La peste negra llegó a Galicia
por mar desde los puertos portugueses y por el Camino de Santiago. En Baiona
está presente entre finales de julio de 1348 y enero de 1348; en 1350 ya está
en Chantada (actual provincia de Lugo) y el obispo de Lugo, ante una petición
del abad de Chantada, le permite al cura de la parroquia de Camporramiro que se
ocupe también de la de Cabreiros.
En un documento de principios de
1348 en presencia del notario público, Gonçalvo Fernández, jurado por el abad
del monasterio de Oia, fray Afonso, en el propio monasterio, pone de manifiesto
la caída de la renta feudal al admitir el monasterio una notable reducción de
la renta foral que cobraba. El documento alude a un mercader llamado Durán
Domínguez, su hijo y otros que explicaron que tenían arrendado la mitad de un
horno y una casa, así como otras heredades por todo lo cual debían dar al
monasterio la renta correspondiente. Pero que después de la pestilencia y las
muertes que ocasionó, no podían hacer frente al foro ni dar la renta convenida
en él al monasterio, por lo que pedían una reducción de la misma. El abad, en
nombre propio y del monasterio, no renunciando a sus derechos, aceptaron
reducir la renta en la cantidad de treinta y cinco maravedíes cada año.
Para la comarca de Chantada otro
documento habla de que “todos sabrán que nos llegó a Pedro López, obispo de
Lugo”, que el abad de Chantada no había encontrado un cura –tal era la
mortandad- para la parroquia de Cabreiros, pidiendo un capellán que esté
obligado a celebrar las misas, prestar los sacramentos y recibir sepultura. El
obispo constata que la peste había provocado la muerte de casi dos partes (se
entiende dos tercios) de los clérigos y de parroquianos, por lo que reunido con
el cabildo, acepta la petición.
Aunque la peste negra afectó con
mayor intensidad a la mitad este de la península Ibérica, buena parte de
Francia, toda Italia y la península Balcánica, también otros territorios como
el norte de África, el norte de Francia, Inglaterra, Escocia, Irlanda, el
centro de Europa, Dinamarca y el sur de Noruega se vieron afectadas. Según un
estudio del CSIC, publicado en la revista “Scientific reports”, la peste negra
entró por el Camino de Santiago, pero historiadores como Juan Juega, González
Balasch y E. Portela Silva ha demostrado que también procedió de los puertos
portugueses.
El estudio del CSIC mide dos
parámetros, la centralidad y la transitividad (conectividad)[i]
entre los núcleos de población; las más transitadas y más conectadas
presentaron un mayor número de infecciones, mientras que en las ciudades
aisladas o periféricas el número fue menor, aunque con excepciones. De las
1.311 ciudades incluidas en la red de estudio, 402 estaban conectadas por rutas
de peregrinación. El estudio citado niega la entrada de la peste por la costa,
citando la crónica del rey Alfonso XI, donde se indica que la peste negra
estaba en Santiago a mediados de 1348, mientras que en Baiona no antes de
finales de dicho año. La obra de E. Portela Silva demuestra que tal cosa no es
cierta[ii].
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