jueves, 18 de mayo de 2023

El expolio de Soult

 


Hoy se sabe que cuando el mariscal Soult se instaló en Sevilla durante la ocupación napoleónica de España, no solo tuvo interés en las obras de arte que encontró en los conventos de la ciudad, sino en la posibilidad de hacerse inmensamente rico. El mariscal atacó principalmente las obras de Bartolomé Esteban Murillo, que ya se encontraba valorado en casi toda Europa y, en particular, en las cortes más ambiciosas.

Cuando en 1852 los herederos de Soult se hicieron con los cuadros robados en España, los pusieron a la venta, y esta es la razón de que ahora muchos de ellos se encuentren dispersos por varias partes del mundo. Es el caso de “Una niña y su dueña”, obra de 1670, en la que Murillo muestra a dos mujeres asomadas a una ventana (se encuentra en la Galería Nacional de Arte de Washington). “La Adoración de los Magos” fue a parar al Toledo Museum of Art (Ohio), y “Regreso del hijo pródigo”, un óleo sobre tela de 236 por 262 cm. se encuentra en la National Gallery of Art de Washington.

A San Petersburgo fue a parar la “Adoración de los pastores”, un óleo sobre lienzo de 197 por 147 cm. En la Wallace Colection de Londres se encuentra otro cuadro con el mismo título pero más monumental: 147 por 218 cm.; e igualmente “Casamiento de la Virgen”. En la National Gallery está el autorretrato de Murillo, una obra de extraordinario interés pictórico e histórico.

La “Cocina de los Ángeles” se encuentra el el Museo del Louvre (París), así como el “Nacimiento de la Virgen”. Ahora se encuentran en El Hermitage de San Petersburgo “Horneado de tortas planas”, una deliciosa obra donde tres mujeres, en un ambiente obscuro, cocinan las tortas; en el mismo museo se encuentra “Niño con un perro” (óleo sobre tela de 70 por 60 cm.), y también la “Inmaculada Concepción” de mediados del siglo XVII.

En Alemania se encuentran varias obras de Murillo: “Bautismo de Cristo”, una monumental obra de 233 por 160 cm., que se encuentra en el Staatliche Museen de Berlín; y “Niños comiendo uvas y melón”, una de las más valoradas pinturas de género del barroco, en la Alte Pinakithek de Múnich. En Kassel (Staatliche Museen) se encuentra “José y la esposa de Putifar”; y en Dresde, “Virgen con el Niño” (Gemäldegalerie). En Colonia (Wallraf-Richartz-Museum) se encuentra “Vieja y muchacho” (ver arriba). En manos de colecciones privadas están “Ecce Homo”, otra versión de “José y la esposa de Putifar” y “Mater dolorosa”.

En Budapest está “Huída a Egipto” y la “Sagrada Familia con San Juan niño” (Szépmûvészeti Múzeum). En el mismo museo se encuentra “María y el Niño con los ángeles tocando música”. En Williamstown, ciudad de Massachusetts, se encuenta la “Visión de Fray Julián de Alcalá”, y en Baltimore (Walters Art Museum) una “Inmaculada Concepción”. “San Francisco de Asís en oración” se encuentra en Amberes (O.L. Vrouwekathedaal).

No fue poco el expolio, sobre todo si tenemos en cuenta que aquí no están todas las obras de Murillo robadas por Soult, ni hacemos mención a obras de arte de otros autores, españoles o extranjeros, que se encontraban en España, así como objetos decorativos.

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