Al norte de Colombia hay un área geográfica, junto al mar
Caribe, que está dominada por las ciudades de Ciénaga y Santa Marta. El nombre
de la primera deriva de las ciénagas que existieron y aún existen, la gran
ciénaga al suroeste de dicha ciudad, cerca de la cual desembocan pequeños ríos
que proceden de las estribaciones de la Sierra Nevada en el interior: Toribio,
Córdoba, Aguja, Frío y Sevilla, más largos estos dos últimos. Entre la
vertiente de la sierra y la costa hay una estrecha franja llana y casi a la
misma altura que el nivel del mar, siendo más ancha a medida que nos dirigimos
hacia el sur.
Los especialistas han excavado yacimientos de los antiguos
tairona, la mayor parte de los cuales en los cursos bajos de los ríos citados y
cerca de la ciudad de Ciénaga. La Sierra Nevada y sus estribaciones ocupan un
espacio parecido a un triángulo, con uno de los vértices hacia el sur y un
claro contraste entre el centro elevado[i]
y la moderación topográfica del resto.
Pero “área tairona” hace referencia a una serie de
comunidades que presentan analogías entre sí y también diferencias. Entre ellas
hubo intercambios, remontándose a los siglos VII u VIII el origen de una
cerámica que los arqueólogos han llamado tairona, aunque fuesen diversas las
comunidades que la fabricasen. Conocieron la agricultura y sus
características se mantenían en el siglo XVI, cuando los pobladores del litoral
fueron repartidos entre encomenderos, mientras que la sierra fue refugio
de indígenas que, aún hoy, no están integrados en la sociedad criolla.
Langebaeck[ii]
dice que al sur de Ciénaga predomina el manglar, con su potencial pesquero y de
fibras vegetales, mientras que el mar ofrece recursos pesqueros y sal.
Adentrándonos hasta las estribaciones de la sierra hay recursos madereros en
relación con el régimen de lluvias de la región, que presenta dos estaciones,
una seca (más prolongada) y otra húmeda, siendo una zona apta para la
producción de varios productos irrigados gracias a los cursos de los ríos
Córdoba y Toribio. A medida que se asciende la sierra, esta presenta características
erosivas y también son pobres los suelos al este de Santa Marta (unos treinta
kilómetros al norte de Ciénaga).
El autor citado habla de sociedades agroalfareras en torno al
siglo XI a. de C., que culminarían en torno al cambio de era; es el período
conocido como malamboide por su estrecha relación con la tradición Malambo del
bajo Magdalena[iii], cuyos
habitantes cultivaban yuca[iv].
Las excavaciones arqueológicas han dado budares, planchas circulares de arcilla
para tostar. Otros recursos fueron la caza, la pesca y los moluscos.
El poblamiento se basaba en unas pocas y pequeñas viviendas
que formaban aldeas cerca de la desembocadura de los ríos Córdoba y Toribio, apareciendo
con el cambio de era una nueva población denominada neguanje (por la bahía de
dicho nombre), que ocupó los alrededores de Ciénaga y se extendió por el resto
del litoral. Es entonces cuando se introduce el cultivo del maíz y se
desarrolló la artesanía, se poblaron las estribaciones de la sierra y se
mantuvieron intercambios entre los diversos grupos humanos (vasijas de cerámica
del río Ranchería[v]).
El interés del artículo de Langebaeck radica, entre otras
virtudes, en poner de manifiesto la enorme variedad de situaciones en un
espacio relativamente reducido, lo que habla de formas de vida muy locales,
preservando lo propio contra las influencias exteriores. Al sur de la Ciénaga
Grande, los hallazgos arqueológicos arrojaron una cerámica similar a la
tairona, pero con algunas diferencias en las formas y la decoración. Al
occidente de la isla Salamanca, a la entrada de la
bahía que se sitúa al este de la desembocadura del Magdalena, está documentada
la influencia tairona desde el siglo X hasta el momento de la conquista. En
estas dos culturas, la de la isla Salamanca y la del borde de la Ciénaga Grande,
las condiciones poco aptas para la agricultura volcaron a los habitantes hacia
la recolección de moluscos, la pesca y la caza.
En la costa casi no hay arquitectura en piedra,
contrariamente a la sierra, especialmente en los cursos altos de los ríos
Córdoba, Toribio y Frío, con restos de enormes aldeas con basamentos para
vivienda, caminos y áreas públicas de piedra. En el área de la Ciénaga son muy
escasos los hallazgos de objetos ceremoniales, cuentas de collar líticas,
bastones de mando, estatuaria y petroglifos, comunes en otros sitios tairona.
De hecho, los españoles no describieron ningún centro político de importancia
en los alrededores de la Ciénaga, mientras hablaron de la importancia que
tuvieron algunos caciques en comunidades de la Sierra, en la cabecera
del río Toribio.
Algunos restos arqueológicos que ha señalado Langebaeck en su artículo son una estatua de unos 50 cm. procedente del alto río Frío, simulando la cabeza de un animal con grandes dientes; vasijas de cerámica originarias del río Sevilla; cuentas de collar procedentes del alto río Frío y otras encontradas en el alto río La Aguja, pero todas ellas en manos de coleccionistas privados.
[i] La máxima altura es de unos 5.700 m. sobre el nivel del mar.
[ii] Carl Henrik Langebaeck es investigador del Museo del Oro, propiedad del Banco de la República de Colombia, Bogotá.
[iii] Desagua en el Caribe, Barranquilla, frente a Ciénaga.
[iv] Un tubérculo de forma alargada.
[v] Nace en la Sierra Nevada y desemboca al nordeste de esta.
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