Yacimiento de La Ayuela |
De la protohistoria extremeña existen varios
yacimientos arqueológicos que han estudiado no pocos autores[1],
algunos desde hace casi un siglo. Son los de La Mata de Campanario, Cerro Manzanillo, Mata y
Media Legua 2, Los Caños, El Chaparral y La Ayuela, todos ellos correspondientes a los siglos
VII-V a. de C., influidos por culturas orientales como un área periférica de
Tartessos. Estos yacimientos permiten apreciar una cierta diversidad en la
penillanura cacereña y en otros lugares más elevados.
Salvo en el caso de La Ayuela, yacimiento que se
encuentra en una loma cercana a un afluente del río Salor, los demás
mencionados se relacionan hidrográficamente con la cuenca media del Guadiana.
Los habitantes del caserío de Cerro Manzanillo eligieron, hacia finales del
siglo VII a. C., el piedemonte septentrional de un pequeño promontorio a una
altitud de 262 metros, que les permitía el control visual del entorno. Los pastos y la leña utilizada
han sido detectados por los autores citados, encinares entre otros.
La
Mata
se encuentra en una loma rodeada en parte por un arroyo que desagua en el río
Molar, afluente a su vez de Zújar, y se encuentra a 356 metros. Allí los
habitantes de la segunda mitad del siglo VI y el V se dedicaron a la ganadería
y la agricultura gracias a los espacios ocupados por dehesas. El yacimiento de
Media Legua 2, no lejos de La Mata, presenta un caso parecido. La disponibilidad de tierras aptas
para la agricultura, bosque y pastos permitió también los asentamientos de Los
Caños y El Chaparral, fechados en el siglo V a. C. El primero a unos 536 metros de altura
contó y cuenta con tierras de riveras y manantiales, mientras que El Chaparral
se encuentra a 265 metros
de altura.
El yacimiento de La Ayuela, fechado entre
finales del siglo VII y el V a. C., presenta ciertas características
diferenciadas de los otros, como su arquitectura, encontrándose a una altura de
372 metros
con amplia visibilidad del entorno. Los arqueólogos han ido denominando a estos
yacimientos con términos varios: granjas, cortijadas, caseríos, aldeas, etc.
Caserío es como denominan nuestros autores al conjunto de Cerro Manzanillo, un
pequeño núcleo agrícola de unos 600
m2 de superficie en torno a un amplio patio empedrado,
canalizado y no totalmente cerrado. En dicho yacimiento se han podido apreciar
un espacio doméstico, otro para el laboreo y el almacenaje y otro para la
fabricación de objetos metálicos, además de basureros y varias rampas
empedradas para el acceso. El espacio doméstico está formado por varios
habitáculos de planta angular, en torno a dos de los flancos del patio,
estimándose que podrían vivir ahí unas tres familias (15 personas ligadas por
parentesco). Se han excavado dos almacenes elevados y una fragua, teniendo los
almacenes una capacidad estimada para más de 7.700 litros de
cereal. El lugar fue abandonado pacíficamente a mediados del siglo VI a. C.
La
Mata
de Campanario es una imponente construcción inspirada en otras orientales de
prestigio, con doble planta, fachada torreada y un foso que delimita una superficie
de 2.500 m2.
Cada una de las estancias (domésticas y de almacén) son estrechas y alargadas,
existiendo en uno de los extremos un lagar de vino. También más de cincuenta
molinos de vaivén*, y la capacidad de almacenamiento de los trojes para cereal y
leguminosas, ánforas y vasos de gran tamaño se ha estimado en 25.000 litros. Se
trata de un edificio señorial para 15 ó 20 personas que, en torno a 400 a. C., fue pasto de un
incendio. Los autores a los que sigo aportan datos sobre la captación de rocas y sedimentos en
este yacimiento, así como sobre su necrópolis.
De la misma época son los yacimientos de Media
Legua 2 y La Carbonera,
el primero distante 3,5 km.
de La Mata. Tiene
unos 1.000 m2
de extensión con dos estructuras circulares de piedra de un diámetro de 2,5 m. que parecen ser
hornos-tahona. La Carbonera
se parece a La Mata,
con construcciones que han sido interpretadas como sacras o palaciales. Otras
edificaciones tendrían una función habitacional, distribuidas en unos 754 m2:
plantas rectangulares, hogares, un empedrado, una zanja de drenaje y una
estructura pétrea de planta circular similar a las de Media Legua 2.
En el siglo V a. C. se sitúan los yacimientos
de Los Caños (en Zafra) y del Chaparral. El primero fue un caserío para fines
agrícolas de unos 200 m2 con diversas estancias alrededor de un patio parcialmente empedrado, siendo la
economía exclusivamente local salvo en lo que se trata de unos hornos
alfareros. Chaparral tiene una superficie de unos 500 m2, y La Ayuela se encuentra no
lejos de Aldea del Campo, con 780 m2: se trata de un edificio único, articulado
en torno a un gran patio central de más de 140 m2, obra relacionada con
otras orientales, y habría tenido sus funciones entre finales del siglo VII y el
V a. C., habiéndose encontrado objetos de prestigio.
[1] Entre otros David Duque Espino, Alonso
Rodríguez Díaz e Ignacio Pavón Soldevila: “Tierra y poder…”.
* Se trata de dos elementos, una piedra para realizar el movimiento de vaivén (mano de molino) y otra denominada muleta, sobre la que se sitúa el cereal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario