Alexander Orlov, agente soviético en España |
Es muy interesante el trabajo de Ángel Viñas
sobre los pormenores que llevaron a Stalin –muy pronto- a ayudar a la
II República española. El autor habla de un
telegrama que el presidente del Gobierno español, José Giral, dirigió al
embajador soviético en París el 25 de julio de 1936. “Giral planteó la
posibilidad de adquirir material de guerra de la URSS, pero ni especificó su
volumen ni su composición”. También se dirigió a los gobiernos francés y al
alemán, por contradictorio que parezca esto último. Por lo tanto no fueron
peligrosos extremistas los que recurrieron a la URSS ante el golpe de estado, sino un republicano
de izquierdas, cofundador con Azaña de Acción Republicana y luego miembro de
Izquierda Republicana. El Ministro de la Guerra era Juan Hernández Saravia, un militar
afecto a la República
y, como se sabe, los socialistas apoyaban al Gobierno pero no formaban parte de
él.
La Unión Soviética, según el autor citado, mostró
interés en los asuntos de España el 22 de julio de 1936, por lo tanto unos días
antes del telegrama de Giral, y consistió en el suministro de combustible a la República a un precio
reducido. Ángel Viñas sostiene que las razones de la colaboración (creciente)
de la Unión Soviética
con la República
española fueron estratégicas e ideológicas. Entre las primeras está
el hecho de que durante los años de la guerra civil en España se estaban
produciendo las grandes persecuciones y purgas contra todo disidente, sobre
todo troskistas, y en España los había, prueba de lo cual es el Partido Obrero
de Unificación Marxista, recientemente fundado y que actuó muchas veces al lado
de los anarquistas, sobre todo en Barcelona. La actitud del Partido Comunista
de España y agentes soviéticos contra el POUM contribuyen a esa lucha entre los
seguidores de Stalin y los troskistas. Obviamente, la actuación del Gobierno de
Juan Negrín contra el POUM entró en la lógica de disciplinar a todos los que se
reclamaban antifascistas.
Las razones ideológicas para que Stalin ayudase
a la República
estarían en segundo plano, aunque lógicamente a la URSS no le interesaba un
régimen afín a los nazis en España. De todas formas Ángel Viñas demuestra como
Stalin no pretendía la sovietización de España, sino una República en manos de
la burguesía de izquierdas, socialistas, etc., máxime teniendo en cuenta que
la política de Frentes Populares ya había sido aceptada en Moscú para el resto
de Europa y que el Partido Comunista de España contó con ministros desde el
primer gobierno de Largo Caballero (1936).
(Ver: http://www.cepc.gob.es/publicaciones/revistas/revistaselectronicas?IDR=9&IDN=645&IDA=26805)
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