La investigadora Sofía
Torallas Tovar ha publicado un importante artículo que recoge información de
fuentes directas (papiros griegos y coptos) e indirectas, es decir,
publicaciones de otros autores. Se trata de las prisiones en el Egipto
bizantino desde el siglo IV hasta el VIII, si bien desde mediados del siglo VII
Egipto estuvo en manos del islam.
Algunas prisiones se
establecieron en templos, como es el caso del Adrianeo de Oxirrinco[i],
incluso improvisadas en un edificio portuario, en un barco, en campamentos
militares o en dependencias eclesiásticas.
El carcelero recibía
diversas denominaciones en las fuentes y, en ocasiones, se encuentran soldados
a cargo del arresto de prisioneros y su custodia, siendo responsables de que no
escapasen y, si esto ocurría, eran severamente multados.
Había prisiones
públicas en cada ciudad e incluso en pueblos que se mantenían mediante un
impuesto establecido en época ptolemaica (últimos siglos a. de C.). Las
condiciones de estas cárceles eran precarias, estando los presos encadenados y,
a menudo, torturados, con abusos frecuentes que las fuentes reflejan. Un
ejemplo es el de una viuda desesperada que cuenta como unos soldados borrachos
mataron a su marido con espadas y luego quemaron su cadáver. Muchos presos
morían de hambre.
Para la estructura
económica de Egipto no convenía tener encarcelados a los trabajadores, esclavos
o no, por lo que se intentó limitar la pena a deudas fiscales ya desde época
faraónica. Un edicto de Tiberio Alejandro[ii]
suprimió el encarcelamiento por deudas privadas. Como el encarcelado por deudas
no podía trabajar para pagarlas, fueron las mujeres y los hijos los que cumplían
la pena hasta la satisfacción de aquellas
Según paso el tiempo
(s. IV) se produjo un cambio: la prisión se convirtió en lugar de penitencia.
En un papiro conservado los presos piden su libertad arguyendo que ya habían
adquirido la prudencia necesaria. Fuera de Egipto parece darse este cambio
también en Siria, cuando entre 539 y 540 el obispo de Gerasa[iii]
hizo construir una prisión para los condenados.
La libertad bajo fianza
era temporal: el garante se responsabilizaba de devolver al reo a prisión o
pagaba una suma como garantía, pero se produjeron encarcelamientos injustos,
como se deduce de las protestas de los condenados. Una fuente muestra el caso
de un campesino injustamente encarcelado por un decurión en Cinópolis. Se
conocen también liberaciones indebidas, lo que tenía su pena: un papiro copto
de Afrodito nos habla de la pena a uno que prometió no volver a dejar escapar a
nadie.
Hubo prisiones privadas
en manos de terratenientes o potentiores,
los cuales parece que se hacían cargo del coste a cambio de poder concedido por
el Estado, lo que se observa desde el siglo IV, aunque en esto no todos los
historiadores están de acuerdo[iv].
La Iglesia, que en el
siglo citado ya estaba muy asentada en Egipto (concilio de Nicea, 325) se
comprometió con la caridad, reflejada en la ayuda a viudas, en la fundación de
hospitales y en la intercesión a favor de los presos. Creó un nuevo concepto de
prisión como lugar de arrepentimiento, los castigos corporales fueron
sustituidos por la meditación y el sentimiento caritativo mejoró el trato a los
prisioneros.
Constantino el Grande
dio a los obispos el derecho a la supervisión de las prisiones para la protección
de los prisioneros, y los cánones de Atanasio de Alejandría (siglo IV)
consideraron que las visitas a los presos eran un deber para los obispos y para
los presbíteros. A pesar de todo esto y de la caridad privada, la vida en
prisión fue muy dura. Los obispos también podían tener prisiones: un clérigo en
Samos fue acusado ante el obispo, quien ordenó le encarcelasen donde tenía
destinados a los clérigos culpables.
El hospital de Oxirrinco, perteneciente al obispo, tenía una prisión en la que probablemente –dice Torallas Tovar- se atendía a prisioneros enfermos. Poco a poco la Iglesia fue cayendo en manos de los más poderosos, de forma que los dominios eclesiásticos adquirieron la misma estructura que los latifundios de laicos.
(Mapa de https://amigosdelantiguoegipto.com/?p=1730)
[i] Más al sur que El Cairo actual pero cerca del delta.
[ii] Judío rico de Alejandría que vivió en el siglo I. Procurador en Judea con Claudio emperador, luego fue prefecto de Egipto y reprimió a los diversos grupos étnicos.
[iii] Al Este del Jordán.
[iv] Jean Gascou (1985), historiador nacido en Cambrais, norte de Francia, a mediados del siglo XX.
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