Mineros de Sabero (León) http://mineriaypaisaje.com/sabero-paisaje/ |
En un estudio de Josefa Vega
Crespo[i]
se pone de manifiesto la importancia de la minería del carbón en la provincia
de León entre finales del siglo XIX y principios del XX. La riqueza carbonífera
en León –dice la autora- ya se conocía a
finales del siglo XVIII, pero no fue importante hasta un siglo más tarde,
cuando se construyó el ferrocarril de La Robla a Valmaseda para suministrar a
la siderurgia vasca. Esto animó la entrada de capital vasco en la minoría
leonesa, formándose las dos primeras empresas importantes, “Hulleras de Sabero
y Anexas” (1892) y “Hullera Vasco-Leonesa (1893), ambas con capital vasco.
Si avanzamos otro siglo más y nos
situamos en 1991, vemos que León ocupa el primer lugar de España en la
producción de antracita y el segundo (porcentualmente) entre antracita y hulla,
siendo aventajada en esta última por Asturias y dejando muy atrás a otras
provincias productoras como Palencia, Córdoba y Ciudad Real.
Pero volviendo a la actividad de
aquellas dos empresas creadas a finales del siglo XIX, el empleo generado por
la actividad minera en León tuvo un fuerte impulso (de 300 a 1.600 trabajadores
en la última década del siglo) y en la producción (de 20.000 a 223.000
toneladas en el mismo período). Este impulso se fue debilitando poco a poco y,
entre 1900 y 1913 el porcentaje del empleo y la producción carbonera, en el
conjunto del total nacional, se situó en torno al 8%, y ello a pesar de una
legislación protectora (Ley Arancelaria de 1906 y la Ley de Protección de las
Industrias de 1907).
La situación cambió con la
primera guerra mundial, pues los países contendientes, con sus bloqueos,
favorecieron a la minería española, entre ella a la leonesa, constituyendo este
momento el verdadero punto de arranque para esta última. La misma industria
española, que antes recibía carbón de otros países, ahora se ve obligada a
consumir carbón nacional, con el aumento de la producción de este y aún más del
empleo. El número de trabajadores en la minería del carbón en la provincia de
León era, en 1813, 2.556, mientras que cuatro años más tarde 8.689 (un 240%
más). En España –siempre siguiendo a la autora citada- el número de
trabajadores pasó, en el mismo período, de casi 28.000 a casi 55.000 (un
aumento del 97%).
Las importaciones de carbón
cayeron, durante los cuatro años de guerra, de 2,5 millones de toneladas a casi
0,6, pasando de representar el 40% del consumo interior de carbón en 1914 al
8,7% en 1918. Esto obligó, durante los años de la guerra, a abrir nuevos
yacimientos, labor que se llevó a cabo por pequeños empresarios en la mayor
parte de los casos. Las condiciones técnicas de estas empresas no fueron las
más avanzadas, por lo que el empleo creció por encima de la producción, como
vemos en el siguiente párrafo.
En cuanto a la producción, León
pasó de 314.000 toneladas en 1914 a 898.000 cuatro años más tarde (un 186% más)
mientras que España, en el mismo período, de 4.100 a 6.500 (un 58% más). Las diferencias
relativas a favor de León se deben a que, mientras que en otras regiones
mineras de España la situación de partida era mejor, para la citada provincia
esta fue la etapa de esplendor, produciéndose una proliferación extraordinaria
de empresas carboneras.
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