Son varios los autores
que han estudiado, en mayor o menor medida, la obra de Diego de Urbina, pintor
del siglo XVI poco conocido salvo por los especialistas, pero la que más ha
investigado sobre ello ha sido, mediante su tesis doctoral, Trinidad de Antonio
Sáez[i]
que, más allá de la obra conservada de aquel pintor en el monasterio de El
Escorial, ha descubierto otras, anteriores, que llevan su firma.
La citada autora señala
que su yerno, nada menos que Lope de Vega, le cita elogiosamente en algunas de
sus obras, pero ni siquiera esto contribuyó a tener en cuenta a Urbina por
mucho tiempo. Su nombre quedó unido a la pintura escurialense, donde muestra
los ideales estéticos e ideológicos imperantes en la España de su siglo. Por su
parte, el historiador Angulo Íñiguez señala que el estilo de Urbina parece “un
tardío eco de la elegancia a lo Andrea del Sarto”[ii].
Urbina –dice Trinidad de Antonio- llegó al punto culminante de su arte después
de los sesenta años, perteneciendo a la generación de Becerra, Juanes y Morales[iii].
Urbina, por su parte, tiene lo mejor de su obra en El Escorial, siendo fiel a
la armonía, aunque unas obras son mejores que otras.
Había nacido en Madrid
en 1516, hijo del también pintor Pedro de Ampuero, teniendo otros hermanos
también pintores, y quizá murió en 1594. Su actividad artística debió empezarla
en el círculo familiar, influido por la pintura que entonces se hacía en
Toledo, verdadero foco artístico castellano en aquel siglo, y también por el
arte italiano introducido en España por Juan de Borgoña, que falleció en 1536.
De éste toma Urbina la nitidez del dibujo y la elegancia de las figuras, y más
tarde se vio influido por la obra de Rafael, aunque el pintor madrileño mostró
siempre más interés por la figura
humana que por la profundidad.
Dice Trinidad de
Antonio que pudo haber viajado a Italia, llegándonos noticias documentales
sobre Urbina en la década de 1540, entrando en su estilo definitivo con las
formas del clasicismo, que el pintor conoce bien. Hoy solo conservamos obras
suyas realizadas a partir de 1565: quizá pintó el retablo del “Abrazo en la
Puerta Dorada”, tema que ha sido interpretado por otros artistas, tanto
pintores como escultores, a lo largo de varios siglos[iv].
En el caso de Urbina, en el retablo de la capilla Sarmiento[v],
en la catedral de Burgo de Osma (1568). Joaquín y Ana se abrazan ayudados por
un ángel sobre ellos y con la imagen de la virgen y el niño en lo alto, sin
guardar proporción con las figuras de los protagonistas. La composición es muy
simétrica, con otros personajes a derecha e izquierda y la puerta, al fondo,
representada de tres cuartos.
En el mismo lugar pintó
el “Salvador bendiciendo”, obra de cierta monumentalidad, el autor se inspira
en Tiziano, lo que abona la idea de que Urbina pudo estar en Italia, pues el
veneciano[vi]
no estuvo en El Escorial. Es una tabla que hoy se encuentra en el archivo
capitular, siempre según la autora a la que sigo aquí.
Las sargas o telas para
adornar paredes que pintó y que hoy se encuentran en el monasterio del Parral
(Segovia) fueron algo posteriores a las comentadas antes. Representa a
Cristo flagelado y está casi ausente el color, probable exigencia del soporte. Otra de las escenas es la adoración de los reyes magos.
Por lo que es más
conocido Urbina es por su obra en El Escorial, una vez que Navarrete[vii]
murió en 1579, completando las figuras de apóstoles y santos, conservando la
estilización y elegancia que le caracterizó pero, según la crítica, no fue
capaz de adaptarse a las nuevas tendencias de un mayor naturalismo que asomaban.
(Arriba, sargas que hoy se encuentran en El Parral).
[i] “Pintura española del último tercio del siglo XVI en Madrid…”.
[ii] Florentino fallecido en 1531 que ya dio muestras de manierismo.
[iii] Gaspar Becerra era natural de Baeza, habiendo recibido la influencia de Miguel Ángel como escultor. Juan de Juanes era de Fuente la Higuera (suroeste de la actual provincia de Valencia). Luis de Morales nació en Badajoz, siendo su estilo manierista.
[iv] El más importante es el fresco en la capilla Scrovegni, obra de Giotto.
[v] Pedro Sarmiento fue un prior que fundó la capilla de su nombre en 1551.
[vi] En realidad Pieve di Cadore, localidad del Véneto.
[vii] Apodado el mudo y considerado el más importante al servicio de Felipe II en El Escorial.
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