Inclinaciones y terrazas preceden al cerro de Castarreño, al sur de
Sasamón, en el oeste de la provincia de Burgos. En dirección oeste y noroeste,
diversos autores[i]
han elaborado un mapa con los diversos campamentos militares romanos que se
habrían establecido para someter a los pueblos indígenas de la Península
Ibérica en las décadas finales del siglo I antes de Cristo. Los trabajos se han
desarrollado entre los años 2018 y 2020, consistentes en labores de prospección
y teledetección en las provincias de Burgos y Palencia.
Entre Sasamón y Herrera de Pisuerga hay poco más de 36 km., encontrándose
la mayor parte de los campamentos romanos de la época indicada en torno a la
segunda población citada, pero también en torno al río Burejo[ii], que nace en Colmenares
de Ojeda[iii] y luego atraviesa otras
villas con el topónimo Ojeda, desembocando en el Pisuerga, en Herrera. También
hubo otros campamentos cerca de Osorno, Sotresgudo y La Vid de Ojeda.
En estos campamentos (cuarenta según los autores citados abajo) se
apostaron seis legiones romanas. El Cerro Castarreño (Olmillos de Sasamón)[iv] quedó integrado en el
dominio romano a finales del s. I a. C.[v], lo que supuso cambios en
el paisaje: los poblados indígenas fueron abandonados y los pobladores se
asentaron allí donde las autoridades romanas decidieron, por ejemplo Segisamo,
la actual Sasamón. A partir de éste momento se empezaron a construir calzadas,
acueductos y otras obras públicas, además de explotarse los campos de forma más
intensa.
Los turmogos[vi]
eran el pueblo dominante en esta zona antes y durante el dominio romano,
habiéndose estudiado otros enclaves militares y el antiguo trazado de las
calles de la Segisamo romana. También se ha estudiado un foso para el que ya
contamos con una publicación (que yo sepa), debida a Jesús García Sánchez[vii]. Parece que fue
construido en torno al año 600 a. de C., cuando se produjo la primera ocupación
del cerro, habiéndose encontrado en él abundantes materiales cerámicos, huesos
y objetos hechos en hierro, así como posibles fragmentos de equipamiento bélico
indígena y romano.
¿Qué interés tenía Roma en dominar estas tierras y a sus habitantes? Parece
que, aparte de redondear el dominio de la Península Ibérica, acceder a las
minas de las que se tenía noticia en el norte, sobre todo en las actuales
provincias de Palencia, Asturias, León y las interiores de Galicia. El área
entre Sasamón y Herrera, a pesar de su corta distancia, es la de transición
desde la Meseta norte a las estribaciones de la cordillera Cantábrica, extremo
difícil de dominar por las legiones romanas, hasta el punto de que los valles
más orientales (los vasco-navarros) quizá nunca fueron objeto de dominio por
parte de Roma, llegando sus pobladores a época visigoda sin romanizar.
Incluso en el año 19 a. de C., en el que se da por terminada la guerra, o sucesión de ellas, contra los pueblos cántabros y ástures, cabría pensar que el dominio no fue absoluto, pero sí suficiente para la explotación de las riquezas mineras del noroeste. Para ello fueron necesarios esos cuarenta campamentos romanos, entre el río Pisuerga y la meseta burgalesa.
[i] Esperanza Martín Hernández, Antxoka Martínez Velasco, Diego Díaz Alonso, Fernando Muñoz Villarejo y Laura Bárcenas Rodríguez.
[ii] Por el oeste del Pisuerga, en dirección sureste, en el curso alto de éste río.
[iii] Al norte de la provincia de Palencia.
[iv] Ver aquí mismo “Romanos en el valle del Odra”.
[v] Burgos conecta.
[vi] A ellos se refieren, pero de forma no muy extensa, Estrabón, Plinio del Viejo y otros autores clásicos posteriores.
[vii] “El foso del cerro Castarreño, Olmillos de Sasamón…”.
Fotografía: puente sobre el río Burejo (Wikipedia).
No hay comentarios:
Publicar un comentario