Iglesia de San Bartolomé en Pontevedra |
Según el jesuíta Pascasio de Seguín (1) en Galicia había 47 mitras (debe de contar con las abadesas y los abades mitrados), 20 dignidades en el cabildo compostelano, 22 abades de San Benito y San Bernardo, 9 colegiatas (Iria Flavia, A Coruña, Muros, Baiona, Vigo, Cangas, Caabeiro, Crecente y Xunqueira de Ambía), unas 3.470 parroquias y comunidades de agustinos, mercedarios, jesuítas y franciscanos (estos muy numerosos). También había catorce estudios entre benedictinos, franciscanos y jesuitas.
Buena parte de Galicia estaba en manos de la Iglesia, ya regular o secular, pero algunos de sus miembros (pocos) practicaron la heterodoxia: Francisco Alexandre Bocanegra, por ejemplo, parece que fue jansenista (se tildada de ello a todo antijesuita, a todo adversario al centralismo papal, a todo partidario de una moral rígida contra la relajación del clero... pero también hay un jansenismo teológico). Uno de los sermones de este es "Declamación oportuna contra el libertinaje de el tiempo" [sic], por otro título "Saludable medicina para las dolencias del siglo".
El "voto de Santiago", prebenda por la que se beneficiaba la catedral de Santiago y que pagaban los asturianos, gallegos, leoneses y castellanos, en agradecimiento a la victoria cristiana contra el islam, victoria que no existió por la sencilla razón de que no existió la batalla de Clavijo a la que se atribuye, fue puesto en cuestión en tiempos del rey Carlos III: "representación contra el Voto de Santiago, que hace al rey Carlos III el duque de Arcos".
Las que sí fueron reales son las batallas habidas en Galicia contra los portugueses, aliado su gobierno con las potencias austracistas en la guerra de sucesión a la corona de España. Episodios importantes fueron los de Monterrei, Bande, Celanova y Lobeira, entre otros. En 1705 se organizaron las Compañías de Ourense y Allariz fue plaza de armas. Las tropas portuguesas entraron en Galicia por Entrimo, Calvos de Randín y, en 1707, ocuparon Leboreiro.
En 1706 dos navíos ingleses desembarcaron en la península de Morrazo, pero fracasaron ante la actitud hostil de los habitantes. "Clérigos, estudiantes viejos, acudieron animosos" (2). Otero Pedrayo dice que es evidente el apoyo de Galicia a los Borbón, especialmente Feijoo, y uno de los plenipontenciarios españoles en la paz de Utrecht fue el marqués de Monteleón, cuyo solar estaba en la calle de la rúa Nueva de Arriba, en el barrio de la Moureira, según González Zúñiga.
Más tarde, en 1719, Pontevedra, junto con otras poblaciones de Galicia, fue atacada por tropas inglesas. Las destrucciones de casas llevaron a reformas urbanas según González Zúñiga y la Sociedad Arqueológica de Sampedro. El tercio de Valladares participó en las luchas contra la Cuádruple Alianza en Lombardía y en Mantua, cuyo mando militar tuvo el conde de Maceda. De estas luchas nacerá la necesidad de un puerto moderno en Ferrol, obra del siglo XVIII, así como su barrio de la Magdalena. En el desarrollo de la industria naval de Ferrol se perciben cuatro momentos: el vizcaíno, el inglés, el francés y el eclesiástico.
En 1797 se alojaron en Pontevedra diez mil hombres a las órdenes de los generales la Peña, Escalante y Compigny. Ocuparon el cuartel del campo de Santo Domingo, la casa y torre de Sangro en la plaza del Consistorio, la casa de Troncoso en la Herrería y la casa de Portas en el Barón. Los cuatro hermanos Gago, capitanes de corso, armaron sus barcos en favor del comercio de Ponteveedra, siendo ejemplos de la actividad corsaria el mar de Baiona en la segunda mitad del siglo XVIII (3).
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(1) "Galicia Reyno de Cristo Sacramentado...".
(2) Libro de Provisiones de guerra del Archivo Capitular de Santiago", citado por López Ferreiro.
(3) Herminio Ramos González, "Recuerdos de antaño. Crónicas históricas de la villa de Bayona", Madrid, 1925.
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