A finales de agosto de 1918 Feiga Roitman disparó a Vladimir Ilich Ulianov, Lenin, hiriéndole gravemente, aunque el líder bolchevique se recuperaría de sus heridas, una de ellas en el pulmón. Solo se sabe de la autoría de los disparos por testimonios que no fueron definitivos y por la confesión de la autora, que se mostró contraria al cariz que tomaba la revolución bolchevique. No era la única: socialistas de las más variadas familias también estuvieron en desacuerdo con la dictadura leninista, pero los bolcheviques, quizá mejor organizados, fueron capaces de hacerse con las riendas del poder, contar con el apoyo de la mayor parte del ejército -sobre todo la tropa- y con muchos obreros de las ciudades del oeste. No así con los campesinos, que estaban adscritos al anarquismo en algunas regiones y a los social revolucionarios, implantados sobre todo en el campo ya durante el zarismo.
Al noroeste de Ucrania se encuentra Volinia, la región donde había nacido Roitman en una familia judía; más tarde la anarquista Feiga adoptaría el nombre Yefimovna Kaplán. Su trabajo desde muy joven en Odesa le enseñó la dureza de las condiciones de vida de la clase obrera, que ella padeció también. Pronto cometió algunos atentados terroristas, por lo que fue enviada a un campo en Siberia. Como tenía alguna formación las autoridades no la sometieron a los trabajos más penosos y junto con otras mujeres afectas al socialismo tuvo la oportunidad de intercambiar ideas y experiencias.
Cuando comprobó las intenciones de los bolcheviques se opuso a ellos y comenzó una militancia a medio camino entre el anarquismo y el socialismo revolucionario en Crimea, pero siempre en oposición al nuevo régimen, que se debatía entre la salida de la guerra mundial, la guerra civil, la miseria y la división del país. Su vida personal estuvo llena de penurias, llegando a quedarse ciega, lo que en medio de la desesperación le llevó a un intento de suicidio. Posteriormente consiguió ser curada parcialmente de la ceguera y volvió a ver.
El terror se había apoderado de Rusia y los demás territorios a ella adheridos: el ejército blanco no era más benigno que el ejército rojo, las checas creadas por los bolcheviques asesinaban sin miramientos, las delaciones de multiplicaban y la falta de seguridad jurídica era total. Detenida Roitman tras el atentado contra Lenin, mostró su carácter indisciplinado y lejano a la colaboración con sus captores. Encarcelada en Lubyanka, nombre de una plaza de Moscú, sufrió malos tratos e interrogatorios humillantes. Parece indiscutible que fue ella quien atentó contra Lenin, pues llegó a confesarlo: ¿quizá porque se vio perdida y quiso pasar a la historia como una valiente liberadora?
En todo caso Feiga Roitman (Kaplán) es un ejemplo de la enorme desunión eixstente entre los revolucionarios que lucharon para acabar con el zarismo. No fue el pueblo quien derrocó dicho régimen, o al menos no se puede admitir de forma tan simple. Fue el ejército, un partido revolucionario fuertemente jerarquizado como el bolchevique y la participación de soviets y obreros de las ciudades, muchos de los cuales se apartaron luego del bolchevismo. La represión y el cierre de la prensa de los grupos socialistas no bolcheviques muestra que muy pronto la pretendida democracia soviética se quebró. Algunos como Roitman constituyen premoniciones de lo que luego vendría.
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