domingo, 21 de abril de 2019

Miranda y Somiedo en la Edad Media

Valle del Pigüeña
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Belmonte de Miranda y Somiedo son dos municipios del interior occidental de Asturias con un relieve montañoso, sobre todo en Somiedo; valles, praderías e, históricamente, un predominio de la ganadería sobre la agricultura. Tierras aisladas, han estado dominadas durante siglos por una aristocracia temprana y la Iglesia monacal, además de la mitra de Oviedo.

La historiadora Margarita Fernández Mier[i] ha estudiado la documentación que se encuentra en el monasterio de Belmonte y en la catedral ovetense, fundamentalmente, para darnos información de las gentes, trabajos, herencias, compras, etc. en lejanos siglos.  Los grandes propietarios –dice la autora citada- en los siglos X-XI, eran en primer lugar la monarquía y en segundo lugar la aristocracia y los monasterios. En 1032 el rey Bermudo III tenía propiedades patrimoniales por herencia (aunque con las irregularidades que en la época se podían hacer) particularmente la “villa” de Lapedo, que comprendía, a grandes rasgos, la actual parroquia de Belmonte y los pueblos de Belmonte, Cezana, Faidellu, Dolia, Miruxa, Courias (Corias) y Freisnéu, situados a ambas orillas del río Pigüeña.

Otros grandes propietarios eran los condes Pelagio e Ildoncia, Jimena Peláez, María Peláez, Ildoncia Ordóñez, los condes Fernando y Enderquita, Petrus Adefonsi (sobre el que volveremos luego), el rey Alfonso VII, doña Sancha, el rey Fernando II, Alfonso X (reyes de los siglos XII y XIII) y Fernando Analso. Estos son ejemplos de una importante propiedad patrimonial ligada a la monarquía astur-leonesa en el solar de Lapedo ya en el siglo X, y de una aristocracia en fase de ascenso.

La “villa” de Lapedo pasó en 1032 del rey Bermudo III a los condes Pelagio Froilaz e Ildoncia Ordóñez por medio de una permuta, nietos estos últimos de la reina Velasquita[ii], de la que Bermudo había heredado la “villa”. Es decir, la propiedad no sale de la familia, y en 1096 Ildoncia dona a la catedral de Oviedo el monasterio de Arbichales. Dos de sus hijos, además, donan a la catedral diversas heredades en ocho localidades, y otras en tres localidades de Miranda.

Pelagio e Ildoncia (condes) fundaron dentro de la “villa” de Lapedo una iglesia propia y, en el siglo XII, Petrus Adefonsi, descendiente de los condes fundadores, reagrupó la propiedad que se había disgregado en generaciones anteriores. En 1141 recibió las partes que tenía en Lapedo su hermano Gundisalvus, de forma que vuelve el patrimonio a la misma familia, mientras que el monasterio de Lapedo (en Belmonte) consolida sus propiedades, ya que en 1151 Petrus Adefonsi y María Froilaz les donan las heredades que poseían en cuatro localidades, y en 1157 todas las demás de su propiedad.

Otra rama de esta misma familia es la que agrupa la “villa” de Curniana y funda el monasterio de San Salvador. A la muerte de la infanta Cristina, hija de la reina Velasquita, igual que ocurrió con Lapedo, dicho bien se dividió y fue reunido de nuevo por una nieta suya. Todo lo anterior tiene lugar en torno a los ríos Narcea y Pigüeña, base sobre la que se fundan dos importantes cenobios.

Otra familia importante en el siglo XI son los condes Fernando y Enderquita, que poseen dos iglesias propias, donándolas en 1098 a un presbítero. Las grandes propiedades anteriores a 1150 son herencias, mientras que a partir de este año se suceden las donaciones otorgadas por los reyes Alfonso VII, Fernando II y Alfonso X, pero lo que se enajena es la propiedad jurisdiccional, no la efectiva. 

Otro propietario que aparece en el siglo XIII es Fernando Analso, que donó al monasterio (¿de Arbichales, San Salvador, Lapedo?) las propiedades que tenía en Grado a cambio del préstamo de Auviñana. Parece que sus bienes radicaban en el municipio actual de Grado, intentando hacerse con patrimonio en Miranda, lo que logrará en 1277 tras obtener la encomienda del monasterio de Belmonte, usurpando de este modo las prerrogativas jurisdiccionales del mismo.

En 1164 un tal Fernando Vermuti aparece donando al monasterio de Corias heredades en dos localidades, pero no es probable que sea el mismo que consigue la encomienda de Belmonte. Los bienes donados son siempre “villas” completas o mitades, pero también pequeños monasterios que pasan a engrosar el patrimonio del de Belmonte. De todas formas, el mayor propietario eclesiástico de la zona es el monasterio de Lapedo, que hasta mediados del siglo XII solo recibe propiedades de sus fundadores (Pelagio e Ildoncia) y de sus refundadores (Petrus Adefonsi y María Froilaz): primero se anexiona al monasterio la “villa” de Lapedo (s. XI) y posteriormente todo el patrimonio de Petrus Adefonsi (s. XII). Los pequeños propietarios no jugaron un papel relevante en la cesión de patrimonio hasta mediados del siglo XII.

También fue gran propietaria la mitra de Oviedo, que adquiere a fines del siglo XI algunas propiedades en las vegas del río Pigüeña, pero también es dueña de muchas otras heredades obtenidas por donaciones entre los siglos IX y XI. El obispo Pelayo[iii] parece que tuvo mucho interés en las vegas de Miranda  y algunos lugares de Somiedo, con ricos pastos para alimentar a una importante cabaña ganadera.

Otra gran propiedad eclesiástica es la del monasterio de Gúa, que puede haber sido fundado a mediados del siglo XII en Santibáñez (entre La Robla y León) y trasladado a fines de dicho siglo a Gúa, al sur de La Pola de Somiedo. Su patrimonio se constituyó a partir de las donaciones reales de Alfonso VII y Fernando II, estando las de este a ambos lados de la cordillera Cantábrica, pero son pocas las donaciones que recibe de pequeños propietarios. Por su parte, una hija de la citada reina Velasquita fundó el monasterio de Curniana, a orillas del Narcea.

En cuanto a los pequeños propietarios que donan sus propiedades, lo más abundante son heredades y “villas” a favor de la mitra de Oviedo y de una Elvira Velázquez, pero otros traspasan sus heredades al monasterio de Belmonte a cambio de bueyes, maravedíes, modios y eminas[iv], yeguas, novillas, un ariete, cerdos, modios de pan, comida y vestido, sólidos[v], escanda, vacas, nocedos (¿), caballos, áureos, zapatos, sueldos, gargallas (¿), ovejas, cabras, sepulturas, heredades, casas, cilleros, juguerías[vi], foros y árboles entre 1144 y 1290, según el estudio de Fernández Mier.

Estos pequeños propietarios aparecen tardíamente en Belmonte, salvo algunos que donan sus bienes a la mitra de Oviedo antes de mediados del siglo XII, pero lo cierto es que “la tónica general [es] la enajenación de sus bienes en beneficio del poder eclesiástico”. Los que traspasan sus propiedades lo hacen por precios muy desiguales y, en ocasiones, a cambio de comida y vestido, lo que demuestra su pobreza.


[i] “Economía y sociedad en Miranda y Somieu en los siglos X-XIII”.
[ii] Fue esposa de Bermudo II y falleció en torno a 1035.
[iii] Primer tercio del s. XI.
[iv] Son las dos medidas para áridos.
[v] Tipo de moneda. Y otras monedas son los áureos y los sueldos.
[vi] ¿Donde se hacen jugos de frutas?

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