viernes, 25 de octubre de 2019

Judíos en la Galia

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Cierta leyenda judía dice que, tras la conquista romana de Jerusalén, los romanos hicieron al mar tres barcos de cautivos judíos sin capitán ni tripulación que, empujados por el viento llegaron a Burdeos, Lyon y Arles, aunque es poco verosímil. Para llegar a Lyon tendrían que remontar el Ródano y para arribar a Burdeos, circunnavegar la península Ibérica o bien llegar por tierra.

El noble Ambrosio, que la Iglesia católica ha hecho santo, fue intransigente con los judíos, por lo menos desde que se hizo con el obispado de Milán; sin embargo, Estilicón[i], general romano del siglo IV y teórico regente del imperio en 395, fue partidario de la transigencia religiosa.

Ana María Jiménez Garnica[ii] considera que en la sociedad gala del siglo V podría haber existido un cierto grado de convivencia sin conflicto entre cristianos y judíos, a pesar de las leyes discriminatorias sobre los derechos de los judíos y las limitaciones que se les impusieron para que no hiciesen proselitismo. Pero en el último cuarto del siglo se tomaron las primeras medidas eclesiásticas que apartarían a los judíos en el VI, dándose la circunstancia de que la provincia goda de la Narbonense era la más densa en judíos.

Entre finales del siglo IV al V los teólogos cristianos intentaron establecer las afinidades y discrepancias con el judaísmo, siendo uno de los principales motivos de confundirlos la adopción cristiana del principio universalista judaico. En occidente no se mostró hacia las minorías religiosas el mismo odio que en oriente, quizá porque la difusión del cristianismo era limitada y el paganismo era mayoritario en las ciudades. El odio y la violencia, en cambio, fueron frecuentes en oriente: en 383 se suprimió la inmunidad de las jerarquías religiosas judías y más aún desde 417, cuando se les impidió que ejercieran dominio alguno sobre los cristianos, se les prohibió tener cargos públicos y tener siervos cristianos (dos años antes se les permitía en occidente).

Para algunos, tal cambio se debió a la influencia de los teólogos más intransigentes, como Ambrosio, mientras que otros lo explican por las necesidades de ayuda que el emperador Honorio tuvo de oriente, sobre todo desaparecido Estilicón en 408. De todas formas existen muy pocas fuentes escritas, probablemente por la poca importancia numérica y económica de los judíos en la Galia en esta época.

El judaísmo de la época se vio influido por el mitraísmo[iii] y las religiones orientales, mientras que en algunas zonas se limitó la actividad de los judíos al comercio. Estos, para su actividad, mantuvieron contactos con oriente, por lo que aprendieron griego, latín y hebreo, lo que les hizo cotizados por los intelectuales de occidente. Sidonio Apolinar[iv], por ejemplo, senador de la Narbonense, empleó a judíos en puestos de responsabilidad. Además, no eran un grupo extraño entre los galos –lo que sí ocurría con los godos-, no se les consideraba extranjeros y estaban integrados en la sociedad de la época[v]. Cuando murió Cesáreo de Arlés, arzobispo, los judíos se lamentaron por haber perdido “a un protector y guía”.

Muchos de los escritores apologéticos de la primera época tuvieron por los judíos un sincero afecto, aunque otros los confundían con los nestorianos, al considerar que Jesús solo tenía la naturaleza humana. Algunos paganos los consideraron “raza impura”, aunque otros fueron tolerantes. El hecho de que hasta finales del siglo IX se reiteren las mismas consideraciones en los concilios galos, a partir del de Vannes[vi] del 465, indica que el contacto entre judíos y cristianos era estrecho, que se daban los matrimonios mixtos y que aquellos poseían siervos cristianos, lo que favoreció el aumento de judaizantes durante el siglo V.

La definitiva incorporación de la provincia Narbonense al reino godo de Galia posibilitó que en el reinado de Eurico[vii] los godos ya tuviesen asumido el arrianismo, que coincidía con el judaísmo en que solo el Padre era Dios. El obispo arriano Maximino (primera mitad del siglo V) escribió, no obstante, un tratado contra los judíos, tal vez por el proselitismo que estos demostraban, particularmente en África. Este tratado de Maximino fue muy tenido en cuenta por el rey godo Teodorico “el Grande”, aunque practicó con los judíos una política tolerante. Con el incremento de prosélitos judíos la tensión contra ellos aumentó a lo largo del siglo V, y esto generó un odio social que no se había dado hasta entonces en occidente. A mediados del siglo VI, cuando la polémica antijudía era manifiesta, se previno a los cristianos sobre la tendencia a judaizar.

A medida que avanzaba el siglo VI aumentan las noticias sobre judíos en la Galia y ya en el concilio de Agde (506, Languedoc), cierta legislación se presentaba como preventiva contra los judíos. Algunos consideran que esto se debe al descenso del nivel cultural general (tras los siglos tardorromanos), pero la autora a quien sigo considera que también al descenso de la cultura laica, donde tenemos el ejemplo del reino visigodo hispano, cuando se produjeron las persecuciones más violentas contra los judíos en el occidente. Gregorio Magno, papa en Roma a finales del siglo VI, practicó, no obstante, la tolerancia con los judíos de Italia, pero ya en 506 la Lex Romana Visigothorum había establecido sanciones contra los judíos, además de otra legislación. El rey Alarico II les mantuvo en la misma situación que habían vivido durante el Imperio: prohibirles tener esclavos cristianos en ciertos casos y la de comerciar con ellos, les prohibió cualquier cargo administrativo y otros relacionados con el ejército, abogados o guardias de prisiones. Pero los derechos religiosos les fueron salvaguardados, teniendo además autonomía judicial en cuestiones religiosas.

En cuanto a esclavos y mujeres, se prohibió a los judíos los matrimonios mixtos, considerando adúlteros a quienes se hubiesen casado en dichas condiciones; al tiempo se recomendó a los obispos que llevasen a los judíos a las iglesias para que “oyeran la palabra de Dios”. Se les prohibió usar amuletos y se endureció la actitud de la Iglesia contra ellos. Se condenó a los eunomianos (rama del arrianismo a partir del obispo Eunomio, s. IV), priscilianos y maniqueos, pero en la Septimania el número de judíos seguía creciendo y se convirtieron en un sector demográfico importante, aunque el elemento universalista judío ya no tuvo cabida.



[i] Su ascenso se produjo a partir de sus orígenes vándalos.
[ii] “La coexistencia con los judíos en el reino de Tolosa”. En este trabajo se basa el presente resumen.
[iii] Religión mistérica muy importante en oriente durante los primeros siglos de nuestra era. La divinidad Mitra fue reconocida también en occidente.
[iv] Obispo de Clermont a finales del siglo V.
[v] Antes de la plena Edad Media solo se conoce un ejemplo de gueto, el de Alejandría en el año 38.
[vi] En la Bretaña francesa.
[vii] Rey de los godos en la segunda mitad del s. V tras asesinar a su hermano Teodorico II.

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