Cerca de Gallur (Zaragoza) fue hecho prisionero Borso |
Este es el pomposo nombre que le dieron unos militares españoles a una sociedad secreta creada por ellos, a principios de 1842. Estaba ocupando la regencia de España el general Espartero y, desde el mismo momento, se le habían opuesto todos aquellos que no estaban de acuerdo ni con su personalidad, ni con su progresismo, ni con que hubiese hecho abdicar a su predecesora, María Cristina de Borbón. Es fácil comprender que entre la oficialidad del ejército español hubiese partidarios de esta, pues había posibilitado la tercera experiencia liberal en España (quizá a su pesar) aunque solo fuese para garantizar el acceso al trono, algo más tarde, de su hija Isabel.
Fernando Fernández Bastarreche (1) narra los pronunciamientos que tuvieron lugar en España en 1841 y 1843, fracasado el primero y triunfante el segundo. Consecuencia del primero es la creación de la "Orden Militar Española" en la que se comprometen los más destacados generales no afines a Espartero. Gutiérrez de la Concha estaba aliado a Narváez, O'Donnell, Borso de Carminati y Diego de León en el intento de 1841. "En torno a María Cristina se organizó una trama conspirativa... El proyecto de un primer levantamiento se ramificó pronto por toda España, dando lugar al un pronunciamiento en septiembre" de dicho año. Narváez actuó en Andalucía; Borso di Carminati en Zaragoza; O'Donnell y Montes de Oca en Pamplona y Vitoria respectivamente... El autor citado señala que estos militares esperaban ser ayudados por los carlistas ante las medidas anticlericales de Espartero, pero tanto Cabrera como el pretendiente Carlos habían dicho que tal cosa no se produciría, confiando en que el regente cayese por su propio peso ante los adversarios que estaba acumulando.
Carlos de Borbón estaba en Bourges, en el centro de Francia, mientras que Diego de León, Manuel de la Pezuela (que no distaba mucho de los carlistas) y Concha debían asaltar el palacio real, donde contaban con colaboración interior: el objetivo era secuestrar a las hijas de María Cristina de Borbón y reponer a esta en la regencia. A todo ello se opuso el coronel Domingo Dulce, que estaba muy unido a Espartero. El fracaso de la intentona llevó a algunos de los cabecillas a la muerte, ejecutados por orden del regente, que de esta formar hizo aumentar el número de sus opositores, pues no en vano aquellos habían contribuido al establecimiento del liberalismo en España y habían participado en importantes hechos de armas con grave riesgo de sus vidas.
Uno de los ejecutados fue "la primera lanza del reino", Diego de León, que había participado en la guerra de 1833 y en ese momento era Capitán General de Castilla la Nueva; se entregó creyendo que sería indultado pero no fue así: un buen ejemplo de romanticismo de la época. Otros tuvieron más suerte: Narváez pudo irse a París; igualmente consiguieron huir Pezuela, Concha y O'Donnell, pero Borso fue fusilado en Zaragoza y el marino Montes de Oca capturado cuando trataba de huir y también fusilado.
En 1842, pues, se constituye la "Orden Militar Española" de la que forman parte Narváez, Fernández de Córdoba, Pezuela, Benavides y Escosura; otros fueron Fulgosio y Aspiroz; la presidió O'Donnell, contando todos ellos con medios económicos facilitados por María Cristina de Borbón y el marqués de Viluma (Manuel de la Pezuela). Algunos civiles se unieron a la trama, como Donoso Cortés; hasta que Narváez, en 1843, tomó un vapor en Marsella y llegó a Valencia, donde otro levantamiento contra Espartero ya había triunfado. Fue el fin de la regencia esparterista.
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(1) "Don Manuel Gutiérrez de la Concha...", Cilniana 22/23, 2009-2010.
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(1) "Don Manuel Gutiérrez de la Concha...", Cilniana 22/23, 2009-2010.
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