prior de Crato[iv] se opuso al reconocimiento de Felipe II como rey del vecino país, por lo que el monarca tomó militarmente Porto. Su obispo, Don Simón de Sá Pereira, sin embargo, aceptó al rey español, se desplazó a Braga, y junto con su arzobispo, Don Fray Bartolomé de los Mártires, llegaron a Tui, donde fueron recibidos por Don Diego de Torquemada, otro ejemplo de largo pontificado, pues ocupó la sede tudense entre 1564 y 1582.



[i] Ya en 1519 los electores del Imperio habían elegido a Carlos emperador, pero el acto de 1530 revistió un simbolismo, sobre todo teniendo en cuenta que tres años antes había saqueado Roma por aliarse el pontífice con otros príncipes europeos (Francia, Inglaterra, Ducado de Milán, República de Florencia y República de Venecia) ante el poderío de Carlos en Italia.

[ii] Deslinde de fincas.

[iii] Impuesto debido a la Iglesia por los servicios funerarios de los curas.

[iv] Don Antonio de Portugal, nieto del rey Manuel I “el Afortunado”. A la muerte del rey Don Sebastián, fue rey Enrique I durante dos años, siendo además cardenal y sin sucesión, lo que aprovechó el rey Felipe II para postularse como rey de Portugal, contando con apoyo interno.

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