viernes, 5 de junio de 2020

Exploración del río Colorado (Argentina)

ejatlas.org/conflict/rio-colorado-potasio-mendoza-argentina

En 1839 Pedro de Angelis[i] escribió en Buenos Aires un “Discurso preliminar al reconocimiento del Colorado”, río que naciendo en la vertiente argentina de los Andes, desagua en el océano Atlántico al sur de la Pampa, una vez que ha recibido el aporte del río Desaguadero, de mayor longitud que aquel. Dice de Angelis que “al cabo de dos siglos y medio de dominación se resolvió la Corte de Madrid á colonizar nuestras inmensas costas del sud”. Primero se trató de las bahías de San José y de San Julián, y más tarde en el río Negro. Los preparativos se hicieron en Montevideo, y el virrey Vertiz acordó con un carpintero los auxilios que debían darse a Juan de la Piedra, nombrado Comisario y Superintendente de los nuevos establecimientos patagónicos.

La expedición zarpó el 15 de diciembre de 1778 con cuatro buques en mal estado –dice de Angelis- “que el mayor de ellos hacía 40 pulgadas de agua por hora al salir del puerto". Antes de llegar a la Bahía sin Fondo, donde debía recalar la expedición, se produjo una discordia entre el Superintendente y Francisco de Viedma, que quería suplantarle.

En otro viaje (1779) Basilio Antonio de Villarino[ii] emprendió la expedición al río Colorado, que fue clasificada de descubrimiento “porque realmente nadie hasta entonces había visitado aquel río”. Su situación, según el cronista al que seguimos, tenía muchos bancos y escollos, por lo que quizá los navegantes, una vez reconocido el cabo de San Antonio, se apartaban de la costa para no empeñarse inútilmente en una penosa travesía. Villarino volvería otras tres veces al Colorado, en 1780, 1781 y 1785, siendo el viaje de 1781 el más completo.

Villarino dejó escrito sobre el río Colorado que tendría “la cuarta parte del caudal del río Negro, ó menos. Yo lo pasé a caballo -dice- y adonde era más hondo me llegó el agua al basto del lomillo” (pieza sobre la caballería donde se sienta el jinete). Sigue diciendo Villarino que el río es de poco fondo “por lo muy desplayado, y por los muchos bajos que se descubren en la bajamar… Los bajos dichos están sembrados, por la parte de adentro, de las islas que forman…”. El río tenía de ancho, según Villarino, 60 o 70 varas; “su agua es algo gruesa, y muy inferior á la del Río Negro: esto procede de un arroyo de agua salada que, según me dijo un indio, le entra muy arriba de su desagüe. Las lagunas que hay en sus márgenes son saladas, y lo mismo las que se hallan en el espacio comprendido entre estos dos ríos” (Negro y Colorado) cuya distancia es de 24 leguas.

El autor cuenta con documentos donde un indio llamado Matías, en la expedición de 1781, “venía de vaqueano”, es decir, conocedor de los caminos. “Todo el terreno es fertilísimo, muy abundante en pastos, particularmente en trébol, que se cría tan lozano, que en partes tiene más de media vara de alto. La leña es escasa, aunque en dicho sitio hay una loma con algunos chañares[iii], que es donde Matías dice que puede hacerse el fuerte…”, ya que de esto se trataba. El río tenía pocos sauces, dice Villarino acudiendo a su fuente, “y de ínfima calidad, inútil enteramente para edificios, y solamente buena para quemar: con estos y los chañares se puede por algunos años abastecer de leña a una población".

Desde una loma divisó Villarino el terreno, que “es arenoso y estéril, tanto por el norte como por el este; y el indio Matías me aseguró que cuanto más arriba, tanto más desnudo era el terreno, habiendo solo alguna arboleda más en las orillas del río. Que en lo interior no hay indios, pues á excepción de los que están en las sierras del Casuhatí[iv], Tandil[v], Vulcan, en Salinas, y los que pertenecen á las tolderías[vi] de Calpilquís y Guchaláp, todos los demás tienen su domicilio permanente en las inmediaciones del Río Negro”.

“Cuando estas indiadas se ponen en camino para las fronteras de Buenos Aires –dice- tienen que pasar precisamente por un parage del Río Negro, al que llaman Chuelechet, pues ningún otro es transitable. Desde este sitio salen dos caminos, el uno para el Colorado, el otro para las Salinas, que quedan a dos días de marcha”.

Villarino dice que “para reconocer la otra banda del Colorado intenté vadearle, á cuyo objeto le hice tantear por un indiecito que se hallaba á cerca de media legua pastoreando unos caballos de las tolderías de Usel. Pero viendo que poco le faltaba para nadar con su caballo, no me determiné á pasarle… y según me informó el indio Matías” unas salinas tienen sal solo en verano. La fertilidad de estos terrenos se extiende a cerca de cuatro leguas de ancho en ambos márgenes del río… “y creo que es el efecto de las inundaciones del río en tiempo de las grandes avenidas, que los indios dicen ser periódicas en los veranos, y que cubren dos y hasta tres leguas por cada lado. La planicie del terreno favorece estos riegos naturales, que serán con el tiempo un manantial de riqueza para los que vengan a explotarlo”. Y sigue diciendo que “estos parages abundan de perdices, palomas, avutardas, patos, liebres, venados, etc.”.

Pedro de Angelis firmó su “discurso preliminar” al “Diario de la navegación emprendida en 1781, desde el Río Negro, para reconocer la Bahía de Todos los Santos, las islas del Buen Suceso, y el desagüe del Río Colorado”, obra de Basilio Villarino (piloto de la Real Armada), en Buenos Aires el 12 de marzo de 1839, luego de que los gobiernos criollos argentinos continuasen con la obra expedicionaria de la monarquía española.



[i] Nacido en Nápoles en 1784, murió en Buenos Aires en 1859 y es considerado uno de los primeros historiadores de Argentina.
[ii] Nacido en Noia, A Coruña, en 1741, murió en Argentina en 1785, siendo reconocido como marino, explorador y colonizador.
[iii] Árbol parecido al olivo.
[iv] Hilera de montañas que forman una especie de triángulo hasta los Andes y el estrecho de Magallanes.
[v] Conjunto de sierras desde la provincia de Buenos Aires hasta el cabo Corrientes en el Mar del Plata.
[vi] Poblados a base de toldos para formar viviendas. Ver “Liderazgos y política indígena en pampa y norpatagonia durante la colonia: los Bravo, los Yahatí, los Capisqui”, Carlón y Florencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario