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Guillermo Coma es uno
de los primeros navegantes que llegó a América a finales del siglo XV, y de él
tenemos un testimonio sobre el conocimiento del maíz ya en 1497: del tamaño de un altramuz y redonda como un
garbanzo; al romperla sale flor de harina muy fina; se muele como el trigo y se
hace con ella un pan de buen sabor, en tanto que muchos, cuya comida es más
pobre mascan sus granos. Pero fue Colón el que nos dejó el primer
testimonio sobre el maíz en América desde su primer viaje, designándolo como panizo,
que se encontraba en plena explotación en España[i]. En su tercer viaje ya demuestra saber el nombre, maíz, lo que prueba que es
diferente al panizo, y lo trajo a la península, lo que más tarde confirma
Gómara. “Hay mucho en Castilla”, dejó escrito este cronista, demostrando la pronta adaptación en España.
Moreno Gómez señala que
el maíz tiene en América una gran relevancia y es exclusivo de dicho
continente, siendo el más importante de los cultivos del Nuevo Mundo. Se pudo
cultivar –sigue diciendo- casi en todas las latitudes, desde Canadá hasta Chile
y en casi todas las altitudes (excepto en los páramos), desde el nivel del mar
hasta los 3.000 metros del lago Titicaca. El maíz hizo posible que el hombre
americano habitara donde podría parecer imposible su supervivencia, de forma
que maíz y amerindio se presentan indisolublemente unidos, no habiendo sido
posible el desarrollo de las culturas precolombinas sin este cereal, pues la
planta no tiene la posibilidad de propagar sus semillas sin la ayuda humana[ii].
El maíz se originó en
América y solo allí, procediendo el nombre, al parecer, del taíno en las
Antillas, siendo su valor nutritivo muy parecido al del trigo. De su uso
alimentario por los indígenas de América nos han informado cronistas y
naturalistas a lo largo del tiempo. Colón habla de la pluralidad de bebidas que
se hacían con el maíz y otros frutos, teniendo la del primero un alto contenido
alcohólico.
Hernando Colón, en su “Historia
del Almirante”, con ocasión de su cuarto y último viaje (1503), habla que los
maizales: “son como los campos de trigo” y que los indígenas tenían para
alimentarse mucho maíz, “que es cierto grano que nace como el mijo… de que
hacen vino tinto, y blanco, como la cerveza de Inglaterra”.
Núñez Cabeza de Vaca,
en su “Naufragios”, cuando habla de la Florida dice que “tomamos cuatro
indios, y mostrámosles maíz para ver si lo conocían… Ellos nos dijeron que nos
llevarían donde lo había”. Cieza de León, por su parte, cita el maíz muchas
veces en su “Crónica del Perú”: “los campos y las vegas sembrados de maíces… En
otras partes… hacen en el año dos sementeras”. Mártir de Anglería, que no
estuvo en América, conoce el maíz una vez es traído a Europa: “los de la
Insumbria[iii]
y los granadinos españoles [moriscos] tienen abundancia", y luego dice que el
fruto se parece al alberjón o almorta; “a esta clase de trigo le llaman maíz”,
añade.
Francisco de Gómara
habla de cómo cavaban los indígenas la tierra con palas de madera, “pues no
tienen bestias con que arar”. En efecto, los indígenas desconocían la
ganadería, que adoptaron con la llegada de los españoles. Transcurrido medio
siglo, dice Moreno Gómez, la ganadería se practicó en todas sus especies:
porcina, equina, ovina, bovina y caprina, hallándose en pleno rendimiento.
Gómara dice que los indígenas americanos comían el maíz crudo en sus mazorcas,
cocido y asado, mientras que el grano suelto, seco, crudo y tostado. Para hacer
pan no tenían hornos, por lo que asaban el maíz a las brasas, y “otros muelen
el grano entre dos piedras… pues no tienen molinos”. También habla Gómara del vino
que hacían a partir del maíz.
Fernández de Oviedo, en
1526, dice que “nace el maíz en unas cañas que echan unas espigas o mazorcas” y
para la siembra, los indios con un palo de punta daban un golpe en la tierra y
removiéndola para que se abra más, en el agujero echaban cuatro o cinco granos de
maíz. Otros autores que también nos dan información sobre el maíz en América
son fray Bernardino de Sahagún, fray Toribio de Benavente, fray Diego de Landa[iv],
Cervantes de Salazar[v],
José Acosta[vi]
(sostuvo que los americanos habían llegado desde el norte de Asia), y ya entrado el siglo XVII Vázquez de
Espinosa[vii], Francisco Carletti[viii],
Bernabé Cobo[ix]
y otros, en el exhaustivo trabajo del autor al que sigo aquí.
[i] “La
naturaleza de Indias en la plástica de la Edad Moderna”, obra de Jesús Moreno
Gómez en la que baso el presente resumen.
[ii] No
obstante, el autor señala que la existencia de granos de diferentes colores en
una misma mazorca pone de manifiesto la polinización desde distintos tipos y
colores de maíz.
[iii] Región
entre el Po, los Alpes, el Tesino y el Ada.
[iv]
Franciscano y obispo de Yucatán, natural de Cifuentes, en el centro de la
actual provincia de Guadalajara.
[v] Nacido
en México, humanista y canónigo de la catedral de México.
[vi] Jesuita
natural de Medina del Campo, naturalista y antropólogo.
[vii]
Teólogo carmelita, natural de Castilleja de la Cuesta, Sevilla.
[viii] Escritor y viajero florentino que circunnavegó la Tierra.
[ix] Natural
de Lopera, Jaén, fue un cronista, jesuita y científico.
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