domingo, 8 de octubre de 2017

Puertos cantábricos de Galicia

Jábega (http://www.e-fuengirola.net/amf/jabega/jabega.html)


En la Secretaría de Marina (s. XVIII) constan veinte puertos de la provincia de Mondoñedo, entre la desembocadura del Eo y Estaca de Bares. Algunos de estos puertos son Ribadeo, Foz, Burela, San Ciprián, Celeiro, Viveiro, Bares y O Barqueiro, pero las condiciones de portuosidad eran mediocres debido a los bancos de arena y los vientos del norte. Solo Viveiro y Ribadeo participaron en el comercio exterior durante el último tercio del siglo XVIII; dedicándose el resto a la pesca y al tráfico de cabotaje. Casi todos eran puertos de señorío, salvo Viveiro y Cilleiro que eran de realengo. De la jurisdicción del obispo de Mondoñedo eran Bares, O Barqueiro, Fazouro, Foz, Morás, Nois, Portocelo y San Ciprián. De la jurisdicción del duque de Híjar eran Ribadeo y Rinlo; de la casa de Quiroga, Burela; del marqués de Alcañices, Negradas y San Román del Valle.

La matrícula de mar reglamentaba la actividad pesquera, estando el litoral gallego dividido en cuatro partidos o provincias de marina: Ribadeo, A Coruña, Pontevedra y Vigo (1750); posteriormente se constituyeron los partidos de Viveiro, Ferrol y Pontevedra. Dicha matrícula había sido establecida por Patiño en 1737 y estructurada en 1748, implicando un monopolio a favor de los gremios de pescadores, a cambio de lo cual debían prestar servicio en los buques de guerra del Estado, lo que llevó, por ejemplo, a que en Viveiro, en la provincia marítima de Viveiro (1776) hubiese más marineros sirviendo en los barcos de guerra que dedicados a la pesca (439 y 398 respectivamente).

Sin embargo, la pesca en el siglo XVIII no tuvo la importancia que en el XVI, cuya prosperidad continuó hasta mediados del XVII, siendo las causas de la decadencia las guerras de 1640 y 1668. Otra cosa es el aumento del número de embarcaciones de pesca entre Bares y el Eo: más de 50 a principios del XVIII; en 1730, 70 barcos; en 1738, 80 y en la segunda mitad del siglo 50. Véanse los siguientes datos sobre el número de barcos de pesca en los puertos gallegos del Cantábrico teniendo solo en cuenta los más importantes:


1738
1750
1754
1776
Ribadeo
4
16
14
4
San Ciprián
15
7
10
3
Celeiro
16
3
7
12
O Barqueiro
14
5
8
14
Viveiro
5
4
6
28







El lino el y cáñamo tuvieron gran importancia como mercancías, procedentes del norte de Europa: el objetivo era la industria del lienzo extendida en las provincias de Mondoñedo y Lugo. En cuanto a la pesca las principales capturas eran de sardina: Viveiro y Celeiro capturaban casi el 90%, siendo otras especies el congrio, la merluza, la raya, la mielga[1], el rodaballo y la solla. En torno a 1720 se dio una fase decisiva en la captura de cetáceos, destacando los puertos de Foz, Burela y San Ciprián, que habían sido bases balleneras muy prósperas. El auge de la captura de cetáceos se dio en el s. XVII: grasa y aceite para comerciar, estando las bases balleneras en Malpica, Caión y Cedeira en el Atlántico.

El número de mareantes en activo varió entre 1727 y 1776: de 257 a 197, con un máximo en 1771 de 661. Las causas son que muchos marineros fueron llamados a prestar servicio en la Real Armada (en 1780 la mayoría de los 13.000 gremiales de Galicia estaban exentos) y la prohibición de pescar a los “terrestres” (los no inscritos).

Las artes eran el “xeiro” para la sardina (de agosto a febrero; la “traíña”, “rapeta grande” y el “chinchorro”; “volantes” para la merluza; para el congrio, la cuerda con anzuelos; “rascos” para la langosta, centollo, raya, rodaballo y solla. Para ostras, “rañós” o “angasos” de madera. Para salmones y reos, “fisgas”. Hubo libertad para utilizar la jábea (1772), tipo de red introducida por catalanes.

El Tratado de Utrecht (1713) vino a menguar el privilegio de España, que pasó a los importadores extranjeros. El diezmo de la mar, por su parte, dio origen a muchas disputas: a favor del obispo de Mondoñedo y de otros señores, en Ribadeo lo cobraba el duque de Híjar; en Foz, Burela, Cilleiro, Bares y O Barqueiro, el cura respectivo y en San Ciprián el cura y el obispo de Mondoñedo. Este asunto provocó varios pleitos y se fueron sucediendo el intervencionismo (1704), los privilegios (1711) y el liberalismo económico (1714). 

(Fuente: "Economía marítima de la Galicia cantábrica en el siglo XVIII", A. Meijide Pardo, 1971.


[1] Una especie de pequeño tiburón.

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