Restos de la ciudad de Mari y su palacio https://www.culturamas.es/blog/2018/04/26/mari-la-ciudad-que-la-historia-olvido/ |
La
depresión formada por el Tigris y el Éufrates es de época geológica
relativamente reciente y desde el punto de vista climático se caracterizaba por
largos meses de verano extremadamente calurosos. Por ello la agricultura
dependió, en un principio, del riego artificial, mientras que las zonas
próximas a las montañas están favorecidas por lluvias copiosas; por ejemplo, las
laderas de la cordillera iraní están bordeadas por un cinturón de valles en los
que la agricultura se rige por las lluvias. La franja de terreno cultivable era muy estrecha en la orilla derecha del Tigris, pero se ensanchaba a la altura de
la actual Mosul. La comunicación con las altiplanicies iraní y armenia se
establecía a través de unos pocos puertos de montaña. Al oeste y noroeste de
Babilonia la franja de tierra no cultivable, que hasta muy entrada la época
histórica fue mucho más ancha que en la actualidad (pues el Éufrates ha
desplazado en época relativamente reciente su curso hacia el oeste) solo estaba
habitada por nómadas pastores. Hasta que no fue domesticado el camello (fines
del 2º milenio a. C.) los nómadas no podían alejarse más que unas jornadas de
la tierra cultivada; río arriba el territorio cultivado se estrecha en ambas
orillas.
En
la región de la antigua Mari y en las orillas de los afluentes del Éufrates, se
vuelven a ampliar los terrenos cultivables, mientras que el espacio situado al
sur del Tauro, entre la costa mediterránea, el Éufrates y la zona de Siria
media y Palestina, está constituida por numerosos territorios pequeños
independientes. Los montes del Líbano y Antilíbano proveyeron a Egipto, pero
también a Babilonia y más tarde a Asiria, de valiosas maderas para la
construcción y de resinas aromáticas. Frente a la ladera oriental del
Antilíbano se hallaban varias ciudades-oasis, entre las que destaca Damasco y hay datos para suponer que a mediados del siglo XIX a. de C. hubo una
inundación catastrófica que alteró el curso del Tigris. Una inundación
provocada por el deshielo en las montañas podía ocasionar fácilmente
catástrofes de este tipo. A esto se añade que el Tigris y el Éufrates acumulan
en su descenso gran cantidad de sedimentos y que, en consecuencia, el lecho del
río creciese constantemente. Los augurios babilónicos hablan a menudo de rotura
de diques, pero debe tenerse en cuenta que el Tigris transcurría en ese tiempo más al oeste que hoy.
Palestina forma una región por sí misma, con
zonas relativamente fértiles en las laderas occidentales de las montañas de
Judea y Galilea, zonas desérticas en las montañas de Judea y en el Negev y
vegetación tropical en el valle del Jordán. Hacia Egipto el país estaba
cerrado, por lo menos hasta poco antes del 3000, por los desiertos de Sinaí y
el Negev del sur. Al Este del Jordán hay regiones que tuvieron una densidad de
población tan importante en la antigüedad como en la época romana.
Buenas rutas montañeras conducían de la llanura
mesopotámica y Cilicia a la meseta central anatólica, y el núcleo territorial se
situaba en torno al río Halys (Kizil Irmak). Otra zona de colonización importante
fue la llanura de Konya, mientras que Asia Anterior estaba constituida por
muchos núcleos territoriales, generalmente de dimensiones reducidas que
surgieron sobre todo en regiones encajadas entre las montañas. Las condiciones
naturales para formaciones más amplias se daban, por el contrario, en la región
que más tarde sería Babilonia, en el territorio asirio, en Anatolia central y
en la meseta iraní. Muchos de los pueblos que aparecen en la historia antigua
del Próximo Oriente como fundadores de grandes imperios (hititas, mitanios,
medos y persas) habían alcanzado la unidad étnica e importante densidad
numérica mucho antes de su aparición en el cercano oriente.
