Vista parcial de Arnedo (La Rioja) |
Una familia de la baja nobleza goda, cuyos
miembros decidieron abrazar el islam en el siglo VIII, se hizo con el control
de un territorio en torno al Ebro medio y sur de Navarra, llevando a cabo una
política expansiva durante más de dos siglos (hasta 924) caracterizada por
alianzas diversas, rebeliones contra el poder cordobés de los emires y
episodios que demuestran, quizá mejor que en ninguna otra parte de Iberia, el
fraccionamiento de facto tras la invasión musulmana de 711.
En un principio la familia Banu Qasi,
arabización de conde Casio[1] del que hablan las fuentes, se hizo con el territorio que tiene al norte Olite,
al este Ejea, al sur y oeste el río Ebro, quedando fuera Tafalla y Tudela, pero
extendiéndose más tarde hacia Huesca, Zaragoza, Tarazona y Borja, Arnedo (el
centro) y Pamplona.
Uno de los personajes más importantes desde el
punto de vista militar y político de esta dinastía Banu Qasi fue Musa ibn
Musa, que vivió entre 800 y 862 y se enfrentó a la autoridad de Abd al-Rahman
II y Muhammad I, pero casi siempre consiguió, resultase victorioso o derrotado,
ser reconocido como autoridad en esa marca o frontera “superior”, la del Ebro.
Parece que a los emires cordobeses les interesaba más tenerle como aliado,
aunque hubiese que combatirle de vez en cuando, que pretender dominar
directamente un territorio demasiado alejado de Córdoba e incluso de Toledo.
Se pone de manifiesto, también en este caso con
mayor claridad que en otros, que lo importante para este tipo de familias era
mantener el poder, y no tanto guardar fidelidad a una religión u otra. Musa era
hijo de Oneca, viuda del padre del rey de Pamplona, Iñigo Arista, cristiano
este, como cristiano fue, hasta su conversión al islam, el conde Casio,
ascendiente directo de Musa.
En los años 840-841 ya se alzó Musa en rebeldía
contra el emir con motivo de la expedición de las tropas de este a la Cerdaña, y en las
proximidades de Borja[2]
se enfrentó Musa al ejército emiral. Durante el mismo año, con motivo de la
campaña que el emir cordobés hizo contra Narbona y la Cerretania (Pirineo
navarro), ya estaba Musa ibn Musa en la misma como aliado del emir. Por poco
tiempo, pues su genio particularista le llevó a enfrentarse con un superior y
pronto se puso en contra de Córdoba.
La presencia de normandos en Sevilla en el año
844, que afectó sobre todo a Cádiz, Sidonia y la propia Sevilla, hizo que Abd al-Rahman
llamase a las tropas de la frontera norte, entre las que estaban las de Musa,
cliente del emir, pues el cordobés tenía al hijo de Musa, Lope, como rehén, pero
aquel, al contrario de unirse al conjunto en Carmona, se dirigió a la alquería
de Quintos de Muafir, al sur de Sevilla, consiguiendo emboscarse y derrotar a
los normandos en el lugar de Talyata (Tablada) demostrando lo importante que
era contar con él.
De nuevo en sus feudos del Ebro, Musa se volvió
a rebelar contra el emir, por lo que este envió una expedición militar al
norte, siendo derrotado el caudillo muladí en Tudela y perdiendo además la
fidelidad de algunos de sus seguidores, que se pasaron a la obediencia de
Córdoba. Los acontecimientos se dieron en el año 845, lo que nos da idea de la
política permanente de rebeldía de Musa contra otro poder que no fuese el suyo.
Siendo derrotado, solicitó el aman, que
se le concedió después de estipular los términos del mismo. Pero en 847 ya
estaba Musa otra vez en rebeldía, sometido rápidamente por el heredero
Muhammad, lo que permitió a aquel recomponer sus tropas para, en 850, volver de
nuevo a la carga asolando los alrededores de Tudela, Tarazona y Borja, y de
nuevo fue vencido, teniendo que entregar a su hijo Ismail en calidad de rehén.
Así consiguió que el emir le renovase el cargo de gobernador de Tudela beneficiándose de otro aman él mismo
e Iñigo Arista (Ibn Wannaqo). Ismail consiguió poco después evadirse de Córdoba
a pesar de que allí vivía de forma holgada, pero perseguido, fue capturado en
alguna región del Guadiana… y no obstante sería perdonado.
