jueves, 6 de junio de 2019

Ordenación del territorio rural


“Es mejor que la tierra produzca un poco menos y que los habitantes tengan una mejor ordenación”, señaló Rousseau según el trabajo hecho por F. Javier Monclús[i]. Otros han considerado la ordenación del territorio como una propuesta global del orden social. El historiador y arquitecto italiano, Leonardo Benevolo, participó por su parte en una polémica sobre la distribución homogénea de la población[ii] para alcanzar un equilibrio territorial, mientras que otros han pretendido conseguir unas condiciones mejores para la producción agronómica.

Se ha considerado a Vauban[iii] como el primero en emplear de forma sistemática las informaciones geográficas al servicio de “la acción”, por lo que podría ser considerado como el padre de la Geografía aplicada, pero Paul Claval[iv] considera que Vauban no tuvo continuadores, por lo que se trata de una “isla” y habrá que esperar a las consecuencias de la revolución industrial para que la ordenación del territorio rural pueda ser considerada una decisión consciente. Pero la idea de equilibrio territorial, demográfico, económico y social es de Rousseau.

En el siglo XIX vuelve a plantearse este problema en España, y es aquí donde está Fermín Caballero que, siendo presidente de la Sociedad Geográfica, propuso acabar con los sistemas tradicionales de repoblación sustituyéndolos por medidas que favoreciesen una redistribución homogénea de la población rural en el territorio. Para él, “población rural” es lo mismo que “población dispersa”, y por lo tanto debería legislarse para crear “la finca y población rurales”. El ideal es ahora la generalización del “coto redondo acasarado”, lo que va a convertirse casi en dogma en toda la segunda mitad del siglo XIX. Para Agustín Cañas ya no se pretende conseguir una distribución uniforme de la población, sino de la penetración del capitalismo agrario en el campo en los años de auge de la agricultura española (1830-1890).

Es la época en la que se pretende, junto a una legislación adecuada, la realización de un plan de caminos vecinales, de canalizaciones y lo más difícil, la reorganización de una propiedad territorial excesivamente fraccionada. Más tarde, por tanto, que en Inglaterra, donde ya a finales del siglo XVIII, el agrónomo Marshall ha sido reconocido como anticipador de los métodos modernos de la descripción y de la interpretación regionales.

Dado que la agricultura fue la principal fuente de acumulación de capital en numerosos países europeos durante el siglo XIX, no es extraño que el espacio agrario se convirtiera en objeto de estudio preeminente, y condición previa para cualquier intervención en él. Entonces se dio una elaboración exhaustiva de informes durante la segunda mitad del siglo XIX, y con la aparición de las nuevas políticas agrarias, estos informes no pueden desligarse de la creciente utilización económica y política de sus datos.

También en España, aunque no se llevó a cabo una verdadera reforma agraria, un avance fue la elaboración del censo y del catastro, además de diversos programas de reforma de la agricultura que tuvieron una constante: la homogeneización de las variables que definían el espacio agrario y en particular la densidad y distribución territorial de la población. Para ello se creó la Comisión Estadística General del Reino (1856), la cual se empeñó en hacer un inventario del país reuniendo muchos de los trabajos realizados antes, como mapas y otros estadísticos. La Junta General de Estadística, por su parte, publicó en 1859-1860 los trabajos de parcelación o catastrales.

Aunque la historia del catastro español comienza a mediados del siglo XVIII, su urgencia se hará sentir a mediados del siglo siguiente. En 1852-1856 se estableció en el Ministerio de Fomento la Dirección de la Carta Geográfica de España, y entre 1862 y 1863 comenzaron los trabajos del Mapa Parcelario. Gracias a los datos catastrales se pudo obtener una “regularidad matemática” en el funcionamiento del mecanismo hipotecario para fomentar las mejoras agrícolas. Por otra parte se harán estudios administrativos y económicos sobre repartición de la propiedad y de la población; sobre cultivos, producciones y otros mil asuntos que solo pueden estudiarse después de tener la representación y medición parcelaria del territorio.

La Junta General de Estadística no se dedicó únicamente al conocimiento del territorio, sino también al hombre como ser físico, moral, intelectual y social. No se limitó, por ejemplo, a consignar los productos agrícolas conseguidos, sino también los consumidos, para saber si hay falta o sobrante, y también la falta o sobrante de brazos para la agricultura, el estado de las tierras abandonadas que pueden ser cultivadas, el precio de los jornales, el estado físico y moral de la población agrícola… Aunque la labor de la Junta y del Instituto Geográfico y Estadístico, fundado en 1870, consistió en la realización de trabajos sobre las características geográficas del país, años más tarde se crearía la Sociedad Geográfica de Madrid[v], especialmente dedicada a obtener información territorial de acuerdo con el espíritu colonial de la época (colonización interior).

La estrecha relación entre ciencia geográfica y colonización fue evidente, entendiendo por colonización interior lo mismo que colonización agraria, de igual forma que una institución más, la Sociedad Geográfica Comercial, presidida por Francisco Coello[vi], muy ligada al regeneracionismo de la época en el que participó también Joaquín Costa. 



[i] “Agrarismo y ordenación del territorio en el siglo XIX: del poblamiento racional al fomento de la población rural”. En este trabajo se basa el presente resumen.
[ii] Ver aquí mismo “Un agrarista español”.
[iii] Sébastien Le Preste (1633-1707), fue ingeniero militar y en 1690 dirigió la elaboración del censo del Flandes francés (al norte del país), pero también escribió sobre agricultura, ganadería y colonización de territorios interiores.
[iv] Nacido en 1932 es un geógrafo francés que ha contribuido decisivamente a la renovación de la Geografía.
[v] Con Fermín Caballero como primer presidente, se concibió la Geografía al servicio de la Administración.
[vi] (1822-1898). Militar y cartógrafo, autor del “Atlas de España y sus posesiones de ultramar”. Formó también parte de la Junta General Estadística. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario