Relieve en el sarcófago de Alejandro |
Dice Antonio Tovar[1]
que el comercio y la piratería permitieron la aparición en la Creta prehistórica de unas
cien ciudades mientras que siglos más tarde, un apátrida errabundo como
Aristóteles creyó que el hombre no se distingue de los animales sino por su
sentido de lo bueno y de lo justo. Entre el salvaje bestial que no conoce la
vida civil y el dios que se basta a sí
mismo (los filósofos helenísticos vendría pronto con la doctrina estoica) está
el hombre, y este, en el mundo griego, no puede vivir sino en la ciudad. La
vida ética para Aristóteles tiene su fundamento en la vida política, es decir,
en la vinculación del hombre a su pólis.
Desde finales del siglo IV hasta el I a. de
nuestra era, se desarrolla una lenta desaparición de las póleis griegas, pero no en su sentido físico, sino políticamente
hablando, van dejando de ser lo que fueron y se integran en estados
territoriales donde el rey ejerce un poder enorme que no tiene nada que ver con
las “libertades” de aquellas póleis.
Es cierto que los reyes helenísticos fundan ciudades a docenas, pero no son póleis, son ciudades donde el
cosmopolitismo se impone y el concepto de ciudadano se va transformando. No
quiero decir que esto sea malo: aquí solo sigo al autor citado para explicar,
magistralmente como él lo hace, el lento periclitar de aquel tipo de
organización política típicamente griega.
¿Cómo es posible que las ciudades fundadas en
Bactria o en Mesopotamia tuvieran algo de póleis?
Más bien lo que surgen son cosmópolis,
como lo fue Alejandría, única verdadera ciudad al norte de un desierto y un río
donde las antiguas ciudades egipcias estaban en decadencia o destruidas. Lo
mismo ocurre cuando Seleuco traslada la capital de su reino desde Babilonia a
Antioquía. Los reyes de Siria intensificaron su política de fundaciones con
Apamea, Seleucia de Pieria[2]
y Laodicea[3],
y en oriente Ecbátana[4]
y Susa.
El derecho civil ático se va extendiendo por
los estados helenísticos, con variaciones locales, mientras que el derecho
marítimo rodio prevalece. Atenas sigue teniendo una importancia extraordinaria
como ciudad, pero no ya como pólis,
mientras que en amplias regiones como Lócride[5]
y casi toda Arcadia[6] más el noroeste de Grecia,
no habían existido nunca póleis.
Como Grecia –en época anterior- no tenía suficientes
bosques para construir sus barcos y carecía casi por completo de metales,
mientras que su población crecía, surgió el fenómeno de las colonizaciones, por
lo que algunas póleis sufren una
despoblación ya en el siglo V a. de C. Además están las continuas guerras que
llevarán más tarde a los reyes helenísticos a buscar las inmensas reservas
metálicas de Asia.
Tovar dice que un año para fijar el fin de
Atenas (como entidad política) es el 262 a. de nuestra era, cuando es sometida por
Antígono Gonatas, adepto al estoicismo. Entonces Atenas ya no tiene escuadra,
los arsenales están vacíos y quizá Lácares tiene alguna responsabilidad en la
muerte del estado ateniense. Sobornado por Casandro, se hizo tirano de la
ciudad. Antes Atenas había negociado la ayuda de los reyes de Egipto y Tracia
para recuperar el Museo, la colina que con su guarnición macedonia vigilaba la
ciudad; los atenienses reconquistan Eleusis y, en 288-287, cuando Demetrio
Poliorcetes atacó Atenas, fracasa.
En las ciudades helenísticas empiezan a
establecerse las normas que obligan a los ciudadanos ricos a hacerse cargo de
la construcción de las naves, de pagar las festividades, de sostener los
espectáculos, en los que participan gratuitamente los pobres. Esta política
social –dice Tovar- se produce al mismo tiempo, sin que tenga que haber una
relación de causalidad, la decadencia en el interés por la cosa pública, la
religión se desliga de la pólis
cuando ya se había acusado a Sócrates de que no creía en los dioses.
Es también en Atenas, donde la filosofía
predominaba, el rey macedonio Casandro había gobernado mediante un filósofo a
finales del siglo IV y los panteones orientales fueron constituyendo un
sincretismo junto con los dioses griegos. Cuenta Plutarco que el tirano
Aristodemo de Megalópolis[7]
fue asesinado por unos ciudadanos que eran discípulos de Arcesilao. Por tanto
la autonomía de las ciudades desaparece y la supuesta devolución de la misma es
un espejuelo que usan los dinastas para atraérselas en sus luchas. Antígono
Dosón, rey de la última dinastía de Macedonia, utilizó promesas en este
sentido, y en Jonio hizo lo propio Antíoco II de Siria.
