En color oscuro, extensión máxima de Mitanni (Wikipedia) |
En el mundo antiguo los reyes aniquilaban a sus enemigos, conquistaban
tierras hasta entonces de otros, capturaban a los vencidos, se hacían con animales
como asnos, elefantes y toros, armamento, calificaban de maldito a un rey
enemigo o a un río infranqueable, pisoteaban a los que se oponían, estos huían
ante la presencia del ejército propio, arrasaban, prendían fuego, mataban y
saqueaban, asolaban poblaciones, etc.
Las fuentes arqueológicas, generalmente tablillas con escrituras
cuneiformes y estelas con jeroglíficos, están llenas de estos términos, con
estilos hímnicos si se trata de alabar al propio rey y donde la piedad no
parece existir para con los enemigos. A mediados del segundo milenio antes de
Cristo, cuando Mitanni parece haber alcanzado el máximo de su expansión
territorial en la alta Mesopotamia, aprovechando un período de pérdida de poder
hitita, el rey egipcio Tutmosis III, que gobernó entre los años 1479 y 1425[i], mandó que se redactaran
unos “anales” (o así se han llamado por los historiadores) en los que se dice
que “su majestad estaba en la tierra de Retenu[ii], alcanzando la región de
Qatna[iii] en la octava campaña de
victoria, vadeando el río de Naharina [deber de ser el Éufrates] al frente de
su tropa, hasta alcanzar la orilla oriental del río. Él dejó una estela al lado
de la de su padre, el rey de Egipto Aheperkara. Su majestad viajó hacia el
norte saqueando ciudades y asolando poblaciones debido a aquel enemigo de la
maldita Naharina [Mitanni]”.
En ocasiones los más poderosos reyes tenían que librar batallas contra
otros que solo poseían una ciudad y sus alrededores, como es el caso de Qadesh.
En la batalla de Megido[iv], en el siglo XV a. de C.,
el rey Tutmosis III se enfrentó a una coalición cananea al frente de la cual
estaba el rey de la citada ciudad, en el contexto de la lucha por Retenu. De
esta batalla tenemos datos en los jeroglíficos del templo de Amón en Karnak y
en la llamada estela de Armant (cerca de Luxor), donde se dice: “Os contaré lo
que se hizo. Él mató siete leones disparando en un instante y se trajo un grupo
de doce toros salvajes a la hora del almuerzo, sus colas colgándose por detrás.
Abatió a ciento veinte elefantes en el país de Niya, volviendo de Naharina.
Cruzó el Éufrates y pisoteó las poblaciones de ambos lados consumidas por el
fuego para siempre. Inscribió una estela de victoria en su lado. Capturó
rinocerontes con los arcos, en el país meridional de Nubia, cuando fue a Miu en
busca del rebelde de aquel país. Erigió una estela allí como había hecho en los
confines”.
En la estela de Gebel Barkal[v] se dice de Tutmosis III: “Él
es el rey, el valiente como Montu [dios solar], quien conquista y a quien no se
conquista, quien pisotea a todas las tierras extranjeras desobedientes, sin que
haya quien les proteja en aquella tierra de Naharina, pues su señor ha huido
por miedo. Yo he arrasado sus ciudades y sus asentamientos, les he prendido
fuego, he hecho de ellos montículos de ruinas sin que puedan volverse a fundar.
Mi majestad marchó luego a los confines de [Siria-Palestina]. Navegaron delante
de mi majestad para cruzar aquel gran río que fluye entre esta tierra
extranjera y Naharina. El rey es él, de quien se alardea como consecuencia de
sus acciones en batalla, quien cruza el [Éufrates] al frente de su tropa
persiguiendo a quien le atacó, en busca de aquel maldito enemigo [a través] de
los países de Mitanni. Él había huido delante de su majestad hasta otra tierra
lejana por miedo. Mi majestad erigió entonces una estela en aquella colina de
Naharina, esculpida en la vertiente del lado oeste del Éufrates”.
En ocasiones parece que habla el rey, en otras alguien a su servicio,
teniendo que hacer el lector un esfuerzo de trasposición de una situación a
otra.
La ciudad de Cárquemis, en la actual frontera sirio-turca, perteneció a la
soberanía hitita, mitania y asiria; fue centro de comunicaciones que
permitieron un comercio muy fructífero ya en el tercer milenio antes de Cristo
y un milenio más tarde cayó en manos del egipcio Tutmosis III. Parece no haber
tenido nunca la suficiente independencia para tener sus propios reyes, pero sí
Alepo, que también sufrió una batalla a manos del rey egipcio citado.
Al este de Cárquemis, dejando un espacio de por medio, se extendió el “imperio”
mitanio, que no comprendió, en el momento de su máxima expansión, Harrán (al
oeste), pero sí Urkish y Nagar, cerca del río Habur, afluente del Éufrates.
[i] Entre
1504 y 1450 según otros.
[ii]
Palestina y Siria.
[iii]
Yacimiento arqueológico al este de Ugarit.
[iv] Al
norte del actual Israel.
[v] Antigua
Napata, hoy al norte de Sudán del Norte.
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