Es quizá el artista más prolífico de todo el
siglo XX en Galicia, siendo autor de grabados en madera, dibujos, pinturas,
ilustraciones para libros y revistas, cartelismo y otras especialidades. En su
juventud colaboró en las revistas Nós,
de Santiago, y Yunque, de Lugo.
Estuvo en contacto con las corrientes
artísticas europeas de los años veinte y treinta hasta que se tuvo que exiliar
como consecuencia de la guerra civil española de 1936. Nacido en Buenos Aires
en 1910, le tocaba ahora volver a su ciudad de origen. Moriría en A Coruña en
1979 siendo desconocido para el gran público pero reivindicado por minorías tras
el restablecimiento de la democracia en España.
Su obra inspira una gran sencillez compositiva,
aunque es muy variada y pasa por diversos momentos dispares entre sí, pero
narrativamente es muy rica. Como otros muchos artistas gallegos de la época
estuvo obsesionado por transmitir humanismo en sus otras, colorismo en muchas
de ellas, donde el dibujo se combina entre trazos curvos y geométricos. Artista
figurativo, la yuxtaposición de las líneas con el color es una característica
muy personal, aunque no sea el único que ha ensayado estas formas.
Luis Seoane se relacionó co Arturo Souto, un
pintor que casi resulta inclasificable, sobre todo por la temática: ¿quizá
influencia de Renoir, del cubismo, de los grabadores? Con Manuel Colmeiro tiene
en común la preocupación por los temas populares gallegos, pero este a su vez
ha tomado algunos rasgos técnicos de Cézanne.
Los años treinta fueron de gran renovación en
las artes plásticas, tanto en España como en el resto de Europa, con los
artistas lanzados a extender lo ya visto con el cubismo, el expresionismo, el
colorido de los “fauves” y otras vanguardias. Así, los temas de Seoane son
desnudos, escenas pintorescas, parejas (como la de la ilustración de arriba)
bodegones… La pintura de Seoane entra dentro del intelectualismo propio del
cubismo de las primeras décadas del siglo XX.
Seoane no se limitó a la plástica, sino que
escribió sobre la Galicia
emigrante, sobre temas sociales, en lo que quizá recibió la influencia de
Suárez Picallo, ilustró libros y revistas con una modernidad que sorprende
ahora, indagó en el diseño para carteles publicitarios, aún antes de que la
publicidad estuviese desarrollada como ahora. Es difícil encontrar un artista
tan comprometido como él con una concepción del mundo y de la sociedad en la
que vivió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario