Mientras Van Gogh vivía en Arles, en la Provenza, visitó Saintes-Maries-de-la-Mer entre el 30 de mayo y el 3 de junio de 1888. En este lugar descubrió el Mediterráneo y se llenó de asombro. Las cartas a su hermano Theo y a su amigo Emile Bernard demuestran entusiasmo. La estancia en este lugar le serviría como inspiración para doce obras. Según Brita Velghe el Museo Pushkin de Moscú conserva una pintura de un paisaje marino con los barcos aparejados y velas triangulares y manejados por un solo hombre. Después de su vuelta a Arlés, Vincent escribió una carta a Emile Bernard con un bosquejo de este episodio incluyendo anotaciones de color, terminando tres versiones que actualmente están en la Nationalgalerie de Berlín, en el Museo Guggenheim de Nueva York y en el Museo de Bruselas, que es el único que fue firmado por el artista.
Su estilo, rápido y conciso, se inspiró en el de los japoneses, de los que Van Gogh había empezado a recoger ejemplos en Amberes en diciembre de 1885. Vincent concedió suma importancia al dibujo como la columna vertebral de la pintura. El mar con sus colores siempre cambiantes -dice Brita Velghe- la chispa de la luz intensa sobre las olas, el horizonte lejano, la impresión de infinitud, todo ello fue capaz Van Gogh de captar en este paisaje marino de Saintes-Maries-de-la-Mer. Primero dibujo con grafito y el dibujo fue remodelado luego con una caña afilada con gradaciones sutiles de tinta marrón. Pero ya se ven los trazos gruesos en primer plano, retorcidos y sinuosos, la embarcación es impresionista y el fondo celeste con la técnica puntillista.
No es extraño que el paisaje de la Camarga, en las bocas del Ródano, inspirase a Van Gogh. Hoy, su centro es Etang de Vaccarès. Con frecuencia sopla el mistral y los veranos son calurosos. En algunas lagunas se ven flamencos embelleciendo en paisaje. Pero Saintes-Maries-de-la-Mer está en la costa, dejando a un lado y al otro los lagos más o menos grandes que hacen al gran paraje tan especial. La playa ondulante se divide para dar salida al agua de una de las lagunas, la población tiene todas sus casas bajas y ordenadas en el paisaje, sin romper con la gran planicie. Los caballos almizcleros recorren las lagunas y en el centro se alza la iglesia fortaleza, con sus arcadas altas y sus listeles alargados de estilo lombardo. Su fábrica es del siglo XII.
Según los lugareños María Magdalena, María Salomé, María Jacobe y otros tuvieron que escapar de Palestina en barco y después de un azaroso viaje, llegaron a las proximidades de Saintes-Maries-de-la-Mer, de ahí el nombre de las marías.
Su estilo, rápido y conciso, se inspiró en el de los japoneses, de los que Van Gogh había empezado a recoger ejemplos en Amberes en diciembre de 1885. Vincent concedió suma importancia al dibujo como la columna vertebral de la pintura. El mar con sus colores siempre cambiantes -dice Brita Velghe- la chispa de la luz intensa sobre las olas, el horizonte lejano, la impresión de infinitud, todo ello fue capaz Van Gogh de captar en este paisaje marino de Saintes-Maries-de-la-Mer. Primero dibujo con grafito y el dibujo fue remodelado luego con una caña afilada con gradaciones sutiles de tinta marrón. Pero ya se ven los trazos gruesos en primer plano, retorcidos y sinuosos, la embarcación es impresionista y el fondo celeste con la técnica puntillista.
No es extraño que el paisaje de la Camarga, en las bocas del Ródano, inspirase a Van Gogh. Hoy, su centro es Etang de Vaccarès. Con frecuencia sopla el mistral y los veranos son calurosos. En algunas lagunas se ven flamencos embelleciendo en paisaje. Pero Saintes-Maries-de-la-Mer está en la costa, dejando a un lado y al otro los lagos más o menos grandes que hacen al gran paraje tan especial. La playa ondulante se divide para dar salida al agua de una de las lagunas, la población tiene todas sus casas bajas y ordenadas en el paisaje, sin romper con la gran planicie. Los caballos almizcleros recorren las lagunas y en el centro se alza la iglesia fortaleza, con sus arcadas altas y sus listeles alargados de estilo lombardo. Su fábrica es del siglo XII.
Según los lugareños María Magdalena, María Salomé, María Jacobe y otros tuvieron que escapar de Palestina en barco y después de un azaroso viaje, llegaron a las proximidades de Saintes-Maries-de-la-Mer, de ahí el nombre de las marías.
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