Al menos desde la época en que se desarrolló la
cultura urbana babilónica los intercambios se extenderían a regiones situadas
fuera del ámbito estricto del próximo oriente. Los países del Golfo Pérsico y
el valle occidental del Indo suministraban importantes materias primas, así como
Afganistán, con sus yacimientos de lapislázuli, y otros países producían el
cobre necesario para la fabricación del bronce.
En la época situada entre los años 9000 y 6750
se inició en el próximo oriente, donde ya debían existir condiciones climáticas
muy parecidas a las actuales, una fase de domesticación de animales y de
cultivo de las plantas más importantes, y hacia 6750 la nueva fase está
completamente desarrollada. Sus novedades más importantes son la
domesticación de la oveja, la cabra, el cerdo y la vaca, la selección y siembra
del trigo, cebada y lino. El cultivo del trigo condujo necesariamente a la vida
sedentaria y a la formación de comunidades rurales en el momento en que se
extendió y entró a formar parte decisiva de la alimentación. El olivo no se
daba en Babilonia y sí en cambio la palmera. La fase inicial de la producción
de alimentos, hacia 9000, está atestiguada en toda Palestina, en la zona
orientada hacia el Mediterráneo y en las regiones más secas del Este (Natufia),
en el Líbano, en Siria y en el Kurdistán iraquí e iraní. Un ejemplo típico de
asentamiento rural primitivo es Jarmo, al Este de Kirkuk, en las montañas
kurdas, y otro asentamiento, acerámico, es Ugarit. Los yacimientos
arqueológicos más importantes son Catal-Huyuk y Hacilar en Turquía
suroccidental, Mersin y Tell Judeide en Cilicia y norte de Siria, Tell Halaf en
Mesopotamia central, Tell Hassuna junto a Mosul, Tepe Sialk en la meseta
iraní...
Una y otra vez Tigris y Éufrates han cambiado de
curso, y no es de extrañar que en este país se situara el mito del diluvio
universal. Los primeros agricultores que se establecieron en Babilonia tuvieron
que dar el paso importante, aunque difícil, del cultivo de secano al cultivo de
regadío. La aventura de llevar las plantas de las regiones montañosas y
próximas al clima diferente de la llanura aluvial y a un terreno regado
artificialmente, tuvo éxito. En cuanto aumentó la zona de regadío también lo
hizo la producción de lino, y por lo tanto de aceite y fibras de lino. Atendiendo
a la cerámica, la prehistoria de Babilonia se divide en tres fases: la de
Eridu, considerada como la más antigua vida sedentaria babilónica; la de
el-Obed y la fase de Uruk, esta sobre 4000.
Los sumerios eran la fuerza motriz de la época
en Mesopotamia del sur, que quizá entraron algún tiempo antes en el país, es
decir, lo más tarde en la fase de Uruk (4000). Durante el tiempo en que
Babilonia realizaba sus fases de evolución prehistórica tuvieron lugar, en
las regiones vecinas del norte y del noroeste, transformaciones que
corresponden de modo sorprendente a los acontecimientos observados en
Babilonia. El primer texto literario sumerio sobre mitología que ha llegado
hasta nosotros pertenece al siglo XXIII a. de C. y la mayor parte de los textos
literarios sumerios conocidos pertenece a la última fase de la lengua hablada
sumeria: época de Gudea, III dinastía de Ur y los primeros 250 años después de
esta dinastía. Esto no quiere decir que la actividad literaria y el interés por
la literatura surgieran tan tarde; lo que surgió tarde fue la forma escrita.
Desde Sargón de Akkad la lengua acadia suplanta poco a poco a la sumeria, y en
los bajorrelieves, los rostros barbudos y de abundante cabellera reemplazam a
las cabezas sumerias, redondas y calvas.
(Fuente: "Los imperios del antiguo oriente").
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