Iván Muñiz López ha hecho una recopilación de las fuentes que
demuestran las relaciones entre Asturias y Francia durante la Edad Media (1).
Asturias mantuvo relaciones con otros territorios a través de las aguas y los
caminos ya desde la edad del Bronce y luego del Hierro, según el autor citado
(caminos de la Mesa
y la Carisa
sobre todo). El "camín" de la
Mesa pasaba por los actuales municipios de Belmonte, Candamo,
Grado, Illas, Las Regueras, Proaza, Quirós, Santo Adriano, Somiedo, Teverga,
Yernes y Tameza. La de Carisa une Gijón con Mieres pasando por Olloniego,
Oviedo, Lugo de Llanera y Veranes, pasando por la cuenca del Caudal, el cordal
de Carraceo y la sierra de Ranero, los valles de Aller y Lena para alcanzar la
cuenca del Bernesga.
Desde muy antiguo, por lo tanto, transitaron
estas rutas y el mar Cantábrico, hasta Aquitania y el valle del Ebro, cerámicas
y otros productos, ideas, ánforas orientales, terra sigillata gris gálica,
sigillata focense y otras mercancías. Los principales centros de influencia
religiosa y comercial en la época estudiada por el autor citado en el sur de
Francia fueron Tours y Burdeos. En un pasaje de su "De miraculis Sancti
Martini", Gregorio de Tours cuenta la aventura de un cántabro embarcado
hacia Tours para implorar su curación al santo. En el centro de la actual
Asturias existió en época romana una villa (Andallón) en el municipio de Las
Regueras y en ese pueblo hay una advocación a San Martín, quizá prueba de la
relación entre el sur de Francia y Asturias muy tempranamente.
Esta relación alcanzó a los estratos más altos de
la sociedad y a los espacios rurales apartados: la inscripción de un conjunto
mágico-religioso en la pizarra de Carrio (Villayón) aporta algunos datos, pues
su autor podría ser un individuo que escribe una letra cursiva con reminiscencias
de los manuscritos de Autun (2). En el año 794 los obispos de Gallaecia (donde
se encuentra el reino de Asturias) participan en el concilio de Frankfurt,
donde se condena a los adopcionistas, que defendían la naturaleza humana de
Jesús, el cual habría sido adoptado por Dios…
Hubo un comercio librero que fue continuación del
existente durante la
Antigüedad tardía. La Biblia Danila, códice en
pergamino compuesto en Oviedo, está datado en el año 812 y fue pronto conocida
en Francia, según al autor al que sigo. Eulogio de Córdoba, por su parte,
realizó un viaje por el norte de España (Navarra y Aragón) aunque no pudo
llegar a Francia, pero a su vuelta trajo textos clásicos de Agustín de Hipona,
Virgilio, Juvenal, Flacco, Adhelelmo, Avieno y Porfirio.
Alcuino de York menciona el viaje de
peregrinación emprendido por un monje, Vicente, compañero del beato de Liébana,
para rendir culto a las reliquias de San Martín, y los reyes de Asturias
participaron en el negocio de las reliquias. Se sabe de los contactos entre el
rey Alfonso III con el arzobispo Hatto de Maguncia, abad de Reichenau; el
primero le habría enviado una reliquia de las bodas de Caná en agradecimiento
por su intercesión ante el rey de los francos.
La alta Edad Media puede parecernos muy remota,
no tanto en el tiempo como en la oscuridad de los hechos y circunstancias, pero
el pequeño reino de Asturias mantuvo, como se ve, una intensa relación con
Francia, con los francos, que ya existía con anterioridad.
(2) En la región de la Borgoña.
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