Puerta de Fez en la muralla de Ceuta http://blogdeceuta.com/2011/12/puerta-de-fez-murallas-merinies-de.html |
Los meriníes de Fez, que se
consideraron herederos de los almohades en África noroccidental, mantuvieron
una serie de relaciones con los nazaríes de Granada y con los estados
cristianos de la península Ibérica que ponen de manifiesto dos cuestiones: las
divisiones internas en todos ellos (musulmanes y cristianos) y las alianzas
mixtas, dándose situaciones de operaciones diplomáticas y militares de
cristianos y musulmanes juntos contra musulmanes y cristianos por otro lado.
La intervención de los meriníes en
la Península se inició bajo el mandato del sultán Abu Yusuf (1258-1286), quien
llevó a cabo una importante ofensiva militar con cinco expediciones por tierras
de al-Andalus, según ha estudiado, entre otros, Miguel A. Manzano[i].
Incluso antes de estar al mando, Yusuf manifestó su deseo de un yihad en al-Andalus, por lo que pidió
permiso a su hermano, que era el sultán antes de 1258. Este –relata el autor
citado- se lo negó, a pesar de lo cual Yusuf llegó hasta Alcazarseguir[ii],
dispuesto a cruzar el estrecho de Gribraltar, pero no pasó de ahí. Si los
almohades se habían hecho dueños de buena parte de la península, habiéndola
“perdido” ¿por qué no recuperarla los benimerines, sus hermanos de religión?
Hubo, como en el caso del reino visigodo siglos atrás, una “pérdida de España”
para los grupos dirigentes musulmanes.
Quedaba todavía a los meriníes por conquistar
Marrakus, lo que no se producirá hasta 1269, y faltaba el
control de ciudades como Siyilmasa o puertos como Ceuta, lo que no ocurrió
hasta 1274. Los intentos de pasar a la península Ibérica estaban condicionados
por seguir cierta ortodoxia acorde con los consejos de santones o líderes
religiosos, y de hecho así quedó reflejado en la numismática, en la que la
mención al sultán será sustituida por alusiones al Corán.
Entre 1262 y 1264 llegaron a la
península las primeras tropas meriníes, pero se trata de fracciones rebeldes
dentro del propio sultanato de Fez. Teóricamente decían cumplir con el yihad, aunque se tratase de rivales de
la máxima autoridad meriní para desestabilizarla, pero supuso un refuerzo
militar para Muhammad I, máxima autoridad de Granada, que tuvo que sofocar un
levantamiento mudéjar entre 1264 y 1266. Vemos, pues, disidencias tanto en Fez
como en Granada, como así mismo las veremos en territorio cristiano. Estos
meriníes, en realidad, todavía disputaban el territorio africano a los
almohades[iii].
Diez años más tarde Muhammad II
de Granada habría pedido auxilio a los meriníes ante las dificultades por las
que atravesaba, dándose la primera expedición de Abu Yusuf, ya que el granadino
tenía problemas internos con los partidarios de otra dinastía, la cual podría
también haber solicitado apoyo a Yusuf. Un poeta del siglo XV dejó escrito que
la dinastía disidente llamó a Yusuf “por la religión”, pero es evidente que se
trataba de un conflicto interno en Granada cuyas partes acuden a la ayuda del
mismo meriní. Por otro lado estaban los avances cristianos, y las autoridades
de Granada, Fez, Tremecén y Túnez pugnaban por hacerse con la hegemonía. Cada uno
de estos estados, como los cristianos, tenía por suya la tierra que había
conquistado al enemigo, pero también la que el enemigo le había arrebatado, y
para justificar sus actuaciones recurrían al espíritu de cruzada o al de yihad. El Estrecho –dice Miguel A.
Manzano- fue más una puerta que una frontera insuperable.
Abu Yusuf vio la necesidad de
obtener el apoyo logístico de Ceuta, gobernada por una dinastía distinta, que
aportó navíos y arqueros al ejército meriní, aunque estos solían llegar a
Alcazarseguir para el trasvase de tropas a la península. Por otro lado la
cesión o intercambio de plazas entre nazaríes y meriníes era común y, en ese
caso, Muhammad II entregó Algeciras, Tarifa y Ronda a Abu Yusuf. Miguel A.
Manzano cree que más que ceder estos territorios lo que se hizo fue ceder los
derechos para llevar a cabo la lucha contra los cristianos, lo que también
hicieron estos con territorios antes de ser conquistados. La primera expedición
de Abu Yusuf (1275-1276) no contó con unidad en las filas musulmanas porque las
tensiones entre Muhammad II y la dinastía granadina disidente no lo
permitieron, habiendo enfrentamientos en Córdoba, Jaén, Sevilla y Jerez sin que
las tropas meriníes tuviesen victorias claras. La excepción fue Écija sobre
Nuño González de Lara, que fue derrotado y muerto en 1275. Los cristianos
habían ejercido en esta población enorme represión contra una revuelta
mudéjar.
Poco aprovechó esto a Yusuf, pues
las revueltas internas en territorio meriní continuaban, lo que le obligó a regresar
a África. De todas formas, la voluntad de Yusuf de instalarse en la península
se demuestra al iniciar la construcción de la ciudad de al-Binya (residencia
palatina de Algeciras).
La segunda expedición tuvo lugar entre 1277 y 1278, pero Yusuf encontró dificultades para movilizar a sus tropas, además de que no fue requerido por
Muhammad II, por lo que llegando a la península se reunió en Ronda con la dinastía
disidente granadina y llevó a cabo con ella algunas campañas sin la
participación del sultán nazarí. Los enfrentamientos con los cristianos se
dieron en Aljarafe, Alcalá del Río, Guillena, Cantillana, Alcolea, Constantina,
Morón, Rota, Sanlúcar de Barrameda, Santa María del Puerto[iv],
Porcuna, Arjona, Baeza, Martos, Cañete de las Torres y Andújar[v],
un vasto territorio sobre el que los meriníes solo tuvieron algún éxito en los
asedios, pero dejaron una imagen de gran desolación tras arrasar los campos y
devastar las aldeas andaluzas. La única ventaja territorial fue Málaga,
entregada voluntariamente por la dinastía disidente nazarí para disgusto de
Muhammad II.
Se sabe que durante la entrevista
de Yusuf con los disidentes granadinos se acordó atacar la ciudad de Sevilla,
porque aquí se armaban los navíos que impedían el trasvase de combatientes
musulmanes a la península.
La tercera expedición se produjo
entre 1278 y 1279, originada por el bloqueo marítimo que Alfonso X puso sobre
Algeciras, para lo que contó con la alianza de Muhammad II, descontento con la
pérdida de Málaga, y del sultanato de Tremecén, enemigo tradicional de los
meriníes en estos años. Fue el primer enfrentamiento naval importante entre
Castilla y Fez, que se saldó a favor de esta última, aunque Yusuf no pudo
pasar a la península por rebeliones internas entre los musulmanes. Esto fue aprovechado por los nazaríes
para recuperar Málaga o Ronda (no está claro), lo que minimizó la victoria
naval de los meriníes.
La cuarta expedición tuvo lugar
entre los años 1282 y 1283, a partir del momento en que Alfonso X solicitó la
ayuda de Yusuf para enfrentarse a su hijo, el futuro Sancho IV. Es una muestra
más de la conveniencia en cambiar las alianzas según el momento, ya
que en 1260 los meriníes habían sido vencidos por el castellano en Salé[vi]
y habían sufrido ataques en Larache[vii]
y Tisams en 1269. En 1282 un ejército formado por soldados magrebíes y
castellanos asediaron Córdoba, donde se había refugiado el infante Sancho, sin
que lograran derrotarlo. Los meriníes se internaron luego por Andújar, Jaén,
Úbeda, Terrinches[viii] y los
alfoces de Toledo, llegando incluso a Madrid. El infante Sancho buscó la
alianza de Muhammad II y, de esta forma, dos ejércitos mixtos se enfrentaron, pero los
seiscientos caballeros que Alfonso X entregó a Yusuf decidieron no apoyar a
este después de algunos ataques de Yusuf por tierras de Málaga, Cártama[ix],
Coín y Fuengirola. Los ejércitos mixtos se escindieron mientras que los
meriníes se movían por Córdoba, Jaén, Úbeda y Baeza, luego cerca de Ciudad Real
y las poblaciones de Montiel y Almedina[x],
teniendo que atravesar el puerto del Muradal, pero sin conseguir mayor éxito, y
los soldados magrebíes se retiraron por Vilches, Santisteban del Puerto (1) y
Baeza, para llegar a Algeciras y poner fin a la expedición.
