martes, 12 de diciembre de 2017

Los músicos de La Tour


Ciego tocando la zanfonía

Al nordeste de Francia, en la región de Lorena, se encuentra Vic-sur-Seille, pequeña población con algunos edificios notables de diversos estilos y una plaza dedicada a Juana de Arco. Aquí nació, a finales del siglo XVI, Georges de La Tour, un pintor barroco que hizo de la luz artificial una de sus características. Los impresionistas, más tarde, pintarán las atmósferas de la naturaleza, del aire libre, los diversos momentos del día, con sombras más o menos tenues, pero La Tour pinta cuadros con fuertes contrastes provocados por una vela o un foco de luz que puede no tener su origen fuera de los límites del cuadro.

Su obra es muy variada (muere a mediados del siglo XVII), desde pintura religiosa (la más numerosa) hasta escenas costumbristas con músicos, pícaros, adivinadoras, ancianos… Entre los personajes religiosos están los del barroco: los pastores adorando a Jesús recién nacido, María Magdalena, San José, San Jerónimo, apóstoles…

“El ciego tocando la zanfonía” ha sido representado varias veces por él, en una ocasión de perfil (la de arriba) y en otra de frente, con cierto detalle en los elementos del instrumento y un cierto expresionismo en el caso del personaje de frente. Dominó el color, donde el rojo y el negro son predominantes en muchas de sus obras, pero también otros como los grises verdosos y blancos, siendo sus personajes populares muy propios del realismo barroco, queriendo escapar definitivamente de los grandes temas mitológicos de la época renacentista.

¿Fue su origen humilde lo que le llevó a pintar escenas costumbristas? Más bien es una cuestión de época, como la preferencia por los temas religiosos en plena Europa contrarreformista, aunque la región donde nació estuvo muy influida por el protestantismo. Lorena fue región de paso entre los Países Bajos e Italia, por lo que La Tour pudo conocer la obra de varios tenebristas a los que imita, pero dando a sus obras un dramatismo particular, con escenas muy íntimas, casi místicas, en medio de una atmósfera oscura, mientras que otras obras (“El tramposo del as de diamantes”) los personajes están frontalmente iluminados en su conjunto.

Los especialistas han encontrado más similitudes en la obra de La Tour con la del neerlandés Honthorst, de su misma generación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario