miércoles, 19 de agosto de 2015

Hispanos en la España Chiquita

Natívitas se encuentra al suroeste del estado de Tlaxcala

En el estado de Tlaxcala, al este de la ciudad de México, se encuentra Natívitas, hoy rodeada de campos de cultivo por el este y por el sur. No lejos se encuentra el volcán Malinche, cuya cumbre está a más de 4.400 metros de altitud, formando límite con el estado de Puebla. A finales del siglo XVIII Natívitas tenía una plaza y un convento anexo, y la población se extendía desde aquí hacia el sur (Jesús de los Arrieros) y San Juan Tepactepec; hacia el oeste San Bernabé y hacia el norte Santa Apolonia Teacalco. Un terreno abarrancado limita estas poblaciones por el norte, en realidad barrios creados a partir de Natívitas. Esta fue una población fundada en la segunda mitad del siglo XVI según señala Muñoz Camargo (1): 

...pueblo nuevamente congregado de unos indios que estaban derramados en unas ciénagas junto a esta población, que, por su apartamiento, no alcanzaban a tener doctrina, porque carecían della por su división. Y, con acuerdo de DON MARTÍN ENRÍQUEZ, se fundó en este nuevo asiento otro monasterio de frailes de la orden del sr SN FRANCISCO. Ese lugar es muy abundoso de maíz y de legumbres, participa de muchas aguas y ciénagas, y de los ríos que pasan cerca de allí. Llama el pueblo "nuevo", porque ha poco que se fundó, aunque los naturales le llaman Ichcaquiztlan, que quiere decir... "el lugar de algodón" (2).

Mucho antes, en el camino a conquistar el imperio azteca, Cortés (1519) tuvo buena suerte: después de un encarnizado combate de los aztecas con los tlaxcaltecas, estos se unieron a Cortés. Los tlaxcaltecas vivían en un territorio prácticamente rodeados de sus enemigos los aztecas, habiendo su población crecido mucho según Muñoz Camargo: 

[Cortés encontró esta región] muy poblaba, que no había lugar que no estuviese ocupado de poblazones, o de sementeras y labranzas, por dos causas y razones: la primera, por haber más de sesenta años que los mexicanos culuas los tenían cercados y oprimidos por guerras, por cuya causa no alcanzaban a comer sal, ni vestían ropa de algodón, ni bebían cacao... Y, por estar desta manera cercados, muchas gentes... de otras provinas, (sic) por ser vejados de sus reyes y señoríos, se retraían y recogían a vivir en este provincia... (3).

Según Konrad Tyrakowski, a quien sigo para este artículo (4), alrededor del territorio de los tlaxcaltecas había una franja de terreno, más o menos ancha que servía de frontera o "desierto estratégico" con los pueblos enemigos. Por lo que respecta a Cortés, en recompensa por la eficaz ayuda de los tlaxcaltecas en la toma de Tenochtitlan, fueron objeto de diversos privilegios, como que sus tierras no se pusieran a disposición de los encomenderos, y en 1535 se subordinaron directamente a la corona. Más tarde su territorio se declaró libre de colonizadores blancos, aunque con el tiempo ni siquiera el rey se atuvo a tales disposiciónes.

Algunos territorios, como en otras partes, eran señoríos indígenas, como el de Cholula y Huejotzingo, el primero aliado de los aztecas y este de los tlaxcaltecas. Los habitantes vivían en asentamientos dispersos en sus milpas (tierras con maizales) lo que dificultaba la vigilancia que sobre ellos hacían los aztecas, Por su parte, las autoridades españolas idearon a mediados del siglo XVI asentar a los indígenas en reducciones. En 1580 -dice Tyrakowski- la situación había cambiado y Natívitas se había establecido al pie de una cadena de colinas, cerca de los señoríos indígenas de Quiahuiztlan y Ocotelulco, poblándose con españoles. Se trataba de una estación intermedia en el camino entre la ciudad de México y Veracruz, mientras que los españoles se repartieron los terrenos de alrededor. A finales del siglo XVIII, en las proximidades de Natívitas, ya había otros poblados: Apizaco, Tlaxco, Huamantla...

Alrededor de la plaza de Natívitas vivía la clase alta y allí estaba también el Ayuntamiento, siendo la principal actividad económica el acarreo de mercancías de unos lugares a otros, además de la agricultura. Alrededor surgieron una serie de barrios indígenas cuyos habitantes servían como fuerza de trabajo, y más lejos había otros barrios indígenas que ya no estaban necesariamente vinculados a Natívitas. Con el andar del tiempo los hacendados fueron haciéndose con las tierras de los más débiles: a finales del siglo XIX unos colonos cedieron ante el dueño de la hacienda de Santa Águeda, que les compró sus tierras. Otros pueblos, sin embargo (Michac, Atoyatenco, Teacalco...) conservaron sus milpas.

Volcán Malinche
A partir de 1570 se produjo una brusca expansión de la ocupación de tierras por parte de los españoles de la región y pronto los hacendados desposeyeron de sus tierras a los habitantes de los pueblos haciendo crecer sus haciendas con tierras comunales. En el siglo XVIII se dio paso a la expansión de los latifundios, cuyos propietarios desecaron las tierras para sembrar maíz y trigo, llevando a cabo explotaciones muy especulativas. Una excepción la constituyeron las órdenes religiosas: en 1765 los jesuítas eran dueños de la hacienda de Los Dolores y los dominicos de Oaxaca poseían la hacienda de Los Reyes, y ni siquiera esta situación cambió con la revolución mexicana de 1911-1917.

Desde los orígenes de la colonia hasta el siglo XX allí vivieron arrieros, tejedores, artesanos y campesinos; por su parte también propietarios y administradores de los latifundios, que ejercían el comercio o se dedicaban a oficios eclesiásticos. La mayor parte de la población se dedicaba al tejido con el andar del tiempo, siempre hablando de población española. La cría intensiva de ovejas también fue una actividad importante, siendo otros comerciantes, herreros, panaderos, zapateros, barberos, pintores, y albañiles.

Los españoles tenían su teniente y los indígenas el suyo y pronto surgieron hermandades y cofradías, una de ellas abierta tanto a españoles como a indígenas. En las celebraciones los cantores indígenas jugaban su papel y eran conducidos por sus caciques. Con el tiempo hubo también una gran cantidad de mulatos, que hacían de gañanes en las haciendas, peones en las obras de canalización del río Zahuapan y desecación del lago Texcoco. Hubo, obviamente, resistencias indígenas a las haciendas y a los hacendados, lo que llevó a litigios cuyos testimonios se guardan en los archivos.

La colonia de Natívitas tuvo un abrupto fin a comienzos del siglo XX; la población de esta España Chiquita cayó en las revueltas de la revolución zapatista: ... el pueblo entero ardió en llamas, ... el azúcar en las tiendas grandes chillaba al quemarse con la lumbre,... bajó la gente e invadió el pueblo... todo en tan pocas horas desapareció... las jóvenes se escondieron entre los surcos para pasar la noche... los güeritos (blancos) entre las milpas tuvieron que esconderse... (Contreras, a quien cita Tyrakowski).

(1) Criollo que escribió varias obras sobre Tlaxcala y otras sobre la conquista de México. 
(2) "Relaciones geográficas". 
(3) "Relaciones geográficas". 
(4) "Historia colonial en detalle: progreso y decadencia de la España Chiquita...".

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