El último intento de Yusuf de
intervenir en la península se produjo en 1285, enfrentándose al rey Sancho IV y
rompiendo relaciones diplomáticas con él, y Muhammad vio aquello con recelo,
pues el africano no contó con él. Yusuf se empeñó en asediar Jerez, su objetivo
fundamental, porque tenía gran importancia estratégica desde época almohade,
además de que era zona de revueltas mudéjares. Yusuf actuó con contundencia
durante poco más de un mes de asedio llegando a matar a 700 cristianos de los
arrabales. Otros ataques se dieron en Sanlúcar de Barrameda, Carmona, Marchena,
Arcos, El Puerto de Santa María y en algunos enclaves de tierras de Sevilla y
Écija. Todo ello se completó con algunas escaramuzas por Niebla y Jaén, por lo
tanto en un amplio territorio de toda la Andalucía dominada por el rey
cristiano.
Los ataques a castillos y
fortalezas fueron prioritarios con un ejército de unos 30.000 hombres
(arqueros, jinetes, infantes…). Yusuf consiguió varios centenares de cautivos y
se hizo con muchos animales como botín de guerra (miles de caballos y ganado
menor en su conjunto). Los meriníes emplearon almajaneques y maquinaria de
asedio, pero Jerez resistió y Yusuf levantó el sitio al enterarse de que Sancho
IV se disponía a bloquear el Estrecho, lo que impediría el regreso a Fez, pero
no sin antes destrozar viñedos, olivares, árboles frutales y otras cosechas, lo
que se contemplaba en el derecho islámico con ciertas restricciones. Miguel A.
Manzano considera que esto es señal de que Yusuf no debía tener convicción en
un éxito posterior, porque de lo contrario hubiese respetado la riqueza
destruida para provecho propio.
Se firmó el acuerdo de paz en
1285 y el envío de sendas guarniciones a Coín y Estepona[xi]
en previsión de alguna reacción por parte de Muhammad II, todo lo cual es buena
muestra del espíritu guerrero de una larga época y de la prioridad de las
ambiciones de poder de unos y otros, más allá de la retórica religiosa con la
que se revestían.
[i] “De
nuevo sobre la invasión de los meriníes en la Península Ibérica…”.
[ii] En el
extremo norte del actual Marruecos, a orillas del Estrecho.
[iii] El
último califa almohade dejó de reinar en 1269.
[iv] Todas
estas comarcas y poblaciones se encuentran entre el oeste de la actual
provincia de Sevilla, el interior y norte de la misma, el sur y el oeste de
Cádiz, por lo tanto en la parte más occidental de la depresión del
Guadalquivir.
[v] Estas
poblaciones se encuentran entre el oeste de la actual provincia de Jaén y el
este de la de Córdoba, en el centro de la de Jaén y al suroeste de la misma.
[vi] En la
costa atlántica marroquí.
[vii] Al
norte de Salé, cerca del Estrecho.
[viii] Al
sureste de la actual provincia de Ciudad Real.
[ix] Al sur
de la actual provincia de Málaga.
[x] Al
sureste de la actual provincia de Ciudad Real ambas poblaciones.
[xi] Al sur
y suroeste de la actual provincia de Málaga respectivamente.
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