jueves, 23 de marzo de 2023

"Atar el dedo gordo"

 

                                                                   Siétamo (Huesca)*

El conde de Aranda[i] pasa por ser un librepensador, indisciplinado y culto personaje de la España dieciochesca, e incluso algunos le han hecho iniciador de la masonería española, pero no es esto lo que aquí nos interesa. Cuando el ministro Grimaldi, al servicio del rey Carlos III, era Secretario de Estado (responsable de los asuntos exteriores), Aranda lo era de los de interior en el Consejo de Castilla, teniendo roces recíprocos. Más tarde el primero sería sustituido por Floridablanca, y también con este tuvo Aranda diferencias, siendo subordinado suyo como embajador en París.

Uno de los motivos de enfrentamiento entre Grimaldi y Aranda fue la diferente política que pretendían con Inglaterra, que acababa de ocupar las islas Malvinas, siendo el primero partidario de contemporizar y el segundo de la guerra. Las islas habían estado en poder de la monarquía francesa hasta 1767, que pasaron a manos de la española, pero ya entonces Inglaterra había hecho algunas incursiones en el contexto de la lucha por el control de los mares.

Cuando Aranda llegó a París como embajador empezaron las hostilidades entre las colonias inglesas de Norteamérica y la metrópoli, alieándose aquel meditadamente contra Inglaterra debido a su anglofobia comprobada. La oportunidad de debilitar a Inglaterra –dijo- no podía desaprovecharse, aun considerando el riesgo de que las colonias españolas en América pretendiesen lo mismo más tarde o más temprano. Aranda se dirigió a su superior, Floridablanca, que no tenía la misma visión que él sobre América, diciéndole que no se atrevía a “atar el dedo gordo”, expresión que en la época significaba acometer la empresa más importante.

Lo cierto es que en 1783 se firmó el Tratado de Versalles con Inglaterra en el que Aranda participó en nombre de España, consecuencia de la finalización de la guerra de independencia de las colonias inglesas, por lo que el conde fue felicitado por el rey Carlos III. De ese mismo año hay un memorial que se le ha atribuido y que el profesor José Antonio Escudero López considera falso. Una vez en Madrid, Aranda se entretuvo en formar parte de la camarilla del futuro Carlos IV contra su padre el rey (es lo que se ha llamado “partido aragonés”).

Durante el reinado de Carlos IV, Godoy empezó a ascender mientras que Floridablanca y Aranda descendían, buscando este apoyo en la reina María Luisa, y logrando ser nombrado (aunque por poco tiempo a favor de Godoy) ministro de Estado. En esta ocasión el conde no fue partidario de la guerra con la República Francesa, por considerar que España no estaba en condiciones de asumirla, mientras que Godoy, que a la postre sería nombrado “príncipe de la Paz”, sí lo fue… Este enfrentamiento, que al parecer llegó a producirse con cierta violencia en presencia del rey, llevó a Aranda al destierro.

Godoy propuso entonces formar monarquías en América en sustitución de los virreyes y sendos senados formados por mitad de peninsulares e indianos. Y este asunto es el que entronca con el memorial de 1783 que se le atribuye a Aranda (parece evidente que no es su autor) en el que se proponía asegurar el control sobre Cuba y Puerto Rico y crear tres monarquías: Costa Firme, Perú y México, que estarían federadas con España y su rey tendría el título de emperador. Todo ello en la línea de evitar que se intentase en la América española seguir el curso de las colonias inglesas de Norteamérica, recientemente independizadas. Pero este memorial apareció por primera vez a la vista treinta años después de su fecha, no conociéndose el original (esto último no sería el mayor problema), y existen copias en varios archivos españoles (entre ellos el de Simancas) y en uno francés[ii].

En relación a ese memorial no aparece correspondencia entre Floridablanca y Aranda, lo que representa la primera rareza, y en él Aranda se mostraría arrepentido de la firma del reciente Tratado de Versalles (en el mismo año). Además –dice el autor citado- no existe correspondencia alguna entre el estilo literario de Aranda y el del memorial. Como existe otro memorial de Aranda con fecha de 1786, del cual sabemos es ciertamente autor el conde ¿cómo es posible que no se haga referencia al de tres años antes? Además tenermos la contestación de Floridablanca al memorial del último año pero no al del primero, del cual no sabemos su autor.

Centrándonos en el documento de 1786, Aranda dice a Floridablanca que “no podemos sostener el total de nuestra América”, proponiendo cambiar Portugal por Perú, ya que la monarquía lusa poseía Brasil; el resto de la América meridional sería entregada a un infante con el título de rey; y en el documento Aranda se anticipa a las aspiraciones de los Estados Unidos sobre la Florida y México, pero Floridablanca dio evasivas a esta propuesta.

Volviendo al documento de 1783, Escudero López ha podido saber la fecha en la que Aranda salió de París hacia España después de firmar el Tratado de Versalles: 10 de diciembre del mismo año, llegando a Madrid el 28 del mismo mes y encontrándose que su esposa acababa de fallecer. Tendría que haber redactado el documento entre dicho día 28 y el 31 de diciembre para que el año coincida con el del documento. Si lo hubiese redactado en París significaría que se habría arrepentido de la firma del Tratado poco después de haberlo suscrito…

No corresponde aquí especular sobre lo que hubiera resultado de las propuestas de Godoy y Aranda, aunque sí demuestran la preocupación por retener los lazos con la América española mucho antes de que se produjese el proceso independentista. Sería mucho esperar del tibio Floridablanca (recuérdese su política contra las ideas de la Revolución Francesa, lo que fue común a muchos otros ministros europeos); o quizá la prudencia demostrada por José Moñino evitó un fracaso, porque ciertamente eran audaces las propuestas antedichas.



[i] Pedro Pablo Abarca de Bolea y Ximénez de Urrea fue X conde de Aranda, nacido en Siétamo, en la actual provincia de Huesca, en 1719, y fallecido en Épila (Zaragoza) en 1798.

[ii] El historiador José Antonio Escudero López ha estudiado este asunto.

* Fotografía de mapcarta.com/es/25062518

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