¿Por qué? Una vez más no queda más remedio que
interpretarlo como el intento del emir de mantener las buenas relaciones
(dentro de lo posible) con un caudillo que venía demostrando no solamente poder
en una zona alejada, sino capacidad militar.
Entre los años 851 y 852 Musa llega a su máximo
encumbramiento, dándose una de las batallas de Albelda[3],
en la que venció a asturianos y vascones, y se produce la muerte del emir Abd
al-Rahman II. Los cronistas medievales se refieren a Musa, desde entonces, como
un godo de nación pero “de rito mahometano”, y al parecer adoptó el título de
“Tercer Rey de España”, en alusión al emir y al rey astur, que serían los otros
dos. Por su parte el sucesor de Iñigo Arista en Navarra, García Íñiguez, no
parece que fuese aliado de Musa, sino de los reyes asturianos, por lo que Musa
decidió invadir los territorios de sus parientes pamploneses. En 852 sería
nombrado walí (“protector”) de
Zaragoza por el emir Muhammad I, lo cual parece que no fue otra cosa sino
consagrar una situación de hecho. Este dominio le permitió hacerse con una
serie de castillos, entre los que se encuentran el de Calatayud y el de Daroca,
que luego pasarían a manos de los tuchibíes[4]
cuando Musa muera en 862.
Quizá el límite sur de las posesiones de Musa
en esta época sea Calamocha[5]
–dice Cañada Juste[6]- en el valle del Jiloca,
antes de que en 854 se diese la batalla del Guadacelete[7],
en la que el emir derrotó a los rebeldes toledanos ayudados por los leoneses y
vascones, y es posible que Musa tomase parte en esta batalla a favor de
Muhammad, por lo que de nuevo vemos al caudillo del Ebro enfrentado a sus
parientes pamploneses (García Íñiguez). Al año siguiente se dieron campañas del
emir y Musa contra Álava y Castilla, lo que incluyó a los cristianos toledanos,
que seguían insumisos.
Descendientes de Musa poseían entonces los
castillos de San Esteban de Monjardín, en la tierra de Deyo[8],
y aún Musa, en 859, atacaría de nuevo a los cristianos de la zona, lo que llevó
al caudillo del Ebro a tratar “de igual a igual” –quizá solo nominalmente- al
mismo emir. Antes se dio la campaña de Barcelona, en 856, para la que Musa, de
acuerdo con las instrucciones del emir, reclutó tropas y las estableció cerca
de dicha ciudad, además de atacar quizá Tarrasa. Ahora Musa era, una vez más,
aliado de Muhammad, antes de que el primero sea derrotado en la batalla de
Clavijo tras la llegada de normandos hasta Pamplona. Entonces era Musa amil (gobernador) de Tarazona, y contra
esta población embistió el rey asturiano Ordoño I en 859, además de contra el
ejército de Musa, que había buscado refugio en el monte Laturce, muy cerca del
pueblo de Clavijo[9], siendo el encuentro desastroso para Musa, que nunca después volvió a obtener una victoria.
Los Banu Qasi siguieron gobernando la región
del Ebro medio hasta el primer cuarto del siglo X, pero el momento de apogeo
territorial estuvo en la última década de la vida de Musa (852-862), dominando
desde Grañón[10] al noroeste, San Esteban
en la tierra de Deyo al norte, Ejea más al este, Daroca al sur y en el centro
Tudela, pero con importantes poblaciones para la época, como Nájera, Logroño,
Calahorra, Alfaro, Tarazona y Calatayud. Expediciones hacia Pamplona, Toledo,
Guadalajara y Álava hablan de una belicosidad extraordinaria, de astucia, de
luchas encarnizadas por el poder.
[1] Ver aquí mismo “El conde Casio”.
[2] Al oeste de la actual
provincia de Zaragoza.
[3] En La Rioja.
No confundir con otra batalla en la misma localidad en la que
Ordoño I de Asturias venció a Musa en 859.
[4] Nombre de un clan árabe.
[5] Al noroeste de la actual provincia de Teruel.
[6] “Los Banu Qasi (714-924)”, fuente para la
redacción de este artículo.
[7] Al este de los montes de Toledo. Se trata de un
arroyo.
[8] Al oeste de la actual Navarra.
[9] En La
Rioja.
[10] Al noroeste de La Rioja.
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