viernes, 3 de julio de 2020

Mercaderes de Larsa


Una investigación sobre los archivos familiares en la antigua Mesopotamia, ha llevado a Katia María Paim Pozzer a ciertas conclusiones sobre las actividades inmobiliarias en Larsa, la ciudad que existió cercana a la desembocadura del río Éufrates. La compra-venta de inmuebles fue sobre todo de terrenos rurales y cultivables, mientras que en Nippur la tablillas descubiertas hablan de la adquisición de casas en ruinas.

Un mercader llamado Ubar-Samas fue el comprador en muchos de los contratos inmobiliarios que la autora ha estudiado[i], pero también se han descubierto contratos de compra-venta de esclavos. Mientras tanto, otros negociantes de nombre Sep-Sîn y Sîn-uselli, se dedicaron a la compra de tierras cultivables próximas a sus propiedades, sobre todo campos y pomares. Así se puede decir que Amurrum-semi y el llamado Umar-Samas realizaron importantes compras inmobiliarias en Larsa. El primero adquirió, sobre todo, parcelas de tierras cultivables, de entre las cuales varias limítrofes con sus propiedades, ampliando así sus dominios pero solo en varios metros cuadrados. Ubar-Samas compró no solamente un gran número de terrenos cultivables sino parcelas situadas en la zona urbana.

Estas familias de mercaderes –dice Charpin- se enriquecieron rápidamente durante los reinados de Warad-Sîn[ii] y la primera mitad del de Rîm-Sîn[iii], pues la construcción de una propiedad hermoseada era un objetivo de los ricos mercaderes.

En el sitio de Senkereh, según la autora citada, donde antes se encontraba Larsa, se han realizado excavaciones donde se ha descubierto un modelo de ciudad particular, compuesta por barrios “socio-profesionales”, entre los que hay uno residencial formado por grandes mansiones. En la década de 1980 fue descrito el sitio de Senkereh como un lugar desértico, discurriendo el Éufrates más al sur que en la antigüedad.

A principios del siglo XX Larsa fue objeto de una exploración en la que se descubrió el sitio de Kisurra, la actual Tell Abu Hatab, a orillas del Éufrates en el actual Irak. Cuando se excavó varias décadas más tarde se comprobó que había sido objeto de pillajes con vistas a los mercados de antigüedades.

Pero volviendo a los mercaderes y los archivos que nos han dejado, se trata –como queda dicho- de compra de bienes inmobiliarios, esclavos y de empréstitos de plata y bienes, contratos de sociedades comerciales, de  procesos judiciales, cartas, etc. Paim Pozzer dice que la mayoría de la documentación proviene de excavaciones clandestinas antiguas, encontrándose esparcidas por muchas colecciones y museos del mundo (tabletas con escritura cuneiforme). La compra de tierras para la agricultura se entiende por tratarse de una civilización y época en las que la base de la economía era la agricultura irrigada, pero también tiene interés comprobar cómo en el barrio residencial de Larsa algunas casas tenían superficies de más de 800 m2 en un singular urbanismo.

Los documentos estudiados por la autora citada aportan datos sobre descripción de los inmuebles, sus dimensiones y localización, los compradores y vendedores, la cuantía y forma de pago, así como las cláusulas de irrevocabilidad y evicción (pérdida de un derecho), el juramento de los testigos, etc. En una de las tablillas el terreno que se pone en venta es propiedad del dios Samas de Larsa, uno de los más importantes. En otros casos los terrenos comprados estaban junto a canales, había pomares o se trataba de tierras incultas.

Los terrenos cultivables eran más cotizados y los campos inundables constituían una fuente natural de pescado y juncos, en este caso para betún que se usaba en la construcción de casas. Se comprueba la compra de terrenos contiguos a otros que ya pertenecían al comprador, con la intención de aumentar el tamaño de los bienes raíces. Es curioso que en un caso se procedió al alquiler de un terreno con casas en ruinas figurando la duración del contrato hasta el regreso del rey Rim-Sin a Larsa[iv].

Un mercader de nombre Sin-uselli, por su parte, realizó pocos negocios inmobiliarios, prefiriendo el comercio de mercancías con ciudades situadas al norte de Larsa, así como empréstitos de plata. Una de las ciudades con la que tuvo tratos mercantiles fue Ur.

En las tablillas que contienen contratos se hace mención, en ocasiones, a mujeres que son propietarias, aunque son poco numerosas. En un caso una mujer aparece como compradora, aunque está casada. En cuanto a los templos, tenían una gran influencia en la economía, que disminuyó durante la segunda parte del reinado de Rim-Sin, y esto en provecho de personas particulares.


[i] “Arquivos familiares e propiedade privada na Mesopotâmia Antiga”. Katia María Paim Pozzer.
[ii] Fundó una dinastía en Larsa que duró poco tiempo, correspondiendo su reinado al siglo XVIII a. C.
[iii] Parece que hermano del anterior y último rey de ésta dinastía, aunque Larsa consiguió con él un momento de esplendor. Hammurabi, rey de Babilonia, se hizo con el poder en Larsa.
[iv] El reino contó con dos capitales, una en Larsa y otra en la actual Kut al-Amara, al este de Irak.

No hay comentarios:

Publicar un comentario