jueves, 4 de mayo de 2023

"Por el cadáver de Polonia..."

 

Cuando a mediados de mayo de 1920 el Ejército Rojo de los bolcheviques invadió Polonia, ya se habían producido enfrentamientos con la guerrilla en Lituania y Ucrania[i]. No fue la primera vez que la capital polaca se había visto amenazada o sitiada: a finales de marzo de 1794 Tadeusz Kosciuszko, un veterano del ejército, unió fuerzas para levantarse contra la opresión del Imperio ruso y Prusia después de la segunda partición de Polonia un año antes. La insurrección fracasó, pero sirvió de ejemplo para futuras generaciones.

En 1830, cuando las revoluciones liberales y nacionalistas sacudían Europa[ii], un ejército del zarato de Polonia se enfrentó al del zar de Rusia hasta 1831: como ocurriría casi un siglo más tarde, el ejército ruso cruzó el Vístula y asedió Varsovia, librándose combates que terminaron con la rendición polaca en 1831.

En la guerra de Polonia contra los bolcheviques dicho país “renació después de 123 años de esclavitud”[iii], incurriendo estos en la primera contradicción, pues se habían presentado a la población como enemigos de la guerra imperialista de 1914. La segunda contradicción (sin contar otras muchas) fue mantener la prohibición de que se investigase y supiese nada sobre esta guerra hasta finales de los años ochenta pasados.

En la guerra de 1920 casi se estrenó el mariscal Tuchaczewski, muy joven entonces, sin poder sospechar que sería víctima de las purgas de Stalin en 1937. Se le atribuye a él la frase de que “por el cadáver de Polonia cruza el camino hacia el incendio mundial”, en alusión a la pretendida extensión de la revolución bolchevique al resto de Europa.

En el verano de dicho año la situación de Polonia era desastrosa, pues el Ejército Rojo sitió ciudades como Vilnius, Grodno y Bialystok[iv]. En los territorios ocupados los militares bolcheviques organizaron un gobierno (que sería efímero) en Bialystok: un comité que a su vez formó otros territoriales con la participación de empresarios, hacendados y colaboracionistas. Su objetivo era crear la República Socialista de Polonia y un Ejército Rojo polaco, pero a finales de agosto finalizó todo con la victoria polaca en Varsovia.

Mes y medio antes el Parlamento polaco había formado un Consejo de Defensa Nacional encabezado por Józef Pildsudski[v]. Con un ejército de voluntarios, todos los partidos políticos (menos el comunista) contribuyeron a la lucha, así como la Iglesia católica, ideóloga en no pocas ocasiones de la historia de Polonia. Los bolcheviques se habían acercado a Varsovia mientras en el frente del sur, con la presencia de Stalin, habían llegado a Lvov, en Ucrania. Recibieron la orden de cruzar el río Vístula –como en 1830- sitiando la capital, terminando la guerra en noviembre de 1831 con la victoria polaca.

El coste en vidas humanas fue alto, sobre todo entre los sitiados, pero es evidente que también el Ejército Rojo sufrió muchas bajas, tanto en Polonia como en Ucrania. Francia tuvo un contingente de varios cientos de soldados en ayuda de Polonia, en cuyas filas estuvo un oficial que luego sería general De Gaulle, el cual ha dejado un testimonio muy negativo para el ejército bolchevique en su abandono de Varsovia, al punto de que a finales de agosto de 1920 el ejército polaco llegó hasta la frontera rusa.

¿Qué hubiera ocurrido si el ejército polaco hubiese sido vencido? Probablemente caben tres respuestas: que aún así no sería posible que los bolcheviques extendieran su revolución a todo el continente, pues se encontraban en medio de una guerra civil, con un país agotado por la primera guerra mundial y con una población todavía expectante ante el nuevo régimen; la otra posibilidad es que los ejércitos vencedores en la primera guerra mudial se opusiesen a tal empresa, y la tercera, en efecto, que se formasen gobiernos comunistas en algunos países europeos como ocurriría a partir de 1945. Nada más que hipótesis se pueden aportar en esta materia.

En todo caso cabe suponer que la victoria polaca disuadió a las autoridades bolcheviques de empresas más ambiciosas, y de ahí su importancia tanto en plano nacional polaco como europeo. En un artículo publicado en 1930 por el ex embajador británico en Varsovia, Edgar d’Abernon, se dice: “La historia contemporánea de la civilización conoce pocos hechos con una significación superior a la batalla de Varsovia en 1920”, y se añade que no ha sido suficientemente reconocida dicha gesta; “no se puede poner en duda que en 1920 Polonia salvó a Europa”[vi].

En un artículo que no tiene finalidad científica se pueden hacer valoraciones de esa naturaleza; históricamente, sin embargo, no es posible calibrar las consecuencias de una victoria bolchevique, que en todo caso hubiesen sido negativas para la libertad de los pueblos. El general francés Louis Faury, por su parte, en un artículo publicado en 1928, señaló: “Hace doscientos años Polonia bajo los muros de Viena protegió al mundo cristiano del peligro turco, […] lo que no se ha valorado en forma suficiente”. Faury se refería a la guerra austro-turca de 1716-1718 en la que luchó un ejército polaco al lado de Austria.

Los pequeños estados bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) quizá se vieron favorecidos por la derrota bolchevique a manos de los polacos, pues en el intento de extender la revolución al resto de Europa eran los más próximos, y la “entente” condicionó su ayuda a que Polonia aceptase la línea Curzon[vii] como frontera con Rusia: desde el Báltico pasaba al Este de Bialystok, al oeste de Brest[viii] y al oeste de Leópolis[ix]. Para un estado que había sido objeto de reparto varias veces a finales del siglo XVIII, dicha “línea”, aun no siendo satisfactoria, era una solución para empezar un período de paz que se romperá en 1939.


[i] Debe tenerse en cuenta que el Estado bolchevique se encontraba en plena guerra civil.

[ii] Es el caso de Bélgica, Grecia, Nápoles, España y Francia entre 1820 y 1833.

[iii] Henryk Kobierowski, “Aspectos políticos de la guerra polaco-bolchevique de 1920”.

[iv] Vilnius, Grodno y Bialystok: capital de la actual Lituania, en el extremo oeste de Bielorrusia y al noreste de Polonia respectivamente.

[v] Era Jefe del Estado desde 1918, y entre 1926 y 1936 gobernó el país como dictador, habiéndose forjado la fama durante la I guerra mundial.

[vi] Ver nota iii. En este trabajo se basa el presente resumen.

[vii] George Curzon, político conservador británico que sugirió dicha línea como base para establecer la frontera entre la Rusia bolchevique y Polonia.

[viii] En el suroeste de la actual Bielorrusia.

[ix] Al oeste de la actual Ucrania.

En la fotografía, Bialystok, Polonia.

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