viernes, 7 de julio de 2017

Mercancías y reliquias




Iván Muñiz López ha hecho una recopilación de las fuentes que demuestran las relaciones entre Asturias y Francia durante la Edad Media (1). Asturias mantuvo relaciones con otros territorios a través de las aguas y los caminos ya desde la edad del Bronce y luego del Hierro, según el autor citado (caminos de la Mesa y la Carisa sobre todo). El "camín" de la Mesa pasaba por los actuales municipios de Belmonte, Candamo, Grado, Illas, Las Regueras, Proaza, Quirós, Santo Adriano, Somiedo, Teverga, Yernes y Tameza. La de Carisa une Gijón con Mieres pasando por Olloniego, Oviedo, Lugo de Llanera y Veranes, pasando por la cuenca del Caudal, el cordal de Carraceo y la sierra de Ranero, los valles de Aller y Lena para alcanzar la cuenca del Bernesga.
 
Desde muy antiguo, por lo tanto, transitaron estas rutas y el mar Cantábrico, hasta Aquitania y el valle del Ebro, cerámicas y otros productos, ideas, ánforas orientales, terra sigillata gris gálica, sigillata focense y otras mercancías. Los principales centros de influencia religiosa y comercial en la época estudiada por el autor citado en el sur de Francia fueron Tours y Burdeos. En un pasaje de su "De miraculis Sancti Martini", Gregorio de Tours cuenta la aventura de un cántabro embarcado hacia Tours para implorar su curación al santo. En el centro de la actual Asturias existió en época romana una villa (Andallón) en el municipio de Las Regueras y en ese pueblo hay una advocación a San Martín, quizá prueba de la relación entre el sur de Francia y Asturias muy tempranamente. 
 
Esta relación alcanzó a los estratos más altos de la sociedad y a los espacios rurales apartados: la inscripción de un conjunto mágico-religioso en la pizarra de Carrio (Villayón) aporta algunos datos, pues su autor podría ser un individuo que escribe una letra cursiva con reminiscencias de los manuscritos de Autun (2). En el año 794 los obispos de Gallaecia (donde se encuentra el reino de Asturias) participan en el concilio de Frankfurt, donde se condena a los adopcionistas, que defendían la naturaleza humana de Jesús, el cual habría sido adoptado por Dios…
 
Hubo un comercio librero que fue continuación del existente durante la Antigüedad tardía. La Biblia Danila, códice en pergamino compuesto en Oviedo, está datado en el año 812 y fue pronto conocida en Francia, según al autor al que sigo. Eulogio de Córdoba, por su parte, realizó un viaje por el norte de España (Navarra y Aragón) aunque no pudo llegar a Francia, pero a su vuelta trajo textos clásicos de Agustín de Hipona, Virgilio, Juvenal, Flacco, Adhelelmo, Avieno y Porfirio.
 
Alcuino de York menciona el viaje de peregrinación emprendido por un monje, Vicente, compañero del beato de Liébana, para rendir culto a las reliquias de San Martín, y los reyes de Asturias participaron en el negocio de las reliquias. Se sabe de los contactos entre el rey Alfonso III con el arzobispo Hatto de Maguncia, abad de Reichenau; el primero le habría enviado una reliquia de las bodas de Caná en agradecimiento por su intercesión ante el rey de los francos.
 
La alta Edad Media puede parecernos muy remota, no tanto en el tiempo como en la oscuridad de los hechos y circunstancias, pero el pequeño reino de Asturias mantuvo, como se ve, una intensa relación con Francia, con los francos, que ya existía con anterioridad.
 
(1) "Hacia una arqueología de la cultura. Patrones de movilidad intelectual entre Asturias y Francia (siglos V-XI)".
(2) En la región de la Borgoña.
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