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Se encontraba en el
municipio de Villafranca de los Barros, provincia de Badajoz[i],
propiedad de Felipe Solís Campuzano, hombre de confianza del duque de
Montpensier, habiendo sido acusado aquel de haber tomado parte en el asesinato
del general Prim, huyendo entonces de la justicia[ii].
Antonio de Orleáns
(Montpensier), como es sabido, aspiró al trono de España y de Ecuador[iii]
pero no consiguió ni una cosa ni la otra. Cuando el rey Alfonso XII de España
decidió casarse con su prima, Mercedes de Borbón, hija de Antonio de Orleáns,
se creó un problema si el suegro del rey era acusado de haber instigado,
dirigido o financiado el asesinato del general Prim en 1870. Pedrol Rius, en su
obra “Estudio sobre el proceso del asesinato del general Prim”, sostiene que el
enmarañamiento, suspensión y posterior desaparición de parte del sumario, contó
con la mano del rey.
Lo cierto es que el
general Prim hizo méritos sobrados durante su vida para ser fusilado (de
acuerdo con las costumbres de la época), pues participó en múltiples actos de
indisciplina y traición como militar, pero es cierto que estas actitudes fueron
muy corrientes en el siglo XIX. A título de ejemplos sofocó brutalmente varias
revueltas de esclavos en América, por lo que fue destituido en 1848 (tenía Prim
treinta y tres años); más tarde participó en varias insurrecciones contra
Narváez, por lo que fue desterrado a Alicante, y volverá a conspirar contra
Narváez, sin éxito, lo que le llevará al exilio. Fracasó en el pronunciamiento
de Villarejo de Salvanés[iv]
en 1866 y también en la sublevación del Cuartel del San Gil (Madrid) en el
mismo año desde su exilio[v] en
Londres. Desde esta ciudad preparó el levantamiento de 1868 que triunfaría con
el nombre de revolución “gloriosa”.
Volviendo al asesinato
de Prim, en el sumario que ha sido estudiado por varios historiadores, se dice
que la causa del fallecimiento del general fue la infección que le provocaron
las heridas de bala, siendo los supuestos asaltantes no pocos individuos, entre
los que destaca José Paúl y Angulo, pero también hubo supuestos implicados,
como el coronel Felipe Solís Campuzano, ayudante de campo del duque de
Montepensier, José Lopez, “alias” Jáuregui y otros. Entre los supuestos autores
intelectuales –siempre según el sumario- se encuentran el duque de Montpensier
y el general Francisco Serrano (en ambos casos según declaración del citado
José López).
Dice Romero Ríos que se
conservan algo más de 6.000 folios del sumario, habiendo desaparecido un tomo
(el 42) y la mitad de una tarjeta de forma triangular que servía de señal para
el que poseyese la otra mitad, conteniendo las palabras “España” y “Mont”.
Presuntamente –dice Romero Ríos- Felipe Solís entregó a José López una de las
mitades de dicha tarjeta, lo que figura en el tomo XL del sumario.
También habla el autor
citado de la sociedad secreta “La Internacional”, que promovería la entronización
como rey de España de Montpensier, así como cita la lista de los señalados en
el sumario, que fue incautada a José María Pastor (uno de ellos), jefe de
escoltas del general Serrano. El fiscal del caso fue Joaquín Villando, cesado
cuando se vio que la información que había reunido era comprometida, según
Pedro Rius, entre otros, para el rey Alfonso XII.
Lo que está claro es el
estrecho vínculo entre Solís y Montpensier, que ya se conocían desde 1858, año
en que el primero fue nombrado ayudante de campo por el segundo, y un dato que
apunta al duque es que sufragó con su dinero los gastos que llevaron al
destronamiento de Isabel II en 1868, su cuñada. Mientras, las sospechas sobre
el posible autor material del asesinato apuntaban a Felipe Solís, que fue
detenido dos meses después del hecho, permaneciendo en prisión al menos tres,
pero puesto en libertad por falta de pruebas.
En el tomo 2, folio 976
del sumario[vi]
consta que Tomás García Lafuente manifestó saber que Solís era quien, en nombre
de Montpensier, proporcionaba el dinero para los sicarios, y otras pruebas
fueron las caligrafías de las cartas de Solís con distintos personajes,
particularmente con Montpensier y con José López. El juez observó “motivos
racionalmente fundados” para imputar a Felipe Solís, por lo que procedió a la
detención del mismo, además del registro de varias viviendas que se suponían de
su propiedad.
En un auto judicial se
dice que hay motivos fundados para suponer que Manuel Angulo, coronel retirado
y vecino de Barcelona, había recibido dinero de Solís para favorecer la
candidatura de Montpensier a la corona de España. El juez observó motivos fundados
–siempre según la parte del sumario que se ha conservado- para considerar a
Solís culpable, pero entonces hubo que localizar su paradero, pues de nuevo
estaba en libertad.
En definitiva, la parte del sumario que se conserva es bastante elocuente sobre la trama urdida contra el general Prim, entonces Presidente del Gobierno y muñidor del nombramiento de Amadeo de Saboya como rey de España, pero la restauración de la monarquía borbónica en 1875, y el interés del rey Alfonso XII –según Pedrol Rius- para no perjudicar a su suegro, el duque de Montpensier (Antonio de Orleáns), dejaron el asunto sin resolver, por lo que el asesinato de Prim quedó impune.
Por favor, lea el nuevo estudio del sumario del juicio llamado EL ASESINATO DEL GENERAL PRIM A través del estudio del sumario incoado, escrito por D. José María Fontana Bertrán y D. Alfredo Redondo Penas. Colección episodios históricos, Editorial Foro para el estudio de la Historia Militar de España. Lagardeta, Navarra. 2021
ResponderEliminarUn magnífico estudio donde se exculpa finalmente del asesinato tanto al Duque de Montpensier como a su ayudante don Felipe Solís y Campuzano. Merece la pena. Un saludo