Colonia de Sacramento en Uruguay
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En 1508 el rey Fernando
reunió en Burgos a Américo Vespucio, Juan de la Cosa, Vicente Yáñez Pinzón y
Juan Díaz de Solís con la intención de explorar la costa atlántica de América
del Sur, temiendo que navegaciones portuguesas desde la costa brasileña se extendiesen
hacia el sur. La biografía de Américo Vespucio es extraordinaria, pues
desarrolló muchas actividades y estudios: la obra que publicó en 1503, “Mundus
Novus”, quizá influyó para que el rey Fernando le nombrase piloto mayor de la
Casa de Contratación de Sevilla, fundada en el mismo año de la obra citada. Sus
actividades marítimas, comerciales, sus contactos con importantes personajes de
diversas cortes europeas, sus estudios cosmográficos, le hacen imprescindible
en la primera historia de América como un continente que hasta entonces no era
conocido como tal.
Bien es cierto que unos
años antes, durante su tercer viaje, Colón había descubierto la desembocadura
del Orinoco, y viendo su grandeza parece que habló de un nuevo mundo, quizá
dudando ya de su inicial convicción de haber llegado a Asia. Juan de la Cosa
unía a su condición de navegante la de cartógrafo, acompañó a Colón en sus dos
primeros viajes a América y a otros navegantes posteriormente, pero su muerte
en 1510 hizo que su colaboración en los encargos del rey Fernando fuese corta. Vicente
Yáñez Pinzón fue un excelente navegante que acompañó a Colón en su primer viaje
a América, y a juicio de no pocos historiadores tenía más conocimientos de
navegación que el genovés. El portugués Juan Díaz de Solís[i]
está considerado como el descubridor del río de la Plata, precisamente en
búsqueda de un paso que permitiese navegar hasta el Pacífico, una vez se supo
el descubrimiento de Vasco Núñez en 1513.
No se tardó en
convencer a todos que el río de la Plata no era el paso para llegar al Pacífico,
pero no faltaron los que intentaron seguir el curso de los ríos en dirección al
oeste de América del Sur. Uno de ellos fue el portugués Alejo García, que en
1521 llegó al que entonces se conocía como río de Solís (el Plata), y en un
intento homérico llegó hasta el río Pilcomayo, que en su curso alto discurre
por la actual Bolivia, por lo tanto territorio incaico en la época de Alejo. También
exploró el río de la Plata el veneciano Sebastián Caboto, aunque al servicio de
la monarquía española, y como en otros casos en busca de metales preciosos. Llegó
también al río Pilcomayo, pero en este caso siguiendo el curso de los ríos
contra corriente entre 1527 y 1530, lo que debió representar no poca dificultad.
De lo que se trataba era de ir estableciendo asentamientos en la costa atlántica reservada a España por el Tratado de Tordesillas, evitando así las incursiones portuguesas en la zona. De esta manera fueron fundadas Buenos Aires y otras poblaciones, la primera en dos ocasiones y en lugares distintos, aunque no distantes entre sí. Hasta tal punto la rivalidad por esta costa entre españoles y portugueses fue tal, que en la segunda mitad del siglo XVII fue fundada la colonia de Sacramento por portugueses, frente a Buenos Aires y en territorio del actual Uruguay, motivo de numerosos conflictos en el futuro.
[i] Algunos consideran que era natural de Lebrija, localidad al suroeste de la actual provincia de Sevilla, pero no hay una última palabra sobre el particular. En 1515, año del descubrimiento del estuario del Plata, desembarcando con algunos de los suyos, fueron muertos por los indígenas de la zona. Yáñez Pinzón, Vespucio y Solís ya habían estado en la desembocadura del Plata en torno a 1512, pero sin mayor trascendencia.
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