Jábega (http://www.e-fuengirola.net/amf/jabega/jabega.html) |
En la Secretaría de Marina (s. XVIII) constan veinte
puertos de la provincia de Mondoñedo, entre la desembocadura del Eo y Estaca de
Bares. Algunos de estos puertos son Ribadeo, Foz, Burela, San Ciprián, Celeiro,
Viveiro, Bares y O Barqueiro, pero las condiciones de portuosidad eran
mediocres debido a los bancos de arena y los vientos del norte. Solo Viveiro y
Ribadeo participaron en el comercio exterior durante el último tercio del siglo
XVIII; dedicándose el resto a la pesca y al tráfico de cabotaje. Casi todos
eran puertos de señorío, salvo Viveiro y Cilleiro que eran de realengo. De la
jurisdicción del obispo de Mondoñedo eran Bares, O Barqueiro, Fazouro, Foz,
Morás, Nois, Portocelo y San Ciprián. De la jurisdicción del duque de Híjar
eran Ribadeo y Rinlo; de la casa de Quiroga, Burela; del marqués de Alcañices,
Negradas y San Román del Valle.
La matrícula de mar reglamentaba la actividad
pesquera, estando el litoral gallego dividido en cuatro partidos o provincias
de marina: Ribadeo, A Coruña, Pontevedra y Vigo (1750); posteriormente se
constituyeron los partidos de Viveiro, Ferrol y Pontevedra. Dicha matrícula
había sido establecida por Patiño en 1737 y estructurada en 1748, implicando un
monopolio a favor de los gremios de pescadores, a cambio de lo cual debían
prestar servicio en los buques de guerra del Estado, lo que llevó, por ejemplo,
a que en Viveiro, en la provincia marítima de Viveiro (1776) hubiese más
marineros sirviendo en los barcos de guerra que dedicados a la pesca (439 y 398
respectivamente).
Sin embargo, la pesca en el siglo XVIII no tuvo
la importancia que en el XVI, cuya prosperidad continuó hasta mediados del
XVII, siendo las causas de la decadencia las guerras de 1640 y 1668. Otra cosa
es el aumento del número de embarcaciones de pesca entre Bares y el Eo: más de 50 a principios del XVIII; en
1730, 70 barcos; en 1738, 80 y en la segunda mitad del siglo 50. Véanse los
siguientes datos sobre el número de barcos de pesca en los puertos gallegos del
Cantábrico teniendo solo en cuenta los más importantes:
|
1738
|
1750
|
1754
|
1776
|
Ribadeo
|
4
|
16
|
14
|
4
|
San Ciprián
|
15
|
7
|
10
|
3
|
Celeiro
|
16
|
3
|
7
|
12
|
O Barqueiro
|
14
|
5
|
8
|
14
|
Viveiro
|
5
|
4
|
6
|
28
|
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El lino el y cáñamo tuvieron gran importancia
como mercancías, procedentes del norte de Europa: el objetivo era la industria
del lienzo extendida en las provincias de Mondoñedo y Lugo. En cuanto a la
pesca las principales capturas eran de sardina: Viveiro y Celeiro capturaban
casi el 90%, siendo otras especies el congrio, la merluza, la raya, la mielga[1],
el rodaballo y la solla. En torno a 1720 se dio una fase decisiva en la captura
de cetáceos, destacando los puertos de Foz, Burela y San Ciprián, que habían
sido bases balleneras muy prósperas. El auge de la captura de cetáceos se dio
en el s. XVII: grasa y aceite para comerciar, estando las bases balleneras en
Malpica, Caión y Cedeira en el Atlántico.
El número de mareantes en activo varió entre
1727 y 1776: de 257 a
197, con un máximo en 1771 de 661. Las causas son que muchos marineros fueron
llamados a prestar servicio en la Real
Armada (en 1780 la mayoría de los 13.000 gremiales de Galicia
estaban exentos) y la prohibición de pescar a los “terrestres” (los no
inscritos).
Las artes eran el “xeiro” para la sardina (de
agosto a febrero; la “traíña”, “rapeta grande” y el “chinchorro”; “volantes”
para la merluza; para el congrio, la cuerda con anzuelos; “rascos” para la
langosta, centollo, raya, rodaballo y solla. Para ostras, “rañós” o “angasos”
de madera. Para salmones y reos, “fisgas”. Hubo libertad para utilizar la jábea
(1772), tipo de red introducida por catalanes.
El Tratado de Utrecht (1713) vino a menguar el
privilegio de España, que pasó a los importadores extranjeros. El diezmo de la
mar, por su parte, dio origen a muchas disputas: a favor del obispo de
Mondoñedo y de otros señores, en Ribadeo lo cobraba el duque de Híjar; en Foz,
Burela, Cilleiro, Bares y O Barqueiro, el cura respectivo y en San Ciprián el
cura y el obispo de Mondoñedo. Este asunto provocó varios pleitos y se fueron
sucediendo el intervencionismo (1704), los privilegios (1711) y el liberalismo
económico (1714).
(Fuente: "Economía marítima de la Galicia cantábrica en el siglo XVIII", A. Meijide Pardo, 1971.
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