jueves, 19 de septiembre de 2019

Personajes y lugares de Rabelais

Abadía de Maillezais

En “Pantagruel”, el libro escrito por Rabelais, el capítulo del nacimiento del héroe –dice Mijail Bajtin-, describe el espantoso calor, la sequía y la sed general que éste provoca. Si creemos a Rabelais, esta sequía duró treinta y seis meses, tres semanas, cuatro días y trece horas y pico. Las memorias de los contemporáneos nos informan de que, en el año en que fue escrito “Pantagruel” (1532), hubo efectivamente una sequía terrible que duró seis meses. Rabelais no hace sino exagerar su duración. La sequía y la sed general dieron vida a Pantagruel, el diablillo del misterio que tenía el poder de dar sed. Se encuentra en el mismo libro, el episodio en el cual Panurgo compra las indulgencias, lo que le permite salir a flote. El año en que fue escrito el libro, fue un año jubilar extraordinario; las iglesias que Panurgo recorre se habían beneficiado realmente con el derecho de vender las indulgencias.

En “Pantagruel” encontramos el pasaje siguiente: “leyendo las bellas crónicas de sus antepasados, encontró que Godofredo de Lusignan, llamado Godofredo el del gran diente, abuelo del primo político de la hermana mayor de la tía del yerno del tío de la nuera de su suegra, estaba enterrado en Maillezais[i]; se tomó un día de vacaciones para ir a visitarle, como hombre de bien. Y, partiendo de Poitiers con algunos compañeros, pasaron por Ligugé, donde visitaron al noble Ardillón, abate, y por Lusignan, Sanxay, Celles, Coulomges, Fontenay-le-Comte, donde saludaron al docto Tiraqueau; y de allí llegaron a Maillezais, donde visitó el sepulcro del dicho Godofredo el del gran diente”.

Cuando Pantagruel observó la estatua de piedra de Godofredo, erigida sobre su tumba, quedó impresionado por la expresión furiosa[ii] que el escultor había dado a su figura. Hay dos momentos fantásticos en el episodio (dice Bajtin[iii]): la imagen del girante Pantagruel viajando y sus lazos de parentesco paródico con Godofredo. Todo el resto del texto corresponde con perfecta precisión a la realidad.

Cuando Rabelais era secretario particular de Godofredo d’Estissac, obispo y abad de Maillezais, había viajado muchas veces de esta ciudad a Poitiers, (itinerario de Pantagruel), pasando por los lugares que nombra. D’Estissac hacía frecuentes viajes en su obispado (como a muchos otros señores de su tiempo, le gustaba mucho edificar), y Rabelais lo acompañaba siempre. Conocía así a la perfección el Poitou, citando en su libro más de cincuenta nombres de ciudades y villorrios, comprendiendo los burgos más minúsculos.

Es en el monasterio de los franciscanos de Fontenay-le-Comte, donde Rabelais pasa sus primeros años; allí frecuentó a un grupo de clérigos de ideas humanistas que se reunían con el abogado André Tiraqueau, con quien Rabelais conservaría relaciones amistosas hasta el fin de sus días. Al lado de Ligugé se encuentra un monasterio agustino, que tenía por cura al docto abad Ardillon, a quien Rabelais hacía frecuentes visitas. Por su parte, Godofredo de Lusignan, antepasado de Pantagruel, no era tampoco imaginario, sino un personaje que vivió a comienzos del siglo XIII. Había incendiado la abadía de Maillezais (por eso Rabelais le hizo vendedor de yesca en los infiernos, castigo carnavalesco de ultratumba), pero luego, habiéndose arrepentido, la había reconstruido dotándola ricamente.

La imagen grotesca y fantástica (incluso cósmica, dice Bajtin) de Pantagruel es trazada con una realidad perfectamente precisa y conocida por el autor. En cuanto a las localidades, Rabelais se esfuerza en el relato de alguna particularidad local: el abrevadero en el que se le daba la papilla a Pantagruel, y que, en vida del autor, era exhibido en Bourges con el nombre de “escudilla del gigante”. El pequeño Pantagruel estaba encadenado a su cuna y Rabelais dice que una de las cadenas se encontraba en La Rochelle, otra en Lyon y la tercera en Angers. Existían, efectivamente. En Poitiers, el joven Pantagruel arrancó una piedra de una gran roca e hizo con ella una mesa para unos estudiantes. Esta piedra hendida en dos, existe todavía en Poitiers.

Cuando habla de “Gargantúa”, todos los acontecimientos (con excepción de los de París) se desarrollaron en los alrededores de Chinon (a orillas del río Vienne, poco antes de su desembocadura en el Loira), que es la patria del escritor. Todas las localidades citadas, son reales. El centro de toda la acción se encuentra en la residencia real de Grangousier, padre de Gargantúa. Hoy se sabe donde está dicha residencia, la granja de la Devinière, propiedad del abogado Atoine Rabelais, padre del escritor, y allí le contaron la agresión de Picrochole[iv]. Toda la guerra que provocó esta agresión se basa en hechos reales, la lucha entre panaderos y viñeros en el valle del Négron, al este de Tours, el cerco de una abadía y otros pormenores[v]. En esta guerra la familia de Rabelais estuvo en un bando contra Gaucher de Sainte-Marthe, señor de Lerné y propietario de pesquerías en el Loire. Rabelais se encontró en el centro de los acontecimientos y tomó parte en ellos.

En las cercanías de Devinìere, sobre la margen izquierda del Négron, existe todavía hoy la pradera de la Saulsaye, que sirvió de marco a los diálogos de los buenos borrachos, y en la cual nacería Gargantúa durante la fiesta carnavalesca de la matanza de reses. Algunos acontecimientos fantásticos, como el de los peregrinos comidos, tiene lugar en el patio del jardín de la granja de la Devinière. Muchos personajes han sido identificados: un teólogo era Lefévre de Etaples[vi], y así otros. La villa de Panzoust (en el episodio de la sibila de Panzoust), existió realmente, según Bajtin, y hoy se puede ver aún la gruta donde vivía la pitonisa.

La historia de la mala pasada del maestro François Villon, una “farsa trágica”, se desarrolla en Saint-Maixent (en Poitou). Cuando, por ejemplo, en el curso del banquete que sigue a los caballeros asados, Pantagruel dice que sería bueno enganchar campanas bajo las mandíbulas masticadoras, se está refiriendo a las de los campanarios de Poitiers, Tours y Cambrai…

Bajtin dice que Rabelais es el menos popular y entendido de los grandes escritores franceses, pero los estudiosos le consideran como uno de los autores más importantes. Se le ha comparado con Shakespeare, y Chateaubriand y V. Hugo lo tuvieron como uno de los genios más importantes de la humanidad. Michelet ha dicho que Rabelais ha recogido sus datos de la sabiduría popular, los refranes, los proverbios, las farsas estudiantiles y la acción de los bufones. De sus delirios y de sus sueños nos han quedado frutos fecundos.


[i] Localidad del oeste de Francia.
[ii] Esta expresión se corresponde con la realidad.
[iii] “La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento”. En un capítulo de esta obra se basa el presente resumen.
[iv] El rey que ataca el reino de Grangousier.
[v]  El gran bastonero de la cofradía de los panaderos apaleado de muerte, lleva en el libro el nombre de Marquet, que en la realidad era el yerno de Saint-Marthe. Rabelais enumera los nombres de treinta y dos propietarios feudales, ninguno imaginario. 
[vi] Humanista, teólogo y filósofo francés.

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