Cueva de Vanguard (Gibraltar) |
“Hace 70.000 años, un pequeño grupo humano, dos
o tres individuos, pescó unos cuantos mejillones, se acercó a un abrigo rocoso,
encendió un fuego y, mientas se comía los moluscos, se dedicó a tallar piedras.
Las huellas de aquella escena quedaron fosilizadas y esto ha permitido su
reconstrucción a los científicos que trabajan en dos yacimientos arqueológicos
del peñón de Gibraltar, las cuevas de Vanguard y Gorham”.
Así comienza “Terrae Antiquae” el relato de los
trabajos que se están llevando a cabo quizá en una de las zonas donde los
neandertales vivieron más tardíamente, junto al yacimiento de El Sidrón en
Asturias. Los neandertales tenían la capacidad del lenguaje y llegaron a
dejarnos algunos dibujos geométricos. Las cuevas de las que hablamos están ahora
a la orilla del mar, en la vertiente oriental del Peñón, pero hace miles de
años esas cuevas se encontraban unos cuatro kilómetros tierra adentro, con un
paisaje similar al de la actual Doñana y un excepcional clima cálido, dice Caso
de los Cobos.
Las cuevas han sido declaradas en 2016
Patrimonio de la Humanidad
por la UNESCO,
aunque solo disponemos de un indicio humano, un diente de leche de un ejemplar
de cuatro o cinco años de hace unos 50.000 años. Como es sabido, el nombre
“neandertal” viene del valle de Neander, en Alemania, donde se descubrieron
algunos de los primeros restos. Se trata de una especie humana que vivió en
Europa, desde el extremo sur del Mediterráneo hasta Siberia y en algunas zonas
de Oriente Próximo. Los científicos creen que evolucionó desde una especie
anterior de homínidos hace unos 275.000 años. Su desaparición, hace unos 40.000
años (algunos señalan que menos) coincide con la llegada a Europa, desde
África, de los “sapiens”, la especie a la que pertenecemos nosotros.
Los científicos están de acuerdo en que se
trata de una especie que habitó Europa durante un período de unos 200.000 años
como mínimo. Antonio Rosas[1]
señala que “en la extinción de las especies nunca hay una sola causa, aunque
casi siempre existe una por encima: la degradación del medio… En el caso de los
neandertales se trata de un fenómeno multifactorial… En un período
especialmente frío, los bosques desaparecen, algo que ocurrió durante el último
máximo glacial. Es muy posible que ese deterioro climático y ecológico
influyese en la extinción. El número de efectivos era muy bajo y muy variable.
Además, llegaron poblaciones nuevas, con una tecnología distinta y un aparato
cultural muy potente”.
La historia de los neandertales –continúa
Terrae Antiquae”- ha despertado un interés inagotable porque habla de un mundo
en el que los “sapiens” no éramos los únicos humanos. Hace 150.000 coincidían
cuatro especies de homo: sapiens, neandertalensis, floresiensis y erectus, pero
la única constancia es por la genética, pero casi nunca por la arqueología.
Genéticamente, los neandertales son las criaturas más cercanas a nosotros; se
trata de “otra humanidad”, señala Jean-Jacques Hublin[2].
Pero hay diferencias como especies distintas: primero, anatómicas, con la
frente prominente de los neandertales, ancha nariz; su estructura ósea es más
maciza, su cerebro era más grande… Dependían, como los “sapiens” de una cultura
material para sobrevivir y hablaban (las múltiples actividades sociales que ha
permitido deducir la arqueología, lleva a los paleontólogos a atribuirles
suponer que necesitaban comunicarse mediante el habla).
Las cuevas de Vanguard y Gorham tienen una
importancia extraordinaria para conocer a los neandertales, pues se han
encontrado restos de carbón que indican hogueras, huesos de animales que pueden
ayudar a la datación o determinar el tipo de alimentación (comían focas monje,
mariscos, delfines, atunes o cabras), polen y plantas que permiten recomponer
el paisaje. Las heces fosilizadas de hienas, muy frecuentes, suministran
también información, pero faltan los huesos de homo, salvo el diente
encontrado, lo que sí tenemos en El Sidrón (Asturias) y en la Sima de las Palomas (Murcia).
Se ha supuesto que hubo 30.000 neandertales en
Europa (pero otros hablan de 100.000), pero quizá su dispersión y la escasez de
recursos en determinados momentos les llevó a extinguirse… Nos queda mucho
todavía por saber de estos homo.
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