Si alguna vez he leído un estudio
verdaderamente interesante es el de Ángel Muñoz García sobre la visión de la
esclavitud en la antigua Grecia, particularmente por Aristóteles[1].
Dice el autor que durante la Edad Media
y, más aún, la Edad Moderna,
se justificó la esclavitud apelando a Aristóteles. Se consideraba al esclavo
una simple mercancía y esto quizá sea un invento griego aunque haya habido
esclavos con anterioridad. Puede –siguiendo el trabajo citado- que no fuese
posible la pólis sin la esclavitud.
Quizá en la prehistoria no hubo esclavos,
porque los grupos humanos deambulaban de un lugar a otro en busca de
sobrevivir. Pero cuando se sedentarizaron por obra y gracia de la agricultura,
las comunidades crecieron, el trabajo se dividió, unos pasaron a dirigir y
otros cayeron en la esclavitud vinculada al trabajo, como siempre ha estado. Se
importaban esclavos de unas a otras regiones y parece ser que ya Salomón, en el
siglo X a. de C. empleó esclavos para construir el templo. Los ilotas en
Esparta fueron esclavos y en determinado momento del Imperio Romano, sobre un
total de 20 millones de libres, quizá hubo 135 millones de esclavos. Los pueblos
precolombinos de América también tuvieron esclavos.
Durante la
Edad Media, al haber abundancia de mano de
obra esclava, desaparece el acicate para la inventiva de artefactos mecánicos,
aunque es durante esta larga etapa cuando empieza un cierto declive de la
esclavitud, que ha hecho un inmenso aporte al desarrollo humano. Sin la
esclavitud todas las culturas hubieran sido muy distintas. La esclavitud en el
mundo occidental depende de Grecia y Roma, que es donde se forja.
El autor habla de un concepto: scholé (los latinos otium) que es el ocio, es decir, la capacidad para hacer algo, sea
útil o inútil, por puro placer y sin obligación. El ocio de los clásicos no es
el no hacer nada, la vagancia pura. La filosofía, por su parte, forma parte del
ocio, porque consiste en saber por saber, liberado como está el que la practica
de toda necesidad. El trabajo que era necesario para sobrevivir era mal visto
por los no esclavos, ocupación vil e indigna de ciudadanos (hombres libres). El
trabajo era impropio de los ciudadanos y de él debían ocuparse los esclavos.
Este desprestigio de los trabajos “mecánicos” ha llegado hasta nuestros días a
partir de la mentalidad señorial desde la
Edad Media.
Ya Herodoto constataba que “tracios, escitas,
persas, lidios, en una palabra, casi todos los bárbaros, estiman menos” a los
que trabajan que a los ciudadanos. Y para Aristóteles, “la pólis más perfecta no hará ciudadano al trabajador”. En el siglo
XVIII, el franciscano venezolano Juan Antonio Navarrete habló de este asunto y
una Célula Real de 1783 puso fin a aquellas declaraciones según las cuales no
era honroso el trabajo manual.
Para Aristóteles la scholé, el ocio, era el ideal del ciudadano, es decir, consagrar el
tiempo a lo innecesario, a la sabiduría. Cicerón llegó a decir que “nunca
estaba menos ocioso que cuando estaba ocioso”, pero para que los ociosos se
dedicasen al saber, al gobierno, a dirigir los ejércitos, etc. tenía que haber
esclavos. El senegalés Cheikh Anta Diop puso de manifiesto que Platón y
Aristóteles, habiendo estudiado en su juventud con los sacerdotes egipcios
negros, agradecieran esas enseñanzas excluyendo de ellas al extranjero por no
saber griego, y al negro por ser negro.
El hombre, para Aristóteles, es el único animal
que tiene sentido de lo bueno y de lo malo, tiene logos, palabra/razón. No puede haber ciudades ni de animales ni de
esclavos. La totalidad significativa del logos
–sigue el sabio- pertenece al amo, y deja al esclavo solo una palabra
vacía, un grito, un balbuceo a lo más. Por eso resulta incapaz de ser miembro
de la pólis. El esclavo lo es por
naturaleza, ha nacido predestinado a ser esclavo, lo que no explica la
institución romana de la manumisión, por la que un esclavo podía pasar a ser
liberto. Bárbaro y esclavo, para Aristóteles, es lo mismo. Tampoco se explica
la pretensión de Aristóteles teniendo en cuenta que hubo esclavos maestros, sobre
todo en la antigua Roma.
El que es a-logos,
sin razón, debe ser esclavo para Aristóteles, debe de quedar reducido al
trabajo manual; al dueño y al esclavo no interesan las mismas cosas, “porque es
esclavo por naturaleza el que puede ser de otro”. El esclavo solo participa de
la razón para percibir la que hay en su amo (y se supone que para entender las
sinrazones de su amo). El filósofo entendía en la razón humana dos funciones:
deliberativa la una y meramente ejecutiva la otra (esta es la única que tiene
el esclavo). La actividad desarrollada en el ágora es propia y exclusiva del
ciudadano.
Entre las propiedades del paterfamilias están los esclavos y lo repite en la Etica:
“el esclavo es, en efecto, un instrumento animado y el instrumento [un carro,
por ejemplo] un instrumento inanimado”. Al serlo el esclavo por naturaleza, no se
pertenece a sí mismo y necesita quien, distinto de él, lo maneje. Aristóteles
no explica con su forma de pensar que hubo rebeliones de esclavos, luego con
capacidad de razonar, con logos…
Desde el nacimiento –dice- unos están destinados a mandar y otros a obedecer.
No sabemos si Aristóteles forjó toda esta panoplia para justificar la
esclavitud, ante la inutilidad de enfrentarse a ella, o realmente creía en
ella, lo que está lleno de contradicciones, pero esto para nosotros, que hemos
heredado ideas que Aristóteles no conoció.
Tampoco explica Aristóteles que si el esclavo
lo es por naturaleza ¿cómo es posible que existiese el libre que en un
determinado momento cae en la esclavitud? Salvo que su etapa de libre fuese una
anomalía y el orden de las cosas volviese al libre a donde debía estar por
naturaleza.
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