Una investigación sobre
los archivos familiares en la antigua Mesopotamia, ha llevado a Katia María Paim Pozzer a ciertas conclusiones sobre las actividades inmobiliarias en
Larsa, la ciudad que existió cercana a la desembocadura del río Éufrates. La
compra-venta de inmuebles fue sobre todo de terrenos rurales y cultivables, mientras
que en Nippur la tablillas descubiertas hablan de la adquisición de casas en
ruinas.
Un mercader llamado
Ubar-Samas fue el comprador en muchos de los contratos inmobiliarios que la autora
ha estudiado[i],
pero también se han descubierto contratos de compra-venta de esclavos. Mientras
tanto, otros negociantes de nombre Sep-Sîn y Sîn-uselli, se dedicaron a la
compra de tierras cultivables próximas a sus propiedades, sobre todo campos y pomares.
Así se puede decir que Amurrum-semi y el llamado Umar-Samas realizaron
importantes compras inmobiliarias en Larsa. El primero adquirió, sobre todo,
parcelas de tierras cultivables, de entre las cuales varias limítrofes con sus
propiedades, ampliando así sus dominios pero solo en varios metros cuadrados.
Ubar-Samas compró no solamente un gran número de terrenos cultivables sino
parcelas situadas en la zona urbana.
Estas familias de
mercaderes –dice Charpin- se enriquecieron rápidamente durante los reinados de
Warad-Sîn[ii] y
la primera mitad del de Rîm-Sîn[iii],
pues la construcción de una propiedad hermoseada era un objetivo de los ricos mercaderes.
En el sitio de
Senkereh, según la autora citada, donde antes se encontraba Larsa, se han
realizado excavaciones donde se ha descubierto un modelo de ciudad particular,
compuesta por barrios “socio-profesionales”, entre los que hay uno residencial
formado por grandes mansiones. En la década de 1980 fue descrito el sitio de
Senkereh como un lugar desértico, discurriendo el Éufrates más al sur que en la
antigüedad.
A principios del siglo
XX Larsa fue objeto de una exploración en la que se descubrió el sitio de Kisurra,
la actual Tell Abu Hatab, a orillas del Éufrates en el actual Irak. Cuando se
excavó varias décadas más tarde se comprobó que había sido objeto de pillajes
con vistas a los mercados de antigüedades.
Pero volviendo a los
mercaderes y los archivos que nos han dejado, se trata –como queda dicho- de
compra de bienes inmobiliarios, esclavos y de empréstitos de plata y bienes,
contratos de sociedades comerciales, de procesos
judiciales, cartas, etc. Paim Pozzer dice que la mayoría de la documentación
proviene de excavaciones clandestinas antiguas, encontrándose esparcidas por
muchas colecciones y museos del mundo (tabletas con escritura cuneiforme). La
compra de tierras para la agricultura se entiende por tratarse de una
civilización y época en las que la base de la economía era la agricultura
irrigada, pero también tiene interés comprobar cómo en el barrio residencial de
Larsa algunas casas tenían superficies de más de 800 m2 en un singular
urbanismo.
Los documentos
estudiados por la autora citada aportan datos sobre descripción de los
inmuebles, sus dimensiones y localización, los compradores y vendedores, la
cuantía y forma de pago, así como las cláusulas de irrevocabilidad y evicción
(pérdida de un derecho), el juramento de los testigos, etc. En una de las
tablillas el terreno que se pone en venta es propiedad del dios Samas de Larsa,
uno de los más importantes. En otros casos los terrenos comprados estaban junto
a canales, había pomares o se trataba de tierras incultas.
Los terrenos
cultivables eran más cotizados y los campos inundables constituían una fuente
natural de pescado y juncos, en este caso para betún que se usaba en la
construcción de casas. Se comprueba la compra de terrenos contiguos a otros que
ya pertenecían al comprador, con la intención de aumentar el tamaño de los
bienes raíces. Es curioso que en un caso se procedió al alquiler de un terreno
con casas en ruinas figurando la duración del contrato hasta el regreso del rey
Rim-Sin a Larsa[iv].
Un mercader de nombre
Sin-uselli, por su parte, realizó pocos negocios inmobiliarios, prefiriendo el
comercio de mercancías con ciudades situadas al norte de Larsa, así como
empréstitos de plata. Una de las ciudades con la que tuvo tratos mercantiles
fue Ur.
En las tablillas que
contienen contratos se hace mención, en ocasiones, a mujeres que son
propietarias, aunque son poco numerosas. En un caso una mujer aparece como
compradora, aunque está casada. En cuanto a los templos,
tenían una gran influencia en la economía, que disminuyó durante la segunda
parte del reinado de Rim-Sin, y esto en provecho de personas particulares.
[i] “Arquivos
familiares e propiedade privada na Mesopotâmia Antiga”. Katia María Paim
Pozzer.
[ii] Fundó
una dinastía en Larsa que duró poco tiempo, correspondiendo su reinado al
siglo XVIII a. C.
[iii] Parece
que hermano del anterior y último rey de ésta dinastía, aunque Larsa consiguió con él un momento de esplendor. Hammurabi, rey de Babilonia, se hizo con el poder en
Larsa.
[iv] El
reino contó con dos capitales, una en Larsa y otra en la actual Kut al-Amara,
al este de Irak.
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