"By the table" (óleo, 1872) |
Un bodegón y retratos pintó, en esta obra, Henri Fantin-Latour en 1872. Es un cuadro grande, de 160 por 225 cm., que se conserva en el museo d'Orsay (París). El autor vivió influido por el romanticismo, el realismo, el impresionismo, en realidad todas las vanguardias del siglo XIX. Nacido en una familia de artistas, se formó con Courbet y luego estuvo muy cerca de Manet, aunque su estilo es muy distinto. Fue ante todo un gran retratista.
En la obra de arriba representa, sentados y de izquierda a derecha, a Paul Verlaine, Rimbaud, León Valade, Ernest de Hervilly y Camille Pelletan; de pie, en el mismo sentido, Pierre Elzear, Emile Jean y Aicard Blémond.
Verlaine era más joven que Fantin-Latour, pero murió antes que él. Poeta verdaderamente bohemio y revolucionario desde el punto de vista estético, influyó luego en Rimbaud, otro genio precoz que dejó de escribir poesía pronto y cuya temprana muerte está ligada a su vida desordenada y aventurera. Valade también se dedicó a la literatura, siendo amigo de Verlaine y de Rimbaud. Escribió para teatro, poesía y fue traductor. Hervilly fue periodista, poeta y dramaturgo, mientras que Pelletan, ante todo periodista, se destacó por la oposición al emperador Napoleón III; verdadero revolucionario, fue sin embargo inconstante, cambiando de opción política en busca siempre de la radicalidad.
El ambiente artístico francés, y más concretamente parisino, fue activísimo durante el siglo XIX, con propuestas contínuas en todos los campos del arte; también de la literatura. En realidad todos los personajes citados estuvieron influidos por los aires revolucionarios de 1830, con la monarquía orleanista, pero sobre todo por los de 1848, aunque no todos tuvieron preocupaciones sociales. Algunos vivieron con más ardor que otros la oposición al segundo imperio y también vivieron los titubeantes inicios de la III república francesa y su evolución posterior, incluso en algún caso hasta la influencia del político radical francés Clemenceau.
Inconformistas, bohemios algunos de ellos, desordenados en sus vidas privadas (aunque no todos) y aventureros (el caso de Rimbaud quizá sea el más acusado), estuvieron penetratos de la poesía modernista y del naturalismo de Zola. Estuvieron informados de lo que se hacía, en el campo del arte, al momento, vivieron apasionadamente y murieron jóvenes algunos de ellos, como si no quisieran ser aventajados en esto por algunos románticos anteriores.
En la obra de Fantin-Latour se les representa sobriamente, como burgueses, y lo eran casi todos ellos, aunque renunciasen a la vida ordenada de un rico comerciante o un prestigioso abogado. Algunos parecen absortos, otros se comunican levemente; todos ellos parecen posar, aunque están en una velada literaria por el libro abierto sobre la mesa. Rimbaud, el más joven, observa a Verlaine, quizá con una admiración que no se corresponde con las amarguras que este último padecería por causa de aquel.
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