domingo, 7 de mayo de 2023

Apropiarse de las Californias

 

                                                           Ilustración de News & Events

La ambición sobre las Californias (en realidad no se hacía distinción como en la actualidad) se remonta a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, particularmente por algunos comerciantes norteamerianos, uno de ellos William Shaler[i], que a base de hacer negocios llegó a ser diplomático al servicio de los Estados Unidos. Junto con un socio se dedicó a hacer negocios entre China y América, aunque gozó relativamente pronto del favor oficial. Los orígenes de Shaler, sin embargo, fueron humildes, quedándose huérfano con sus heramnos muy pronto, y a la edad de catorce años se empleó en una empresa comercial de Nueva York.

La independencia de las trece colonias británicas de Noteamérica, a finales del siglo XVIII, puso al nuevo estado ante la situación de expandirse en dirección oeste, toda vez que el Atlántico era un mar dominado por británicos y franceses fundamentalmente, sobre todo cuando España perdió la mayor parte de sus posesiones en América y sufrió la derrota de Trafalgar (1805). Los intentos de salida al Pacífico, por lo tanto, fueron idea de pocos, pero muy tenaces comerciantes.

Una publicación de 1808 dedicada a comerciantes estadounidenses, que se encuentra en la Biblioteca del Congreso, da información sobre los puertos del Pacífico, los del Atlántico y los de Asia, particularmente los chinos. A esto se une el Diario de William Shaler sobre sus viajes en 1803 y 1804, más detallado este último, donde expone las condiciones de los puertos, las bahías, las posibilidades de apropiarse de ellos, las operaciones militares que debían llevarse a cabo, las utilidades económicas, etc. Existía entre unos pocos el convencimiento de que Nueva España no podría hacer frente a un intento de expansión de Estados Unidos en el Pacífico, particularmente en las Californias[ii].

Shaler publicó, pues, su “Diario de un viaje entre China y la costa noroeste de América”, hoy traducido por Guadalupe Jiménez Codinach (1992), y allí se habla del bombardeó que sufrió San Diego[iii] (puerto de Nueva España) sin que los atacantes pudiesen hacerse dueños de él. Shaler había sido combatiente en la guerra contra Gran Bretaña y simpatizante con las ideas de la Revolución Francesa, pero probablemente más por lo que tuvo de defensa de la economía libre. Tradujo también una “Historia de Nuevo Flandes”[iv] (Chile), obra original de un jesuita.

Shaler comerció en Perú, Guatemala, en las islas Sandwich[v] (en realidad Hawái) y en China, viajando desde la costa Este de Estados Unidos por el estrecho de Magallanes y Chile. Aquí pretendió hacer prosélitos para su causa, que se independizase Chile de la monarquía española para poder comercial sin impedimento alguno. Junto con los contactos económicos se dedicó a regalar ejemplares de la Constitución de Estados Unidos, pero sin éxito (corrían los años 1802-1803). Igualmente está documentado que hizo en San Blas (Nueva España), en la costa oeste de México con el mismo resultado.

En 1804 hizo su segundo viaje a la América española, queriendo dar satisfacción al interés que mostraban las cortes rusa y china por las pieles de nutria, que precisamente abundaban en las Californias (no se olvide que bajo soberanía española por medio de su virreinato de Nueva España). Las nutrias eran capturadas y sacrificadas a palos, pues no se les podía disparar para no estropear las pieles, objeto de un muy lucrativo comercio. Otros países interesados en ello fueron Estados Unidos y Gran Bretaña, para lo que Shaler se puso en contacto con los establecimientos rusos en Alaska, llegó a un acuerdo con los de dicha nacionalidad y emplearon a esquimales para la captura de nutrias. La venta en el puerto de Cantón era la más lucrativa.

Pero Shaler tenía una idea fija: Estados Unidos debía apoderarse de las Californias, sobre todo por dos importantes puertos con los que contaba: San Diego y San Francisco. Hizo una detallada explicación de la Columbia británica (Canadá), los actuales estados de Washington y Alta California (EEUU) desde Bodega Bay[vi] hasta San Diego, así como sobre las misiones franciscanas que jalonaban estas últimas regiones, mostrando un desprecio no disimulado por la labor de los clérigos.

El próspero comerciante y luego diplomático, cuyos orígenes fueron tan humildes, y que no tuvo escrúpulos en casi acabar con las nutrias californianas, llegó a ser elegido miembro de la Sociedad Filosófica Americana, y más tarde fue nombrado maestro honorario de la Universidad de Princeton… Cuando falleció Shaler en 1833, faltaban trece años para que se desencadenase una guerra entre Estados Unidos y el México independiente, y entonces sí, este país perdió la mitad de su territorio en favor del primero, incluyendo la Alta California.


[i] Naciáo en 1773 y murió en Cuba en 1833.

[ii] Hoy se habla de Alta California para referirse a la de soberanía estadounidense y de Baja California de soberanía mexicana.

[iii] La misión franciscana que daría origen a la ciudad fue fundada por Fray Junípero Serra y doce familias de Loreto (en la actual Baja California) en 1769.

[iv] En relación a la oposición que ofrecieron los indígenas de la mitad sur del actual Chile a la dominación española, comparable a la del Flandes europeo.

[v] Así denominadas por el inglés James Cook.

[vi] En el noroeste de la Alta California.

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