La crisis de las póleis es larguísima; cuando cesaba el peligro los reyes volvían a
arrebatar la supuesta autonomía dada a las ciudades y las gobernaban mediante
un epistátes o delegado que
intervenía las decisiones de los magistrados. La presión de las guarniciones
macedonias en Grecia fue fuerte alrededor de ciertos puntos estratégicos:
Acrocorintio[8], el Pireno o Muniquia[9],
Calcis[10]…
En realidad las ciudades griegas usaban de la libertad que se les concedía para
servir de peones, como ocurrió con las ciudades de Grecia que intervinieron en
las guerras entre Egipto y Macedonia.
Las póleis
volvieron a luchar entre sí encarnizadamente y mientras que en el siglo IV
era muy extraño que una ciudad fuese saqueada a manos de otra, en la toma de
Mantinea[11] por la liga aquea, en 223 a. de C., esta horrenda
costumbre desapareció. Filopemen[12]
vendió a muchos espartanos como esclavos y derogó las leyes de Licurgo. También
con la ruina de las ciudades marítimas reaparece la piratería y la inseguridad
era grandísima en la Grecia
del siglo III ante de nuestra era. La clase media de artesanos y comerciantes
fue empobreciéndose y tuvo que sufrir la competencia de la mano de obra
esclava, que hizo también bajar muchísimo los salarios, lo que contrajo el
comercio interior. La diferencia entre ricos y pobres aumentó y la emigración
no se produjo para fundar colonias sino para sobrevivir.
Con Alejandro aparece la ciudad “universal”
como Alejandría o Antioquía y ahora cobra contraste el pensamiento de Platón
cuando dijo que “el rebaño está bien gobernado porque no se gobierna a sí
mismo, mientras que los hombres están gobernados por hombres. En materia
religiosa Ptolomeo I favoreció el desarrollo del culto al egipcio Sarapis…
Pero la época helenística crea mucho y
demuestra una colosal vitalidad, aunque las póleis
vayan despareciendo como forma de organización política. Es entonces cuando
la ciencia griega llega a su mayor altura; la medicina, la astronomía, la
erudición literaria, las matemáticas, la técnica alcanzan su mayor altura y
solo serán superadas en el Renacimiento. Las conquistas y los descubrimientos
del siglo IV y la colonización de oriente provocan, eso sí, incoherencia e
inarmonía. Subsisten secundariamente póleis
como Rodas, Argos y Mesene[13],
resucitada para contrapesar a Esparta, Bizancio y Cízico[14].
La fusión de griegos y bárbaros, que Alejandro
planeó genialmente –dice A. Tovar- dejó a su muerte de ser un ideal hasta que
el estoicismo y el cristianismo vinieron a considerar que el ser griego no
significaba, necesariamente, ser superior al bárbaro. La lucha social se
complicó aún más que la lucha política. Agis[15]
y Cleómenes[16] quisieron establecer en Esparta
un régimen de justicia social que tiene mucho que ver con lo que los Graco
intentaron en Roma.
Cuando las legiones romanas hagan su aparición
en Grecia, tomando Corinto y otras ciudades a mediados del siglo II a. de C.,
aparecerán al principio como libertadores de la dominación macedonia, pero el
propio Tito Quincio Flaminio[17],
al tiempo que declaró libres a los griegos, comenzó a saquear toda la Grecia central y del norte.
De su expedición se llevó doce millones de sestercios. La piratería vino a intervenir
en estas luchas como aliada de Filipo V[18]
de Macedonia, del tinazo espartado Nabis[19],
de los etolios… La falta de capacidad de las ciudades para mantener el orden la
impuso Roma, que ejerció sobre Grecia una suerte de protectorado.
[1] “La decadencia de la pólis griega”.
[2] Cerca de la desembocadura del río Orontes.
[3] En el suroeste de Anatolia.
[4] Al este de los montes Zagros.
[5] Al norte del golfo de Corinto.
[6] Al norte de Esparta.
[7] Al norte de Esparta.
[8] Cerca de Corinto.
[9] Colina fortificada de Atenas.
[10] Al norte de Atenas.
[11] En el centro del Peloponeso.
[12] Estrategós de la liga aquea entre finales del
III y principios del s. II a. de C.
[13] Antigua Mesenia, en Sicilia.
[14] Al sur del mar de Mármara, en la Propóntide.
[15] Rey de Esparta entre 265 y 242 a. de C.
[16] Rey de Esparta desde 235 a. de C. fue inspirado
por Agis.
[17] 228-174.
[18] Rey de Macedonia de 221 a 179.
[19] Rey de Esparta de 207 a 192.
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