Cabezas esculpidas y empotradas entre los sillares
Entre el oeste de
Bolivia, el sur de Perú y el norte de Chile se desarrolló, en un largo período
de tiempo, la cultura Tiahuanaco. Con sus sacerdotes y cultos, sacrificios y
otros ritos, no parece diferenciarse de otras muchas culturas, antiguas y más
recientes, pero también presenta características singulares que se desarrollaron
durante un largo período antes y después de Cristo. Bajo las casas excavadas se
han encontrado enterramientos colectivos, bien conservados en los casos en que
las condiciones climáticas así lo han permitido, pero no así en las zonas
andinas, donde la abundante humedad y las lluvias ecuatoriales habrían hecho su
trabajo.
En la Puerta del Sol de
Tiwanaku, centro religioso y yacimiento al sur del lago Titicaca, se ha creído
durante mucho tiempo que se representa al dios Wiracocha, pero lo cierto es que
esta divinidad es de época inca, muy posterior. Las construcciones presentan
grandes sillares bien labrados, precedente de lo que mucho más tarde veremos en
Machu Picchu.
Las casas, según
muestra la arqueología, eran de planta cuadrangular, y piedras apiladas han
sido interpretadas como ofrendas; también se han conservado “observatorios
místicos”, consistentes en unas piedras que sostienen, como si de una gran mesa
se tratase, otra mayor sobre aquellas. Monolitos y caras encajadas entre los
sillares de las edificaciones son propias de esta cultura. Algunas de las áreas
donde se desarrollaron las formas de vida tiawanaku son áridas y desérticas,
sobre todo en las costas del sur de Perú y norte de Chile, donde el régimen de
lluvias es mínimo, pero en las zonas montañosas de Bolivia, los taiahuanacos
construyeron canales de regadío que permitieron la agricultura.
Los principales
yacimientos se encuentran al sur del lago Titicaca, más concretamente al sur
del lago Winaymarka, que está en comunicación con el primero por un estrecho
canal a una altura media de 3.900 metros sobre el nivel del mar. Al sureste
está el yacimiento de Konchamarka, y más al este el de Cochabamba, entre la
selva Chapare y el valle Quillacollo. En el sur de Perú hay varios yacimientos
en el valle de Moquegua, y en el norte de Chile está el yacimiento de Azapa, en
el valle del mismo nombre y cerca de Arica; más al sur se encuentra el
yacimiento de San Pedro de Atacama.
La larga duración de la
cultura Tiawanaka, desde mediados del segundo milenio antes de Cristo hasta el
s. XII d. de C., ha obligado a los especialistas a hacer una periodización que,
no obstante, está hoy puesta en cuestión: la etapa de las aldeas, la de la
aparición de ciudades y la del imperio (otros hablan de Tiwanaku I, II, III, IV
y V). Los datos apuntan a que se trató de un estado teocrático, siempre que no
demos a la palabra “estado” un significado estricto, llegando más adelante a la
división del trabajo, la arquitectura colosal, obras hidráulicas, agricultura,
sacerdotes y otras culturas absorbidas por Tiwanaku. También se discute si esta
cultura llegó a constituir realmente un imperio, lo que implicaria ejércitos y
guerras, pues no se han hallado fortificaciones, aunque sí una gran zanja que
rodea el yacimiento principal. Se ha llegado a sugerir una guerra más bien
ritual que convencional.
La época que se ha conocido
como imperial (estando en cuestión hoy en día lo acertado o no de esta
denominación) va desde el 700 al 1200 d. C., cuando la decadencia cultural
daría paso a una mayor intensidad de las relaciones entre Tiwanaku y el resto
de las regiones bajo su influencia cultural. Lo cierto es que no hay evidencias
de conquistas, pero sí influencias religiosas desde un centro a todos los
territorios bajo su influencia cultural, e igualmente el comercio y la
evidencia de migraciones; tampoco han aparecido armas ni siquiera en los
ajuares. Sería la época de artesanos especializados, pesca en los lagos,
ganadería de llamas y alpacas, etc. El templo de Kalasasaya, por ejemplo, es
una muestra del trabajo de la piedra, habiéndose construido, al parecer,
orientado según interesó para interpretar las diversas estaciones del año, lo
que es común a muchas otras construcciones de diversas épocas y países. Piedra
que también fue empleada para esculpir estatuas en monolitos, además de
elementos decorativos como serpientes, felinos, y otros antropomorfos, habiendo
sido identificada esta iconografía como heredada de época anterior,
En cuanto a la cerámica
lo más destacado son los vasos de boca ancha, decorados con colores negro,
naranja, rojo, y en ocasiones con incisiones, pero no son la cerámica y los
monolitos los únicos soportes para las decoraciones: telas con iconografía muy
diversa y madera también se han conservado, sobre todo en los casos donde el
clima seco de Perú y Chile lo han permitido.
Tiwanaku, como
yacimiento, es el más excavado de Bolivia, según el antropólogo José Luis Paz,
habiéndose convertido en un símbolo de identidad sobre todo en La Paz, donde
los motivos tiawanakos aparecen en edificios públicos, aeropuertos, etc. También
se han descubierto zonas de paso en los valles orientales de los Andes. En todo
caso, según el arqueólogo Juan Villanueva, se observa una gran diversidad por
la topografía, la costa, el interior y los recursos disponibles. Entre los dos
yacimientos estudiados en el norte de Chile no hubo influencia Tiawanaku (Azapa
y San Pedro de Atakama), lo que habla de una cierta discontinuidad geográfica. Sin
embargo parece evidente la influencia entre la cultura wari (en la zona
occidental de Perú) y la tiawanaka, aunque estas interacciones fuesen
irregulares en el tiempo
Por lo que respecta al
yacimiento de Tiwanaku, no reúne las condiciones de una ciudad en un sentido
estricto, pero sí está documentado que albergó a una cantidad de población
numerosa y que fue un centro ceremonial. En las zonas montañosas (Bolivia) se
han comprobado pisos ecológicos para la práctica de la agricultura, donde fue
cultivado el maíz, la yuca, papa y frutales entre otros productos. La evidencia
de boleadores habla de sociedades pastoriles donde las llamas serían los
animales principales.
Hoy se sabe que el lago
Titicaca ha descendido su nivel, en los últimos años, 30 cm., lo que indica que
cambios climáticos a lo largo del tiempo pudieron haber producido efectos
parecidos, en un sentido o en otro. ¿Qué impresión tendrían las mujeres y los
hombres de épocas remotas, que observasen estas variaciones en contacto con la naturaleza,
que tenían creencias animistas, que han tenido como dios al Señor de los
Báculos en el dintel de la Puerta del Sol?
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