viernes, 1 de noviembre de 2019

Anamensis


Woranso-Mille es un yacimiento arqueológico que se encuentra en la región de Afar, en Etiopía. Allí se encontró, en 2016, el fósil de un cráneo casi completo de un homínido que vivió hace unos 3,8 millones de años, llevando al equipo de Yohannes Haile-Selassie, investigador etíope del Museo de Historia Natural de Cleveland (Estados Unidos), al estudio del mismo, publicando luego los resultados en la revista “Nature”. Se trata del cráneo de un australopithecus anamensis.

Los cambios en el clima llevaron a los animales, también los homínidos, a entrar en competencia entre sí, de forma que, en un larguísimo período de tiempo, estos últimos consiguieron elevarse sobre sus piernas, dejar liberadas sus manos para coger cosas y convivir, durante unos 100.000 años, con otros homínidos llamados australopithecus afarensis (el fósil más importante es Lucy)[i]. Los anamensis no son los primeros homínidos que comenzaron a andar sobre sus pies dejando las manos libres; otras especies como “Ardi”, que vivió desde hace unos 4,4 millones de años, también en la actual Etiopía, o sahelanthropus tchadensis, una especie de más de seis millones de antigüedad, cuyos fósiles se han encontrado en Chad, ya empezaron a ponerse de pie, pero seguían pasando gran parte del tiempo colgados de los árboles.

Los anamensis vivieron en un entorno más bien árido, dominado por arbustos y herbazales, según el investigador Luis Gibert, y estas condiciones les empujaron a caminar con mucha más frecuencia. El anamensis del cráneo encontrado vivió en un tipo de sabana donde el acceso a los alimentos dependía de las estaciones, lo que le obligó, junto a sus congéneres, a desplazarse.

Este anamensis[ii] tenía una cara muy parecida a la de sus coetáneos y descendientes afarensis, pero la parte trasera del cráneo recuerda al más antiguo sahelanthropus, con unos 370 cm2 de capacidad. Sus caninos tienen, en proporción, un gran tamaño, con dimorfismo sexual (diferencias entre machos y hembras) y la estatura de este homínido no debía superar el metro.

Véase el toro supraorbital en la fotografía, la casi ausencia de frente, el adelantamiento de la mandíbula y la falta de la parte posterior del cráneo, mucho más pequeño que el de un homo actual.



[i] Ver aquí mismo “Los primos de Lucy”. Igualmente, "No humanos, pero erguidos como nosotros".
[ii] Se ha registrado como MRD-VP -1/1.

No hay comentarios:

Publicar un comentario