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Las insurrecciones liberales en diversas
partes de Italia, en torno a 1820, y los sucesivos fracasos sufridos, trajo a
España a no pocos italianos comprometidos con la causa liberal. Barcelona es
una de las ciudades a las que llegaron los italianos, como también Tarragona.
En 1822, al calor del aparente triunfo liberal en España de dos años antes, los
exiliados italianos se convirtieron en voluntarios para luchar en España contra
los numerosos intentos absolutistas, más concretamente en el Ampurdán. Este hecho
y otros de parecida naturaleza hicieron que las autoridades españolas pensasen
en dar a estos italianos una organización regular dentro del ejército liberal.
Algo así como lo que hizo Francia con los polacos que habían sido derrotados
bajo la dirección de Kosciusko[i].
También en Francia se formaría años más tarde otro ejército con los italianos
vencidos en la batalla de Novara[ii].
Para que la España liberal aceptase a esos italianos inmigrados, tendrían que demostrar que habían formado parte de la lucha a favor del liberalismo en sus países. Por su parte una reacción absolutista que estalló en Manresa, Girona y Castellar de Nuc[iii] en 1821, mientras Barcelona sufría una epidemia de fiebre amarilla, había terminado en derrota para dicha facción, teniendo que refugiarse los antiliberales en Francia.
Siguiendo al general
Miláns, los inmigrantes italianos tomaron las armas y muchos oficiales que
habían luchado en el ejército del Piamonte, sirvieron como soldados; también
estudiantes jóvenes de familias notables, pero éste ejército perdió muchos
efectivos en Vic (2 de julio de 1822). En un período de tiempo relativamente
corto, todos los inmigrantes italianos que se encontraban en diversas partes de
España se unieron a los liberales, entre los cuales Carlo Beolchi, Pacciarotti,
el conde Ceppi, Pietro Gilio y Giovanni Allegra.
A finales de 1821, una
vez acabada la peste amarilla, otros inmigrados italianos se reunieron en
Barcelona y pidieron al capitán general que se les armase para luchar contra
los absolutistas, lo que éste aceptó. En Gerona luchó contra Misses[iv]
un escuadrón constitucional de voluntarios con bandera italiana, entre los que
se encontraba Vittorio Ferrero, héroe de San Salvario, en las proximidades de
Turín. También Olot fue cercado por tres decenas de italianos exiliados,
consiguiendo expulsar de dicha ciudad a los absolutistas.
En cuanto a
portugueses, la primera leva para luchar en España (guerra de 1833) fue la de
Granaderos de Oporto, pero no fue tarea fácil el traslado. El Ministerio de la
Guerra portugués hizo una relación en 1835 de los voluntarios para
luchar en España, entre los cuales hubo recelos porque todavía se le debían
pagos por su lucha contra el miguelismo en Portugal. Pero pronto el número de
los enrolados aumentó día a día. En el contexto de la Cuádruple Alianza, de la
que formaban parte Portugal y España, se firmó un convenio entre los dos países
para que llegase a éste último la llamada Auxiliar Portuguesa, que no estuvo
preparada hasta finales de año, haciendo su entrada por Zamora, pero también
embarcaron para Barcelona 150 belgas, siguiendo luego otras remesas de
portugueses.
Los portugueses
lucharon sobre todo en Cataluña, pero también en otras partes de España,
mandados en ocasiones por oficiales británicos. La recluta se dio por terminada
a mediados de 1836, pero el Gobierno español se vio obligado a cubrir las bajas
de esas unidades que formaban, frecuentemente, la vanguardia de las tropas
isabelinas.
Los regimientos de
granaderos y de cazadores de Oporto estuvieron formados por ingleses, portugueses,
franceses, italianos, alemanes, belgas, españoles y de otras nacionalidades,
como si la causa del liberalismo fuese asumida sin distinción de estados. Otro
contingente de Cazadores de Oporto llegó a Barcelona a principios de 1836, pues
los soldados fueron cayendo a medida que avanzaba la guerra. Los granaderos
procedentes de Portugal, que llegaron a Barcelona a finales de 1835, fueron
recibidos con alegría en la ciudad, como reflejó la prensa, saliendo pocos días
después para Vilafranca, primer bautismo de fuego para ellos en España.
La segunda intervención
la realizaron cuando acababa el año 1836 tras haber ocupado Sant Pere de Ribes
los carlistas, siendo estos vencidos de forma contundente. Otro desembarco en
Barcelona y otro más en Tarragona completaron la colaboración del liberalismo
portugués con el español.
Bonaparte, en su
ocupación de la península Ibérica (1808) empleó polacos y soldados de otras
nacionalidades, en la guerra de sucesión a la corona de España lucharon
soldados de diversas nacionalidades en unos ejércitos y en otros, como en los
tercios de Flandes del siglo XVII, pero estos ya es otros contextos distintos del aquí tratamos[v].
[i] Nacido
en 1746, murió en 1817. Es considerado un héroe en Polonia y en Bielorrusia.
Participó en la guerra de independencia de Estados Unidos. En 1794 participó en una insurrección contra el absolutismo del Imperio Ruso.
[ii] Entre
el reino de Cerdeña y el Imperio Austríaco en el marco de las guerras de
independencia italiana (1849). Novara se encuentra en el noroeste de Italia.
[iii] En el
extremo norte de la actual provincia de Barcelona.
[iv] Tomás
Costa, natural de Figueras. Afrancesado durante la guerra de 1808, después
anduvo por las montañas como bandido. Prisionero en Gerona hasta finales de
1821 a donde había ido para tomar parte en una conspiración absolutista.
[v] El
presente resumen está basado en la obra de Josep Sánchez Cervelló.
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